❝ La paz de Narnia esta en riesgo. Un nuevo enemigo quiere usurpara el trono, y dar paso al caos. Narnia vuelve a necesitar a sus reyes, pero esta vez el destino juega una papel muy importante en esta historia❞
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♚Her...
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CAPÍTULO NUEVE:
Biblioteca.
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"Eran escurridizos, y más en estos tiempos. Desde la caída de la Bruja Blanca, todos sus aliados parecieron, ya nadie les daba cobijo en Narnia, y menos después de la traición cometida contra Aslan.
Por lo que sí, los Atemes eran escurridizos, y más cuando se adentraban en los bosques y lograban escalar algunas de las montañas. Ese era su terreno, y era muy difícil atraparlos en esos lugares. Así que lo mejor era atraparlos fuera, en un prado, o en una zona bien prevista.
Había observado, de igual modo, en una de mis tantas expediciones, que si una vez su territorio era descubierto, era muy fácil hacerles emboscadas. No obstante, era casi imposible lograr detectarlos, pues cambiaban de terreno cada pocas semanas; eran un reino nómada, incluso en los tiempos de la Bruja Blanca habían seguido cambiado de lugar cada poco tiempo.
Eso los hacía un enemigo complicado, pues eran volátiles e impredecibles; un reto en todo su esplendor. Sin embargo, yo no me rendía..."
─ Supuse que no ibas a dejarlo de lado. ─ Una voz masculina me tomó completamente desprevenida, logrando que soltara un grito silencioso y que el libro se me cayera de las manos.
Me giré exaltada y observe cómo el rostro de Peter se contraía en una risa, complacido ante mi reacción. Bufe, pero guarde mis reclamos y repuse la compostura con una respiración honda y lenta. Me había sumergido tanto en la lectura que no había oído ningún paso acercándose.
Le lancé una mirada de profundo odio al rubio, quien seguía desternillándose de la risa, apoyado contra la pared, sujetándose el estómago con una mano. El enfado se me olvido al ver su actitud relajada. Tenía el pelo revuelto, y llevaba solamente la camisa, los pantalones y las botas, dejando a un lado el chaleco de esta mañana.
Ante su posición inclinada, la camisa ancha dejaba ver sin ningún obstáculo ver su pecho bronceado y musculoso, pero sin duda era su risa y su cara contenta lo que le hacía ver atractivo. No puede evitar, una vez más, comprar como en los libros describen a semejante rey como un hombre serio, cuando realmente era cálido y simpático.
