Si pensaba que esta situación era complicada estaba equivocado, puesto que no se podía comparar lo difícil que eran estos momentos para este matrimonio.
-¿lo sabes? -preguntó alarmado.
Las miradas que alguna vez habían sido de completo amor y ternura, se habían convertido en todo lo contrario, en terror y odio.
-Hoy llegue temprano a casa, ¿Tu qué crees? -dijo seriamente.
-pensábamos hablarlo contigo, no pensé que todo se saldría de control. -el rubio miraba asustado a su esposa, con miedo a que ella hiciera una locura.
-No puedo creer que hayas metido a mi hijo en una cosa así! -decía totalmente enojada. -¡solo es un adolescente!
-... -el rubio se quedo callado sin saber que decir, miraba como las lagrimas de la mujer se deslizaban por sus mejillas, sintiendo como se estrujaba su corazón, con solo una mirada.
-Pensé que todo estaba saliendo bien que seriamos felices, ¡pero jamás imagine que estuvieras acosando a mi propio hijo! -dijo entre el llanto, mostrando las graves heridas que había provocado, en esa pequeña madre.
-Inko...
-¡fui una idiota, en creer poder formar una nueva familia! -sollozo. -¡en pesar que tu eras diferente!
-Todo es mi culpa, por favor no culpes a Izuku. -suplicaba con la mirada.
-Me voy. -dijo sin mirarlo escondiendo su rostro rojo y lloroso.
Katsuki se puso de pie para salir de su lugar respetuosamente, lo único que podía hacer en esos momentos, lo único.
-Gracias por todo, Inko... -dirigió una última vista a esa persona con arrepentimiento por haberle causado tanto daño. -lo siento.
-Katsuki. -El rubio puso total atención para escuchar. -No te acerques a mi hijo, puedo acusarte de acoso a un menor de edad.
Su total odio se reflejaba en esos grandes ojos, mostrando la fuerza que estaba ejerciendo esa dulce mujer.
Esas palabras le dolieron, saber que no podría ver a Izuku le causo temor, pero no merecía reclamar por nada, se sentía el menos indicado para esto.
-Entiendo.
La mayor se llevo todas sus pertenencias de la casa del rubio a un taxi que la llevaría a su antigua casa, para jamás volver a enamorarse nunca más, el mismo error de siempre.
°°°
El pecoso esperaba ansioso y nervioso a que le abrieran la puerta de esa gran casa, tomo sus manos nerviosamente, para después escuchar el rechinado de la puerta.
-¡Mi obejita esta aquí! -exclamo feliz el peli azul, abrazando con ternura a el menor. -¿a qué se debe el gran honor de que me visites? -decía entre risas, exagerando una voz muy formal. Pero al notar al chico totalmente nervioso, su semblante se volvió completamente serio. -¿sucedió algo? -dijo totalmente preocupado, acariciando dulcemente el cabello rizado del chico, para después verlo a los ojos.
-Y-yo quiero hablar contigo. -dijo sin poder verlo.
-Sucedió algo con tu padrastro ¿no es así? -dijo sonriendo nerviosamente.
Izuku asintió con pena y nervios, sin poder ver a Tomura a los ojos.
-L-lo siento. -los ojos esmeraldas estaban a punto de lagrimear, pues no soportaba dañar a una persona especial para el.

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Mi Padrastro. (Katsudeku)
Fiksi PenggemarUna persona que llego sin avisos. Y un sin fin de problemas. °•°•°•°•°•°•° ❤Los personajes no me pertenecen❤ ATENCIÓN: Los personajes se salen un poco de sus respectivas personalidades.💋