t r e c e

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Es diferente a la primera vez.

Levi se rinde ante Eren y no puede hacer nada para evitarlo. Besa su cuello, sube a su barbilla y finalmente le besa apropiadamente. Eren sabe familiar, dulce, a cafeína también, igual de adictivo y exótico. Le toma de la cintura atrayéndolo más hacia sí, maneobrándolo hasta que ambos están recostados sobre la alfombra, Eren debajo suyo. Eren le mira fijamente y su mirada es todo menos inocente. Levi se inclina y le besa de nuevo sin perder contacto, presionándose contra él de la misma forma en la que Eren lo hace.

Eren se ha vuelto un descarado en la cama, arañando a conciencia la piel de los brazos y espalda de Levi hasta hacerlo sangrar, y muerde también su cuello hasta que casi es doloroso sacando toda su frustración en el proceso. A Levi le gustaría ser un poco más gentil a veces. Pero a Eren no especialmente le gusta.

"Ahí" le dice, girándose y llevando a Levi donde quiere tenerlo.

Y continúan. Restregándose, moliéndose. Dañándose.

Lo mejor de todo (quizá) es que Eren se pierde durante el sexo (¿o se encuentra?), se deja llevar tan profundamente que no le importa mantener las apariencias, Levi casi puede reconocer el brillo de sus ojos que lo cautivó cuando le conoció. Y lo ama. Lo ama profundamente. Lo ama cuando respira pesadamente como ahora.

"Levi."

"Levi."

"Levi..." Lo ama cuando repite su nombre una y otra vez como si aún le necesitara.

NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora