Broken

Quimérico

Al tomar su mano un destello me envolvió, mientras sentía mi brazo arder, como si algo se extendiera por él, pronto me sentí cansado y extrañamente acogido en aquel destello.

Cuando desperté seguía ahí, con una manta y una almohada, en medio de la acera, ella se encontraba flotando, sentada sobre una lanza por lo que pude distinguir, cuando pude enfocar mejor, la observé acariciando un ¿collar? Pero la joya que tenía, se parecía a pandora... no, podía ser, me relajé, yo la vi desparecer, además la forma y el color no cuadraban.

Iba a llamarla, pero decidí observar más.

Aun no confiaba totalmente en ella.

Traté de enfocar más mis ojos, la joya tenía forma de copo de nieve, el ángel la levantó hacia la luna, tal y como yo hice en cada uno de mis robos, para que esta tomara reflejara una luz azul.

Nostalgia.

Más pronto la lanzó, para después atraparla de manera rápida, volvió a mostrarla ante la luz de la luna, la joya se volvió negra y cambio un poco su forma, volviéndose más abstracta.

Pandora.

Estaba pasmado y sin poder evitarlo sus ojos le detallaron, tratando de grabar los detalles a los que no presto atención cuando la conoció, más se sorprendió.

Sin sentido.

La castaña resaltaba en el monocromo espacio, su mirada estaba llena de melancolía, dolor, como si le hubieran quitado lo que más amaba, más también tenía esperanza, como si pudiera recuperarlo, en sus labios se pintaba una sonrisa tierna, apretó la joya y esta volvió a ser un copo de nieve, la beso y emitió un susurro inaudible, que no pude escuchar.

De repente me miró y sonrió segura de nuevo.

Brincó de la lanza y sus pies tocaron el piso suavemente, se acercó y se paró enfrente de mí.

Me extendió su mano y de nuevo sentí un impulso que me hizo tomarla.

-Ahora que tomaste mi mano... podemos comenzar los preparativos-dijo ella, soltando mi mano y caminado y llevando sus manos a la cadera, solo pude seguirla, quería preguntar sobre lo que vi, pero aún no confiaba completamente, y a eso se sumaba una sensación que me decía no debía preguntar eso, al menos no ahora.

Nunca lo olvidaría, esa mirada tan parecida a la mía y esa imagen que denota soledad y anhelo... tal vez el trato podía funcionar.

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Del trato que formamos el ángel y yo ya han pasado tres meses... aproximadamente, no puedo saberlo con exactitud, puesto que "el espacio sigue detenido".

A lo largo del "tiempo" que llevo con ella, he aprendido lo básico, y algunos extras, también comencé a tejer una extraña relación de "hermandad" con ella, hasta el punto en que establecimos ciertos aspectos.

Lo primero es que no podía salir de esta monocromía, hasta que sea lo suficientemente fuerte y controle mi Kisedia*, "poder mágico" en resumidas cuentas, algo que estaba cercano a sus suceder, definitivamente tenía talento para magia, fuera real o un truco.