Pensamientos en Crisis Existenciales

Una compañera.

Hace algún tiempo
me comentaron del por qué
no aprovechar la situación,
de cómo la compañía de otro ser sería dichoso en el hogar,
a lo que yo no supe responder,
no estaba segura de
encontrarme estable,
si ya había superado
mi última pérdida.

Mientras, lo demás,
como hormigas obreras
pusieron manos a la obra,
uniendo sus mentes e ideas
repasando la situación presentada.

Por otro lado,
yo andaba por las nubes, idealizando de lo que podría ser.

Pasando los días estaba ansiosa, esperándo que cruzaras esa puerta junto a mi ser querido,
fue larga la espera.

Semanas después, finalmente llegaste, te acomodaste,
sentías nervios,
pero yo estaba ahí para verificar que nada malo ha de suceder,
tu pequeño y frágil cuerpo era
muy vulnerable en ese momento, aunque pensándolo bien,
podría tenerte en un pedestal
todo el tiempo que quisieras,
o necesitaras.

Ay querida, sí,
pequeña de seis dedos,
a penas te tuve en mis brazos,
me robaste el corazón,
esos pequeños ojos claros enamoran a cualquiera, esas patitas tan suaves, y el movimiento de orejas curiosas me cautivaron.

Intentaste dar tus primeros pasos, caíste, y yo me reía descontroladamente de lo tierna que lucías, claro que,
después ayudé a levantarte,
y así, como un flechazo, atravesaste mi corazón,
de tal modo que la mente no cumplía la función, crítica,
esa que suelo tener ante todo,
y todo el tiempo.

Pequeña traviesa,
¿quién te dio permiso
de entrar en mi vida?

Te protejo
ante cualquier adversidad,
te abrazo,
y al sentir la calidez de ambas
me pregunto...

¿Cómo es, que en este pequeño ser cabe tanto amor?

Dar, estar, hasta sin esperar,
sufrir, llorar, pero siempre perdonar.

Mueves la cola, corres,
y noto la felicidad de tenerme cerca,
y así me doy cuenta,
que tú eres todo lo que tengo.

Ante cualquier situación,
te encuentro contenta,
y siempre te pregunto
por qué eres tan feliz,
mas no tengo respuesta,
te pido de rodillas
que me enseñes a serlo, ser feliz,
serlo de verdad.

Y supongo que,
mientras tenga tu amor,
nada me ha de faltar,
porque contigo,
me siento en mi hogar.