¿Quien demonios se cree que es?, se pregunto mientras caminaba por la calle peatonal Vía Mazzini.
De pronto se dio cuenta de que estaba pasando ante todas las tiendas sin siquiera mirar los aparadores. Se detuvo. Necesitaba calmarse y concentrarse.
Debía comprarse tres buenos vestidos y demostrarle a Steve que sabía un par de cosas sobre la moda a pesar de su opinión acerca de sus gustos.
Se detuvo ante el aparador que tenia frente a ella y lo miro. Era una boutique de marca; la ropa era exquisita y probablemente muy cara porque no se veía ningún precio por ninguna parte. Un vestido largo en particular capto su interés; mostraba un profundo escote en la espalda. Era de seda resplandeciente de tonalidades turquesa y celeste.
Lo admiro unos momentos, luego frunció el ceño. ¿A quien quería engañar? Se vería horrible con ese vestido; sería demasiado apretado y el escote demasiado revelador.
Impaciente, fue a otra tienda. El estilo italiano era hermoso, la piel de la mejor calidad, los zapatos...sexys más allá de lo que parecía posible. Resultaba algo irreal que estuviera caminando entre esas tiendas, mirando ropa que por lo general no solo habría estado fuera del alcance de su presupuesto, sino también de su estilo de vida en casa.
No iba a ninguna parte que justificara tener esos vestidos; pasaba casi todas las noches trabajando o junto con Lily.
Comprendió que seguía siendo la mujer sensata y practica que por lo general era.
Y sin duda eso era lo que esperaba Steve . Probablemente pensaba que no tendría ni idea de lo que debería que comprar.
Una vendedora se acerco a ella y le hablo en italiano, sacándola de sus pensamientos.
-Lo siento, no hablo italiano...-.
La mujer sonrió con cortesía.
-¿Le gustaría probarse ese vestido?- pregunto con un hermoso acento ingles-. ¿Puedo ayudarla en algo?-Victoria miro el vestido pequeño y provocativo que tenía en la mano.
Se recordó que ese día no tenía que ser sensata...se encontraba en Italia, de compras para fiestas y galas exclusivas. Y la tarjeta que Steve le había insistido que llevara aun le quemaba en el bolso.
Por una vez en la vida podía permitirse el lujo de ser superficial.Llegaba quince minutos tarde. Steve se encontraba sentado bajo el sol mientras ojeaba el menú. No estaba acostumbrado a que lo hicieran esperar. Le concedería cinco minutos más, luego la llamaría para comprobar si se había perdido.
Tenia que volver al trabajo en una hora... lo esperaba una montaña de papeles que debía repasar después de su viaje a Australia. De hecho, no debería haberse tomado el tiempo para salir a almorzar ese día... y ni siquiera era capaz de descubrir por que lo había hecho. El camarero apareció ante su mesa y el pidió una botella de Amarone y dos copas. Luego, al volver a quedarse solo, observo a la gente que pasaba por la acera. El murmullo suave de voces italianas de los otros clientes del restaurante lo relajaba mientras en el aire flotaba el aroma a café tostado.
Volvió a mirar la hora impaciente.
Entonces vio a Tony girando por la esquina y dirigirse hacia él. Iba cargada de bolsas, pero andaba con una seguridad relajada que le provoco una sonrisa. Parecía joven y despreocupada. Nunca antes la había visto de esa manera.
Al acercarse lo vio y sonrió.
-Lamento la tardanza-.
-No pasa nada, te perdono- se puso de pie con cortesía y espero a que ella se sentara frente a él antes de imitarla-. A juzgar por todas las bolsas que traes, doy por hecho que tu expedición de compras ha sido un éxito-.
-Así es...gracias- tomo la copa de vino que Steve le había servido-. Ha sido divertido. Todo es tan elegante aquí. ¡Hasta las aceras!-.
Su entusiasmo era contagioso y Steve rio.
-Algunas están hechas con el mármol local, rosa Verona-.
-Es muy bonito- le sonrió. Era extraño pero se sentía animada después de haber ido de compras y más relajada que lo que era capaz de recordar.
-Me alegro de que te guste- la observo-. ¿Significa eso que a pesar de tus quejas acerca de venir a Italia no será algo tan difícil vivir aquí un tiempo?-.
Reflexiono por un segundo.
-No, no será nada difícil- repuso con sinceridad-. Estoy segura de que sería más que feliz viviendo aquí...un tiempo- añadió la condición que él había empleado, consciente de que sin importar cuales fueran sus sentimientos, su tiempo allí seria fugaz-. El coliseo parece interesante- miro hacia la acera de enfrente en dirección al gran anfiteatro romano.
-Si, tiene unos dos mil años de antigüedad y es como el de Roma, solo que más pequeño y completo. Sin embargo, hoy en día solo se usa para festivales de opera en vez de lucha de gladiadores. Es uno de los escenarios al aire libre más grandes del mundo-.
Bebió un sorbo de vino.
-¿Es este el famoso vino Amarone del que me hablaste?- cambio de tema-. Es muy bueno. Tendré que pensar en servirlo en el restaurante-.
-No es un vino que deba pasarse por alto- dijo relajado-. A propósito, ¿Cómo van las cosas en el restaurante? No tuve tiempo de echarle un vistazo antes de marcharnos de Sídney-.
-Prácticamente, según lo previsto. La cocina esta ya equipada con todo lo necesario, las alfombras nuevas y el suelo de madera se han puesto. Ahora solo espero la entrega de las mesas y sillas nuevas que he pedido. Ah, y Sharon espera que me decida por algún mostrador- sonrió-. Tengo que repasar algunos folletos-.
-Si quieres llamarla, o usar el ordenador de mi despacho en casa, siéntete libre de hacerlo-.
-Gracias, así sería más fácil comunicarme con ella-.
-He abierto una cuenta en un banco de aquí e ingresado una cantidad que te ayudara con tus gastos. Además, debes usar esa tarjeta que te di para cualquier cosa que puedas necesitar-.
-Ya tuvimos esta conversación. No me siento cómoda si no dejas de hacer eso-.
-Como bien dices, ya tuvimos esta conversación- la miro fijamente-. No conseguirás nada discutiendo conmigo,Tony- con un gesto de la mano, llamo al camarero-. Ahora deberíamos ordenar- le expuso-. Por desgracia, tengo que volver al trabajo así que no tengo mucho tiempo-.
Naruko abrió el menú y trato de ignorar el tema frio del dinero.
-¿Qué me recomendarías?- pregunto.
-Aquí hacen muy bien los bigoli. Son una especie de espagueti-.
Se decidió por los bigoli de entrada y un plato fuerte del cual no entendió bien el nombre.
Cuando el camarero se marcho ella siguió echando un vistazo al menú,Steve la miro curioso.
Ese día le había dado un poco el sol y su piel se veía radiante. Y el cabello había terminado por caerle sobre un hombro, lacio y brilloso. Recordaba habérselo visto amarrado esa mañana, pero en ese momento lo llevaba suelto.
Ella alzo la mirada y lo vio mirándola al tiempo que captaba ese brillo de interés masculino en sus ojos. Cuando le sonrió, aparto la vista confundida. Se dijo que debía haberse equivocado; era imposible que Steve la mirara de esa manera. Había dejado más que claro que solo se trataba de negocios y que ella no era su tipo.
-El menú... es muy interesante- comento tratando de centrarse en otra cosa.
-¿Lo es?- sonó divertido por la observación.
-Si... la sección de platos es...-callo al notar que él había levantado una ceja-. Lo siento, puedo dejarme llevar por los temas de comida, es una...-.
-Deformación profesional- concluyo por ella con una sonrisa-. No te preocupes, los italianos también somos muy apasionados con nuestra comida-.
El camarero les llevo un poco de pan recién horneado y lo dejo en el centro de la mesa. Había jamón y unas exquisitas aceitunas verdes y negras junto con algunas verduras asadas con queso de cabra.
-Si estas interesada en platos nuevos para tu restaurante, deberías probar el toque especial que le da el chef a la giardinara- señalo el, indicando el pequeño plato que ella había estado estudiando.
-¿Qué es?- se adelanto con interés.
-verduras frescas con un marinado agrio. Prueba un poco- cortó un trozo de pan y vertió un poco del plato con una cucharita, luego lo extendió hacia ella.
Tony iba a quitárselo de la mano, pero el depósito el bocado en sus labios. Había algo muy intimo en el gesto que le acelero el corazón e hizo que su respiración se hiciera más lenta... fue una sensación muy extraña.
-¿Qué te parece?- quiso saber el con una sonrisa.
-Delicioso-.
-La comida debería ser como la vida, ¿no crees? Debería estimular los sentidos...- ella lo miro-. Te ruborizas de una manera muy bonita, ¿lo sabías?- musito.
Durante un momento, la calidez de sus ojos pareció provocada por el sol al posarse en ellos. Con dificultad, Tony consiguió recobrarse.
-¡Eres un seductor,Steve ! Pero supongo que es algo normal en los italianos-.
El rio.
-Para una mujer que nunca ha estado en Italia, te sientas a la mesa con un montón de cosas extrañas-.
-Pero casi todas son ciertas, ¿no?- replico.
-Algunas- corrigió el con una sonrisa-. Dejare que descubras cuales a su debido tiempo-.
Se esforzó en que no le gustara, en no rendirse a su personalidad magnética, a esos ojos claros y sexys...pero el calor del día y el suave fluir de la conversación empezaba a afectarle.
Cuando terminaron los platos principales y el camarero esperaba junto a la mesa para saber si iban a desear algo más, ella se dio cuenta de que llevaban una hora hablando de nada en particular.
Sasuke miro su reloj de pulsera.
-Tengo que volver a la oficina-.
-Si...y yo a la casa,Lily empezara a preguntarse dónde estoy-.
-Le diré a mi chofer que te recoja y te lleve a casa- dijo él.
En ese momento los interrumpió una mujer que se detuvo junto a la mesa, haciendo que ambos tuvieran que alzar la vista.
- ¡Peggy!- Sasuke se levanto con un movimiento fluido y beso a la castaña atractiva en ambas mejillas mientras durante unos instantes hablaban animadamente en italiano antes de que el pasara al ingles para presentar a Tony.
La mujer le sonrió con cortesía.
-No creo que nos hayamos visto antes- dijo con un ingles perfecto.
Tony pensó que era deslumbrante, probablemente de unos veintitantos años, con un cabello lacio largo que enmarcaba un rostro impecablemente maquillado.
Lucia un vestido café ceñido con un cinturón de piel ancho que resaltaba su cintura estrecha.
-Tony acaba de venir conmigo desde Australia- respondió Steve -. Nos casamos hace unos días-.
Hubo un momento de silencio.
-¡Se casaron!- miro a Steve como si casi esperara a que dijera que bromeaba-No lo puedo creer, el hombre que juro que jamás se casaría-.
De repente Tony comprendió que esa mujer estaba enamorada de él. Pudo verlo en la expresión dolida de los ojos verdes mientras lo miraba.
-Fue una decisión repentina- Sasuke se encogió de hombros.
La mujer asintió y pareció recobrarse.
-Bueno, felicidades- volvió a mirar a Tony-. Espero que los dos sean muy felices-.
-Gracias-Tony sonrió incomoda.
-Sera mejor que me vaya o llegare tarde al trabajo-Peggy miro otra vez a Steve -. Ha sido agradable verte otra vez, no puedo creer que estés casado, uno de los solteros más codiciados muerde el polvo...finalmente-.
El rio.
Al alejarse de ellos,Tony lo miro.
-Parece muy carismática-.
-Si, trabaja para una agencia de publicidad a la que voy de vez en cuando-.
-¿Y es una ex novia?- pregunto-. No es que sea asunto mío- murmuro ella incomoda al ver la reacción de Steve.
-Salimos un par de veces el año pasado. Pero jamás fue algo serio-. Se encogió de hombros.
Quiso decirle: Jamás fue algo serio para ti, pero prefirió guardarse su comentario. Mientras ella no pasara a formar parte del grupo, no era asunto suyo cuantos corazones femeninos había roto.
-Te veré mañana por la noche en Venecia- le informo.
-¿No vendrás esta noche a casa?-.
-No- movió la cabeza-, Trabajare hasta tarde, así que será mejor que me quede en el departamento que tengo en la ciudad-.
-Si, claro- asintió y trato de fingir que no le importaba-. Entonces... ¿Nos veremos en Venecia?-quiso aclarar con voz ronca.
-Si, es un camino un poco largo, así que te enviare un helicóptero. ¿Si es que no ofende tu sensibilidad de independencia?-.
-Si lo hiciera, te daría igual- replico, consiguiendo una sonrisa de él.
-Quizá no- respondió-. En cualquier caso, pasaremos la noche en el hotel Shield del Gran Canal-.
-La noche...- frunció el ceño-. ¡No puedo dejar a Lily una noche sola!-.
-Relájate...no te estoy sugiriendo que lo hagas.
Natasha ira contigo y la cuidara. Le gustara pasar una noche en el hotel-.
-Pero...-.
-Tengo que irme,Tony- cortó con firmeza y le indico al chofer que le abriera la puerta de atrás a ella-. Te veré en Venecia-.
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Business or Pleasure.
RomanceApunto de terminar en banca rota, Antonia Stark, madre soltera solo tenia una opcion...aceptar la sorprendente propuesta que le hizo el arrogante Steve Rogers. El le asegurara el futuro, pero le arrebatara su libertad y su corazón.