1.-Love is not over.

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Cuando por fin estuvo frente a ese imponente mansión se sintió nervioso. ¿Sus padres lo odiarian?¿Lo habían extrañado?.

Un nudo se forma en su garganta y sujeta con fuerza la maleta que llevaba en la mano. Seitaro rió al ver la graciosa expresión de su papá desde su carreola. Eso hizo que su cuerpo se relajara y por fin decidiera tocar el timbre. Unos minutos después una mujer joven abrió la puerta.

—Si, buenas noches, ¿Que deseaba?—

Los nervios le invadieron y trataba de calmarse.— Se-e encuentran los señores Takao?—

La mujer asintió y lo hizo pasar. Al estar ya adentro el sentimiento de nostalgia le llegó. Los recuerdos de su niñez y adolescencia le llegaron. Suspiró.

—De parte de quién tengo que avisar?—

—Kazunari, Takao Kazunari..—Habló con firmeza.

La empleada lo observó un poco extrañada y se retiró en silencio.
Poco tiempo después pudo escuchar los rápidos pasos de las personas que venían apuradas bajando. Las lágrimas volvieron a llenar sus ojos al ver otra vez a sus padres. Ambos adultos al estar cerca lo abrazaron con fuerza mientras lloraban.

—Mi bebé/mi niño—

Ambos padres se habían vuelto locos cuando su hijo no apareció después de dos días e iniciaron su búsqueda sin resultados. Pero ahora lo tenían entres sus brazos.

Un llanto interrumpió el momento conmovedor. Desde la carreola se removía el pequeño niño, que se encontraba cubierto de pies a cabeza por un mameluco gris con estampado de koalas.

—'apito miyo!—

Los señores Takao lo observaron sorprendido. Kazunari se acercó a su bebé y lo cargo en brazos tratando de calmar el llanto de su hijo.

Seitaro no entendía pero le había dado miedo al ver a personas extrañas abrazar a su "madre", que para su mente infantil e inocente querían quitarle a su Papi. El bebé abrazo con fuerza el cuello del pelinegro y éste se acercó de nuevo a sus padres.

—Se que están todavía impresionados, pero.... Quiero presentarles a mi hijo, mi pequeño príncipe, Seitaro—

Ambos adultos lo observaron y se llevaron una gran sorpresa al descubrir el color de cabello del pequeño niño.

—Si, estuve en una especie de "relación con el doctor Midorima.... Pero les juro que yo tenía idea de que estaba casado y tenía un hijo.... —Las lágrimas volvieron a aparecer.— Me dolió tanto que no supe que hacer, tenía miedo, no quería decepcionarlos...—

El señor Takao Taro y su esposa Miyuki, admitían que cuando su hijo se iba a fiestas y se comportaba como un adolescente, no les gustaba, sin embargo ese día que desapareció creyeron que estaba en una fiesta o en algún bar, pero nada, el miedo los consumió más al ver que no había pistas del paradero de su hijo, su única hijo.

Taro negó lentamente.— tú nunca nos decepcionarias Kazu.... Eres nuestro bebé, y aunque ese maldito que te utilizó las va a pagar muy caro, el bebé no tiene la culpa..—Miyuki asintió ante las palabras de su esposo, sin poder hablar a causa del nudo en su garganta.

—Yo... Les diré todo, pero mañana, hoy solo quiero descansar..—

Ambos mayores asintieron para después hablarle a una de las empleadas para que arreglaran su cuarto.

Cuando ambos padres se alejaron para hablar con los empleados decidió observar a su bebé, que tenía sus ojitos rojos, su cachetitos igual y un pequeño puchero en su pequeñitos labios.
Rió levemente para después besar la cabeza del niño.

—Todo estará bien mi vida, todo está bien..—Susurró al oído del menor.

Prometiendo le muchos juguetes, dulces y un cuento antes de dormir.

Prometiendo bajar las estrellas solo para él.

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Soy un asco de escritora :'v

Besos :3

Dad. (MidoTaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora