No había de que alarmarse. Una batalla como esa era algo que generalmente tenían en la bolsa. Y todo hubiera sido tan fácil...
Si el gatillo de la pistola ecto-neutralizadora de fantasmas no se hubiera atorado en el momento crucial.
—Oh... esto le suele dar un giro a la trama. — Mencionó Tucker tras notar que ese gatillo no cedería.
Valerie y Sam, que habían servido como distracción, ahora estaban en el blanco de la Dama de los Almuerzos. No había forma de salir limpias de aquello.
Y así fue como sucedió. Aquella señora loca se había salido con la suya, logrando escapar. Y a ellos ahora les hacía falta más que un baño.
Sam podía sentir su cabello grasoso incluso después de tomar dos duchas.
Lo cepillaba con sus manos como una maníaca obsesiva compulsiva, rebuscando entre las hebras negras y largas.
—¡Tucker!
El joven geek se encogió de hombros.
—No fue mi culpa Val, juro que le doy todo el mantenimiento que el presupuesto nos permite.
Observó la descuidada calidad del arma que solía usar. Era verdad, mantenerlas en buen estado cuando las usaban a diario era algo costoso. A decir verdad, no ganaban lo suficiente siquiera para ellos mismos.
Torció ligeramente la boca.
Observó a la joven sentada a lado de ella, la cual estaba concentrada en quitar los restos de esa batalla de su cabello.
—Por esa razón decidí llevarlo corto, y... ¡Sam! — Se interrumpió a ella misma.
—Había olvidado que hablaba con la heredera de un inventor o algo así... — Mencionó, con cierta emoción.
—¿Tus padres podrían financiar al menos lo suficiente para que sigamos con el proyecto sin problemas, no es así?
El gesto de la chica gótica cayó ligeramente.
—Emm... No lo creo, chicos.
—¡Vamos! Sólo será en lo que nos estabilizamos un poco. Después devolveremos todo.
—Val, no es eso. En verdad mis padres preferirían ver como esto se nos cae encima, para hacerme ver que debo dedicar mi vida a algo "decente" antes de ayudarnos.
—Créele, sus padres detestan esto incluso antes de que Sam decidiera dedicarse a ello. — Tucker conocía perfectamente el problema con sus padres. Su odio hacia esto aún mayor desde el accidente que casi los mata a ellos junto al matrimonio Fenton. Eso era un tema que no solían tocar.
Val dio un resoplido, mandando a volar un mechón rebelde en su frente.
—Pues tal parece que vamos por el camino que desean tus padres.
Aquello era todo, ya podía ver como aquello por lo que lucharon se caía cuesta abajo.
No encontraban financiamiento a pesar de su servicio a la comunidad.
Todos los empresarios manejaban un modelo estricto de trabajo que poco iba con su estilo de hacer las cosas.
Unas horas más tarde liberaría su frustración con el pobre sacó de boxeo enganchado al techo.
Sus músculos se tensaban; el sudor descendía. Cada uno de sus músculos hacían un esfuerzo por liberar el cumulo de mal humor que era la chica.
Golpeó hasta que el arnés que sostenía el saco se desatoró, provocando que este saliera volando.
—AGGGGGH.
Y aun después de eso, siguió rígida en su rutina.
—Hija... ¿Todo bien? Te he oído gritar. — Entró su padre cautelosamente, incluso él sabía lo malo que era encontrar a su hija de malas.
—Estoy bien papá, gracias. — Habló de manera demasiado ruda como para que su padre no entendiera que quería estar sola.
—Está bien princesa, pero estaré disponible sí quieres hablar de algo. — Dijo finalmente, y se fue cabizbajo.
Quizá demasiado dura, pero fácilmente desquiciable.
Esa era Valerie, el punto débil de la fortaleza del equipo.
El ave rapaz que espiaba por la ventana volvió volando hacia donde provino. O más bien, de donde lo habían mandado.
Entró por la ventana a la elegante y pulcra oficina, para pararse sobre el escritorio de fina caoba.
—Bien hecho. — Felicitó a la criatura, para luego tomar el teléfono fijo que tenía a lado.
Era hora de iniciar con el plan.
Mientras tanto, la chica había caído por fin agotada. Se había sometido duramente a una rutina alimentada de pura ira.
Escuchó el timbre de su celular, acompañado de una vibración en su bolsa.
Se levantó con algo de dificultad, y lo primero que hizo fue tomar su botella de agua y esperar a que su respiración se regulara. Ignoró su teléfono pues no quería ser escuchada entre jadeos de cansancio.
Pero aun cuando logró calmarse, el teléfono continuaba insistente. Esperaba no fuese algo tan importante, se sentiría culpable de haber ignorado la llamada un buen rato.
—Sí, diga. — Vociferó a través de la línea.
—Señorita Valerie Gray... — Escuchó una voz profunda, y con tildes realmente familiares, aunque no lograba recordar donde había escuchado antes esa voz.
—Lamento molestarla a estas horas, seguro la he despertado, me disculpo. — Mintió, pues sabía exactamente que hacía la chica.
—No, no, está bien. ¿Quién habla?
YOU ARE READING
Enemies from the Past
FanfictionEsta historia va más allá de cuando nuestro héroe perdió a sus padres y tuvo que vivir con el enemigo. Años después, Samantha Manson es una joven adulta que junto a su mejor amigo Tucker Foley y Valerie Gray continúan en la cacería de fantasmas; per...