t r e s

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Cuando Levi vuelve Eren sigue ahí, de pie en el balcón, el viento sopla, las nubes se mueven junto con el sol y los rayos de este junto a su cabello pero no hay manera alguna de que él se inmute.

En el pasado Levi pensó en Eren como un ser divino de alguna historia fantástica, y se cuestionó si apareció frente a él para salvar el mundo o para destruirlo. Con el tiempo Levi comprendió que el único mundo que destruiría sería el suyo.

Eren se gira hacia él, como si el viento hubiese llevado sus pensamientos a sus oídos. Sus miradas colisionan. E igual que siempre hay magia en su mirada y un infierno en su sonrisa.

El día que se conocieron, en aquella cafetería en la cuál Levi solía tocar, recuerda haber mirado a Eren con discreción, como un depredador mira a su presa en busca de algo que le dijese todo de él sin tener que conocerse. Pero Eren se había acercado a él, sonriendo, devorando ángeles con su sonrisa, regalando pecados con sus manías.

(Ahora el paraíso no es más un paraíso y el purgatorio se cierne sobre Levi con las millones de almas en pena).

"Soy Eren" le dijo.

Levi no es capaz de recordarlo, la forma en que le miró. Quizá lo hizo con la dulzura de un amante a media mañana después de un beso de buenos días. O quizá lo hizo con la intranquilidad que lo hace ahora al verle caminar pretensioso hacia él.

Tal vez fue ahí, justo después de escuchar su nombre cuando lo supo, que así iniciaba todo. Un verano. Un saludo. Su nombre. El nombre de Levi. Y millones de recuerdos. Recuerdos que ahora intenta entender, descifrar los acertijos que tendió para él en el camino y buscar todas las soluciones posibles.

"Y yo soy Levi" respondió.

Eren dijo que «era un placer», su voz sonó entonces como aquellas viejas canciones de radio que te hacen recordar los viajes de carretera sin destino junto a un montón de desconocidos que terminas por considerar amigos.

El mundo se detuvo. Se detuvieron los planetas, las personas, el viento, el mar y el tiempo. Todos a su alrededor les vieron soñar. ¿Pero como no iban a hacerlo? Si Eren estaba ahí junto a él entonando canciones de palabras incoherentes, o bailando con sus pies descalzos entre la arena, sin ser conscientes de lo que soñar y elevarse tan alto significaría...

"Llegas tarde" Eren le dice. Incluso si es una mentira. Levi no es una persona de llegadas tardías, nunca lo ha sido. Pero Eren quizá es una persona sin horarios fijos. "¿Cómo te ha ido?"

"Bien. Supongo."

"Supones. Nunca me han gustado las suposiciones. Es una certeza o es una mentira. O es un sí o es un no. No me gusta el tal vez. Suena a que estás lleno de dudas y miedos, y no deberías tener miedo de tus elecciones. Tu me enseñaste eso."

"Eren, estás siendo tonto"

"Siempre lo soy. Pero tú eres obstinado."

"¿Qué tiene que ver? ¿Cuál es el sentido de esta conversación de mierda?"

"No lo sé. Nunca nada ha tenido sentido entre nosotros."

NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora