Ni bien puse un pie en la entrada principal de la academia supe que algo extraño pasaba. En la recepción había bailarines por doquier, con ceños levemente fruncidos y miradas confusas
Intenté hacerme paso entre la multitud de mallas y ballerinas para poder ver qué miraban con tanto recelo. Ya estaba por llegar a las primeras filas cuando unos finos dedos me aferraron con fuerza hacia atrás
Lauren continuó forcejeando hasta que logró hacerme desandar todo lo avanzado y me hizo señas que nos moviéramos a un rincón
- ¿Ya viste a los callejeros? Qué horror - puso cara de drama posando su delicada mano sobre el pecho - Es que te mueres, son puros nacos y nacas, parecen recién salido de la correccional
- ¿De qué se supone que hablas Lauren? No he visto nada porque ni bien me quise acercar a dar una ojeada me arrastraste hacia acá
- Cómo sea son los callejerientos del programa de danza urbana, están fatal la verdad con esos atuendos tan horribles, ¿cómo no les da vergüenza? - abrió los ojos escandalizada
Rodé los ojos
- ¿Y a ti no te da vergüenza andar de chismosa? Apenas ni llegan y Ya pareciera que les haces la guerra - le sostuve la mirada a Lauren - Se que son diferentes pero bueno... Tampoco es para que les arrojemos piedras
- ¿Y a ti qué te pasa? ¿Cuál es tu problema? Este es nuestro espacio... ¿lo olvidas? Después no te quiero ver llorando cuando todo esto sea un cuchitril
- Ay bájale a la vena Lauren, neta que estás muy densa hoy. No manches, ni siquiera los he visto y ya pretendes que los odie. Quizás y sean tranqui...
Ni bien procuraba intentar la frase observé cómo un silencio se formaba en el ambiente y la multitud se abría a la mitad para dar paso, a lo que parecía ser una banda callejera. Un grupo de chicos y chicas con jeans sueltos y colgando a sus caderas a duras penas, sudaderas anchas con top abajo las chicas y remeras musculosas los chicos, gorras por doquier y cadenas colgando de las pretinas de los jeans completaban un conjunto de atuendos que para nada sentaban con el lugar.
Lauren abrió los ojos con espanto y se retiró rauda como gacela hacia otro lado, pues ellos venían directo en nuestra dirección
Los nuevos se abrieron ligeramente paso entre ellos para dejar pasar a una chica delgada pero curvilínea, con similar atuendo a sus amigos.
- Ey tu, güera - me hizo un gesto con la cabeza - ¿Sabes si la dire tardará mucho en llegar?
Pestañeé un par de veces y miré por sobre mis hombros, para darme cuenta que no había nadie tras de mí.
- ¿Me hablas a mí? - le pregunté asombrada
- ¡Claro! Ni modo que al fantasma de tu derecha - rió mostrando una hilera de dientes blancos
- Lo siento, estaba distraída ¿Decías?
- Te preguntaba que si la dire tardará mucho en llegar - y luego pasando observando mi cara de confusión - La directora quiero decir
- Ahhhhh pues ella ya debe estar por llegar. ¿Necesitas algo? - pregunté por cortesía
La chica me observó un par de segundos en silencio y luego se acercó lentamente a mi, hasta quedar a sólo unos centímetros de distancia, observándome a los ojos.
- Si en realidad si... Mi amiga - susurró casi a un centímetro de mi rostro y miró de reojo a una chica tras suyo - anda delicada del estómago y necesita ir al baño... Se supone que la directora nos mostraría toda la dependencia, incluyendo el dichoso baño, pero aún no llega ¿Tú nos llevarías?
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El vacío de Isidora
RomanceIsidora García es una "Primadonna" con todas las letras en el ámbito artístico de la Academia de Artes a la que asiste hace años, su pasión por el Ballet y violín traspasa toda frontera y se destaca notablemente en esas áreas. Delicada, femenina...