•Capítulo 14•

19K 1.6K 2.9K
                                        

Si pensaba que esta situación era complicada estaba equivocado, puesto que no se podía comparar lo difícil que eran estos momentos para este matrimonio.

-¿lo sabes? -preguntó alarmado.

Las miradas que alguna vez habían sido de completo amor y ternura, se habían convertido en todo lo contrario, en terror y odio.

-Hoy llegue temprano a casa, ¿Tu qué crees? -dijo seriamente.

-pensábamos hablarlo contigo, no pensé que todo se saldría de control. -el rubio miraba asustado a su esposa, con miedo a que ella hiciera una locura.

-No puedo creer que hayas metido a mi hijo en una cosa así! -decía totalmente enojada. -¡solo es un adolescente!

-... -el rubio se quedo callado sin saber que decir, miraba como las lagrimas de la mujer se deslizaban por sus mejillas, sintiendo como se estrujaba su corazón, con solo una mirada.

-Pensé que todo estaba saliendo bien que seriamos felices, ¡pero jamás imagine que estuvieras acosando a mi propio hijo!  -dijo entre el llanto, mostrando las graves heridas que había provocado, en esa pequeña madre.

-Inko...

-¡fui una idiota, en creer poder formar una nueva familia! -sollozo. -¡en pesar que tu eras diferente!

-Todo es mi culpa, por favor no culpes a Izuku. -suplicaba con la mirada. 

-Me voy. -dijo sin mirarlo escondiendo su rostro rojo y lloroso.

Katsuki se puso de pie para salir de su lugar respetuosamente, lo único que podía hacer en esos momentos, lo único.

-Gracias por todo, Inko... -dirigió una última vista a esa persona con arrepentimiento por haberle causado tanto daño. -lo siento.

-Katsuki. -El rubio puso total atención para escuchar. -No te acerques a mi hijo, puedo acusarte de acoso a un menor de edad.

Su total odio se reflejaba en esos grandes ojos, mostrando la fuerza que estaba ejerciendo esa dulce mujer.

Esas palabras le dolieron, saber que no podría ver a Izuku le causo temor, pero no merecía reclamar por nada, se sentía el menos indicado para esto.

-Entiendo.

La mayor se llevo todas sus pertenencias de la casa del rubio a un taxi que la llevaría a su antigua casa, para jamás volver a enamorarse nunca más, el mismo error de siempre.





°°°

El pecoso esperaba ansioso y nervioso  a que le abrieran la puerta de esa gran casa, tomo sus manos nerviosamente, para después escuchar el rechinado de la puerta.

-¡Mi obejita esta aquí! -exclamo feliz el peli azul, abrazando con ternura a el menor. -¿a qué se debe el gran honor de que me visites? -decía entre risas, exagerando una voz muy formal. Pero al notar al chico totalmente nervioso, su semblante se volvió completamente serio. -¿sucedió algo? -dijo totalmente preocupado, acariciando dulcemente el cabello rizado del chico, para después verlo a los ojos.

-Y-yo quiero hablar contigo. -dijo sin poder verlo.

-Sucedió algo con tu padrastro ¿no es así? -dijo sonriendo nerviosamente.

Izuku asintió con pena y nervios, sin poder ver a Tomura a los ojos.

-L-lo siento. -los ojos esmeraldas estaban a punto de lagrimear, pues no soportaba dañar a una persona especial para el.

Mi Padrastro. (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora