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Levi quiere preguntar cuánto tiempo se quedará esta vez (si podría hacerlo para siempre), pero no lo hace porque de ante mano conoce la respuesta. Eren le mirará con indiferencia antes de cambiar de tema y pretender que no escuchó lo que ha dicho. Porque Eren es igual de insensato que un verano, tan impredecible como sus tormentas y tan cálido como sus atardeceres tardíos.

Levi nunca puede estar seguro de cuándo Eren se irá, de cuánto tiempo se quedará, a veces será solo un día, otros más podrían ser cinco, con suerte meses enteros (nunca toda la vida). A Levi no le gusta admitirlo, pero cada vez que Eren se va siente un enorme dolor en el pecho.

Levi piensa que quizá si supiera cuánto tiempo se quedará esta vez la separación sería menos dolorosa, pero no se atreve a preguntar, a ser tan débil.

A cambio Levi le pregunta si está bien para él desayunar huevos fritos.

"Ahora sabes cocinar" hace una observación. Y claro, porque la última vez que Eren estuvo aquí, meses atrás, Levi aún se valía de sus pobres amigos quienes venían día con día a dejar algo de la sobras de sus propias comidas. Si Eren hubiese estado aquí, sabría que un mes atrás Hanji le convenció para tomar cursos básicos de cocina, porque no todo el tiempo voy a estar ahí para ti, Levi, y que esas palabras en realidad le hicieron pensar que todos a su alrededor también se irían. Eventualmente.

Igual que Eren.

"¿Quieres o no?" Levi gruñe, sin girar a verlo. No lo necesita cuando se ha grabado de memoria cada pequeña arruga y lunar que conforma a Eren.

Se sorprende entonces al sentir sus manos sobre el mostrador ser cubiertas por un par de manos de dedos aún más largos, fríos, suaves. Eren está aquí, frente a él, sonriendo y el mundo de Levi deshecho a sus pies.

"Eres un desastre" Levi dice al alzar la mirada y encontrarse con los bonitos ojos cerúleos de Eren, se atreve a pasar una de sus manos por sus cabellos, no para peinarlo, solo para acariciarlo.

Eren se inclina en su toque, con los ojos cerrados. Luce cómodo, tranquilo, la luz de las lámparas le dan a su piel un brillo especial.

Levi le suelta, se aleja, le da la espalda y vuelve a cocinar.

Eren eventualmente se irá.

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