air catcher ☆ yoonmin

27

—"Hoy se cumplen dos años de la terrible tragedia de Seúl, una de las más recordadas no sólo por los ciudadanos sino también por familiares y amigos de los afectados. por desgracia, aún no se ha hallado al culpable de este terrible delito."

La mujer rubia hablaba con rapidez y una voz gruesa, sosteniendo unos papeles en sus manos. La pantalla estaba dividida en dos, por lo que de un lado se podía ver su rostro y del otro las imágenes de ese acontecimiento.

Se le llamaba "El pirómano de Seúl", yo recordaba ese caso porque por semanas lo habían pasado en las noticias. Antes la televisión era lo único que teníamos para informarnos, además de las radios o periódicos. Tenía sólo dieciséis años cuando supe los detalles de ese espantoso crimen a un padre de familia honorable, al que habían matado a sangre fría para después quemar sus restos, junto con toda su casa.

Lo que me sorprendió fue ver esa foto.

—"El único sospechoso había sido supuestamente declarado por muerto luego de dos meses, cuando un cuerpo fue hallado dentro de un auto prendido en llamas. Ya que era el automóvil del hijo de la víctima todos optaron por hacer dos funerales.

Pero amigos, me temo que la historia no termina allí."

—ES SUGA LA PUTA MADRE.— Exclamó Hoseok cuando la imagen partida en dos ahora estaba en pantalla completa, haciendo que mi cuerpo de un giro en el aire y caiga comprimido a todos los suelos del mundo.

Tenía el cabello negro y rizado, los ojos rasgados y una pequeña sonrisa. También se notaba que no tenía tatuajes, además de llevar puestos un par de anteojos.

A pesar de todos los cambios que había lo pude reconocer al instante.

Era Yoongi.

—"Min Yoongi es el nombre del desaparecido, que ha estado viviendo como un prófugo durante los últimos dos años. No se sabe nada de su paradero o de su estado físico actual.

Si se lo encuentra, lo más seguro es que se le atribuya cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Además de otro cargo por el cuerpo quemado hallado en su auto, que resultó ser un vagabundo con una contextura física similar."

Jungkook apagó la tele.

—¿Min Yoongi?— Susurró Taehyung como para sí mismo, abrazando el recipiente que contenia las papas fritas. Yo me quedé totalmente helado en mi lugar, no sabía que decir o qué hacer, no tenía idea de como seguir respirando luego de ver esa imagen y escuchar esas palabras que habían quebrantado mi corazón.

Tomé mi cabeza con mis manos, hundí mi rostro entre ellas recordando todas las sonrisas que Yoongi me había regalado. Pensando en todas las noches que había estado con él sumergido en el bosque hablando de todas las posibilidades que contenía el universo, contando una a una las estrellas del espacio.

Suspiré muy fuerte antes de comenzar a llorar. Eso es lo que obtenía en ese momento, sensaciones horribles, agua salda bajando de mis ojos y millones de preguntas rondando por mi cabeza.

Mi columna vertebral estaba tan fría y rota que ya no podía sentir una vertebra de mi cuerpo. Sólo hice una bolita con mis manos y pies para esconderme allí, para que los gritos desconsoladores se pierdan en el espacio de mis rodillas.

Yoongi nunca me había dicho aquello, y yo tampoco lo hubiese imaginado. Si, me decía que tenía problemas familiares, también que su madre lo había obligado a hacer algo horrible por lo que tuvo que huir.

Un "Click" sonó en mi cabeza al recordar sus palabras del primero de enero en el bosque.

¿Él había matado a su padre a costas de su madre?

No pude pensar mucho más a fondo porque sentí como alguien pasaba su mano sobre mis hombros, luego sentí otro brazo en el lado contrario y por último un abrazo en mi espalda.

Mis amigos me estaban abrazando todos al mismo tiempo mientras yo gritaba del dolor, de la desesperación, del espanto.

Decidí ir a su casa de nuevo, pero esta vez tenía un arma a mi favor.

Ahora sabía la verdad, sabía todo lo que él me había estado ocultando, posponiendo con excusas inútiles para luego hacerme recordar lo enamorado que estaba de mi con sus hermosas palabras.

Miré la puerta de su casa por varios minutos mientras una lágrima traicionera bajaba lentamente por mi mejilla. Era obvio que Yoongi no estaba allí, pero llevé algo conmigo para comunicarme con él.

La noche anterior escribí una carta. Una carta con un sobre blanco e insípido, que sólo recitaba "Yoongi" en su frente.

Lo dejé pasar por el pequeño hueco de las cartas que tenía en la puerta y me aleje a pasos apresurados, sentí los escalofríos inundar mi ser, como ahora las cosas malas que Yoongi había hecho en su vida me perseguían y se colocaban sobre mi maltrecha espalda. Entendía la razón por la cual no me lo había comentado, él mismo me lo había dicho una vez, tenía terror de que yo me aleje de él.

Yoongi quería enterrar su pasado, quería olvidar absolutamente todos sus errores, comenzar de nuevo. Yo era la luz que lo había guiado por ese corto camino de autosuperacion.

Quería ser una mejor persona antes de todo lo que me partió el corazón.

Me alejé de su casa a paso rápido, huyendo de todos sus fantasmas, de la cara borrosa que ahora se sumergia en lo más profundo de mi ser para hacerme sentir pequeño e ignorante.

Si, sabía la verdad, pero necesitaba saber cual era la verdad de Yoongi.

Eran las siete de la tarde cuando estaba sentado al lado de un árbol en el bosque, sintiendo el aire un poco más cálido y las hojas de los árboles crujir entre sí. Se acercaba la noche lentamente, dejando al descubierto la primera estrella.

Una de nuestras noches Yoongi me había dicho algo que quedó grabado en mi memoria.

—La primera estrella que aparece al anochecer es mágica, cumple deseos. Es en serio, funciona. Tendrías que intentarlo.

Miré la primera luz brillante, absolutamente sola en el cielo. Como yo. Sentí como si se burlara de mi, como si dijera que ella podía ver a Yoongi cuando quisiera con sólo mirar abajo mientras que yo no.

Ya no sabía cual de los dos estaba más abajo.

Junte mis manos sobre mi regazo, pegando mi mirada a la única estrella en el cielo.

—Deseo que Yoongi sea feliz.— Pasaron diez segundos y noté como aparecía otra estrella. Y otra. Y otra.

Yo sentía y sabía que Yoongi estaba en algún lugar del país viendo el cielo al mismo tiempo que yo.