d i e c i s é i s

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Eren nunca se queda mucho tiempo. Siempre se marcha cuando para él comienza ser aburrido el escuchar los ensayos, y Levi tiene que volver a casa solo.

Levi odia un poco los días como estos.

Levi odia como Eren parece agitar todo a su alrededor, incluyendo a las personas, personas ruidosas y molestas como Hanji, quien le dice una y otra vez que debería de poner fin a todo eso. Que debería olvidar a Eren.

Pero no puede hacerlo. No cuando todo ahí le recuerda a Eren. La ciudad le recuerda a Eren. Su cafetería favorita le recuerda a Eren. La costa a unos kilómetros de ahí le recuerda a Eren.

No puede simplemente decidirlo y olvidar las cosas que ama. Y aunque lo hiciese algún día, Levi no cree ser capaz de alguna vez caminar por esas mismas calles sin evocar su recuerdo.

Al llegar a su departamento incluso el primer pensamiento que tiene en mente es Eren y la ausencia de este, no está aquí pero tampoco significa que se ha marchado, Eren tiene después de todo algunos puntos esenciales que cumplir antes de irse.

El reloj marca la media noche. Levi está cansado. Suspira tirando su cuerpo boca arriba en el diván, clavando su mirada en el techo de su departamento. Tal vez entre el cansancio y el frío su cuerpo se rendirá y podrá dormir profundamente cómo nunca antes.

Tal vez. Por qué los planes se arruinan cuando el teléfono del departamento suena.

"¿Qué?" Él gruñe.

"Levi, soy yo, Eren"

"¿Qué demonios? ¿Por qué has marcado?"

La línea se queda en silencio durante unos segundos. Levi se pone de pie y toma su abrigo junto a las llaves.

"Bueno, esa es la razón por la cual llamo. Necesito dinero, ¿puedes venir?"

NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora