Las Crónicas de Narnia: susan y caspian

Capítulo 3. Felimath

Pasó una semana desde que los Pevensie llegaron al Viajero del Alba. El mar era tan tranquilo, se sentían tan bien, era genial estar lejos del ruido de Finchley.
Caspian estaba en la habitación de antes, acompañado de Drinian y los antiguos reyes y reinas de Narnia.
-Tiempo antes de que ustedes llegaran fuimos informados de que una extraña criatura está acechando las Islas Solitarias.- Dijo Drinian.
-¿La han visto?- Preguntó Peter.
-No, su majestad. La criatura se esconde bajo una bruma color verde. Nadie ha logrado verla.
-Quisiéramos ir a las Islas Solitarias para descubrir de qué se trata.- Prosiguió Caspian.
Los cuatro reyes estuvieron de acuerdo. Después de todo, su deber era proteger Narnia.
-Saldremos mañana temprano.

Era de noche, todos dormían menos Susan. Ella no lograba conciliar el sueño. No dejaba de sonreír, estaba tan feliz. Estaba en Narnia, su hogar, estaba junto a su gran amor Caspian. Así que no pudo más: se levantó y fue directo a la cubierta, quería ir a hablar con él, pero sabía que probablemente ya estaría dormido. Pero no era así, Caspian estaba aún despierto, pensando en Susan, en su amada Susan, cuando de pronto sintió que debía salir de su habitación e ir a la cubierta, después de todo, no podía dormir.
Y así fue, cuando por fin estuvo en la cubierta, vio a Susan. Parecía que lo estaba esperando desde hace horas, se acercó y tomó su mano. Al fin estaban a solas.
-Hola.- Le dijo Caspian.
-Hola.- Susan sonrió tímidamente. Caspian se sentó a su lado.- Me alegra estar de nuevo aquí. Te extrañé mucho.- Caspian fijó sus ojos en los de la Benévola. Sus rostros se juntaban lentamente, como si fueran a repetir aquel beso. Pero no lo hicieron.- Será mejor que nos vallamos a dormir.- Le dijo a Caspian, éste asintió.
-Buenas noches.- Susan besó la mejilla de Caspian.
La reina dejó salir un suspiro mientras se metía de nuevo en la cama. Cuando por fin despertó en la mañana, Lucy se veía una y otra vez en el espejo. Parecía molesta.
-¿Qué pasa Lu?- Dijo Susan despertando.
-No puedo arreglar mi cabello.
-Pero así te ves muy linda.- Lucy hizo una mueca. Susan se acercó a su hermana y le arrebató el cepillo.- Te ayudaré.
Ahora el cabello de Lucy estaba recogido en una coleta que giraba hacia la derecha, con unos mechones ondulados que sobresalían.
-¿Qué te parece?
-Me veo muy...
-Linda.- Terminó Susan. Lucy le sonrió.

Cuando Susan terminó de arreglarse, ella y Lucy salieron a la cubierta, donde ya todos estaban ahí.
-Buenos días Reepicheep.- Le saludó Lucy.
-Buenos días majestad.
-Puedes llamarme Lucy.
-Buenos días Lucy.- Le dijo el ratón.

-Está todo listo señor.- Le decía Drinian a Caspian. En ese momento partían hacia las Islas Solitarias.
La primera en ser visitada fue Felimath. Parecía que sólo eran ruinas, como las de Cair Paravel.

Los Pevensie y Caspian bajaron del Viajero del Alba.
Todos estaban atentos por si algo raro aparecía. Peter, Edmund y Caspian llevaban sus respectivas espadas en mano, Susan su arco y flechas y Lucy su daga y su muy útil poción curativa.
-¿Aquí no habita nadie?- Preguntó la menor de los Pevensie.
-No lo sé.- Dijo Caspian.
-Está muy solo.
-Ammm Lucy... son las Islas Solitarias.- Le dijo Edmund. Lucy lo miró con ironía.
En ese momento estaban a punto de entrar a una especie de cueva, o casa, no sé muy bien lo que era.
-Yo vigilo, ustedes entren.- Les dijo Peter a los demás. Y así fue.
Entraron en lo que parecía ser un antiguo palacio, que ahora era sólo ruinas, ahí encontraron el tesoro de mil reyes, había infinidad de joyas y monedas de oro.
-¡Wow!- Exclamó Edmund.
En el centro de todo ese tesoro, había una mesa de madera y en ella había un libro lleno de nombres y cantidades de dinero. Algunos nombres estaban tachados.
-¿Qué es esto?- Preguntó Susan observando el libro.
-¿Y de quién son todos estos nombres?- Preguntó Edmund.
-¿Y por qué están tachados?- Preguntó Lucy.
Caspian se detuvo un momento a observar el libro y los nombres que estaban escritos en él.
-Venden esclavos.- Por fin dijo.
-¿Qué?- Lucy parecía asombrada.
-Sí hay personas en esta isla.

                                                                                                                                                      Acontinuacion......