19

1.8K 329 45
                                    



Que haga frío y que nieve solamente significaba una cosa, se acercaba mi cumpleaños.

Pasé la semana anterior a la fecha viviendo mis encuentros esporádicos con Yoongi, recibiendo los retos de Jungkook por no dormir y haciendo mis tareas cuando tenía tiempo, ya se estaba volviendo una normalidad en mi vida.

No era una rutina, nunca llegó a ser así cuando se trataba de Yoongi. Con él era normalidad, no algo que este cansado de vivir. Jamás podría hartarme de pasar mi tiempo con él.

Eran días que parecían sagrados.

El día de mi cumpleaños justo caía un sábado, celebraría mis 19 haciendo lo que tanto amaba hacer: Nada.

Esa era la verdad, no era ni soy una persona afectiva a los festejos, mucho menos a las fiestas. Prefería pequeñas reuniones en casa con gente querida, pero ese año ni siquiera había planeado algo.

Apenas abrí mis ojos ese día noté que algo había cambiado en el ambiente de mi casa. Se escuchaban ruidos abajo en el living, pasos, cosas que se movían y se arrastraban además de algunos susurros.

Decidí bajar en calzones negros y una remera gris para ver lo que estaba pasando. Todas las luces estaban apagadas por lo que sólo iluminaba mi hogar la luz del creciente Sol.

En seguida se escuchó algo parecido a una explosión y una fuerte luz parecida a una llama de fuego se prendió en medio del living. Vi todo desde la escalera tomándome el pecho con ambas manos, asustado al máximo. Luego se prendieron las luces y pude ver de que se trataba.

—¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!— Escuché. En seguida un vidrio colisionó contra el suelo haciendo que Hoseok se sobresalte en su lugar.

—Ay perdón.— Dijo el pelinegro y Jungkook, que tenía a Taehyung colgado de su espalda, le pegó una cachetada en la cabeza.

Habían corrido todos los sillones, en medio del living había una gran mesa con un mantel blanco y un gran pastel que recitaba "Feliz cumpleaños Jimin".

El pastel era azul y estaba decorado con estrellas.

De repente vi a mi madre salir de la cocina con el repasador en la mano, alertada por el ruido de los vidrios caerse. Mientras ella le pegaba a Hoseok con el trapo vi que en la pared había globos azules y negros, también un cartel que decía "Feliz cumpleaños" y las cosas corridas por aquí y por allá.

Cuando me di cuenta de que estaba detallando todo, vi como Hoseok corría a la cocina siendo perseguido por mi madre que lo iba a obligar a levantar los vidrios rotos.

—Nunca voy a romper nada de tu casa, tu mamá es capaz de morderme.— Me dijo Taehyung asustado y Jungkook rió de seguro recordando que una vez casi lo muerde por tirar gaseosa en la alfombra.

Yo también reí porque sabía que se estaba acordando de eso.

—Che, ¿No podías vestirte para recibirnos?— Jungkook apuntó mis piernas mientras Taehyung se acomodaba mejor en su espalda y fue ahí cuando recordé que seguía en calzones.

—Uy, perdón.— Dije tapando con mis manos. Entonces escuché el timbre de entrada.

—Seguro es Namjoon, le pedí que traiga sus cds para poner en el estéreo.— Asenti caminando a la puerta de entrada. Namjoon es el hermano de Jungkook, un joven que siempre fue bastante retraído y no solía hablar mucho con nosotros. Abrí encontrandome con una gran sorpresa.

—Feliz cumpleaños.— Fue lo primero que escuché de su voz suave pero gruesa mientras me entregaba un paquete envuelto en un papel azul oscuro. Sentí el frío que venía desde afuera, porque sí, seguía en calzones.

—Ay Yoongi.— Me sonrojé tanto que no pude articular otra palabra, sólo con mis manos bajé la parte de adelante de la remera para tratar de tapar mis partes sin tener mucho éxito. Él se rió despacio y suave, aún con el regalo en la mano porque yo no iba a agarrarlo.

—¿Llegué en mal momento?— Cuestionó mirándome de arriba a abajo, pensé que había un atisbo de mal genio en su voz.

—No, están mis amigos...— Susurré y lo miré a los ojos por primera vez en el día. Estaba vestido con un buzo negro y pantalones del mismo color, amaba que use prendas oscuras porque le daba un brillo precioso a su piel. Un brillo que no era similar a nada que yo conociera.

—Nosotros somos amigos pero nunca estuviste en calzones conmigo, ¿Por qué?— Preguntó divertido y yo sólo balbucee algo sin sentido para correrme de la puerta y dejarlo entrar.

—Esperame en el living por favor, y gracias.— Subí a mi habitación corriendo, sintiendo la mirada de Yoongi en cada centímetro de mi piel. Escuché que comenzaba a hablar con Jungkook y Taehyung y para cuando bajé vestido con una camisa roja a cuadros y unos jeans oscuros, mi madre estaba saludando Yoongi con un fuerte abrazo mientras Hoseok barria el piso.

—¡Jimin hijo, vino Suga! Y te trajo un regalo, ¿No es un amor? Ningún amigo de Seokjin es tan amable con Jimin.— Dijo mi madre primero mirándome a mi y luego a Yoongi, que sólo sonreía mirando sus pies.

—Eso es porque los otros amigos no se lo quieren levantar...—Susurró Hoseok desde el suelo pero Jungkook le piso la mano con su pie, para que se calle. Le agradecí con la mirada.

—No es problema, en verdad Jimin me agrada y merece tener un buen regalo y un hermoso cumpleaños.— Me sonrojé de nuevo en ese momento, de seguro mis mejillas tenían el mismo color que la camisa que llevaba puesta. Yoongi me sonrió, su semblante era precioso, cálido, me sentía en casa cuando veía sus labios en ese compás.

—Pensamos en hacer algo a la noche.— Dijo Taehyung desde la espalda de Jungkook. Yoongi los miró extrañado por su posición.—  Hay una feria cerca del bosque sólo los sábados, hoy es gastronómica y podríamos comer varias cosas. ¿Qué decís Jimin?

—Suena bien, me encantaría.— Dije sonriendo, luego enfoque mi mirada en Yoongi.— ¿Venís con nosotros?

—No me lo perdería.— Me sonrió como él siempre lo hacía. Dejó el regalo en la mesa al lado del pastel, me agende mentalmente que debía abrirlo luego.

Solo verlo sonreír me hacía tener un feliz cumpleaños.


air catcher ☆ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora