Capítulo 15

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¿Y KAMUS?


"¿Hermano has visto a Kamus?" preguntó la pequeña Sofia con el rostro acongojado y preocupada, había estado buscando al gato por todo lado. "Quiero despedirme de él y no lo encuentro en ninguna parte". 

Lorenzo trato de ubicar al animal pero su pequeña hermana tenía razón, el gato no se encontraba en ningún rincón de la casa, había simplemente desaparecido. Algo sumamente inusual en él. Siempre tenía el balcón abierto para que pudiera respirar aire fresco cuando se cansaba del encierro, e incluso escapaba por ratos pero volvía en cuestión de minutos. Sin embargo, aquel domingo parecía haber estado perdido toda la mañana. 

"Tal vez esta por ahí buscándose una novia" bromeó Lorenzo para tranquilizar a la pequeña. "Pero quien debería buscarse una novia eres tú" contestó Sofia molesta con los cachetes inflados. "¿Por qué es tan importante para ti que consiga una novia Sofi?" preguntó el joven. "Si consiguieras una novia, no tendrías que estar hablando con el gato como si estuvieras loco. Y tampoco tendría que estar viniendo yo a cuidarte".

Lorenzo no sabía si reír o llorar. Las ocurrencias de su pequeña hermana eran graciosas pero el hecho de que pensara que hablaba solo con el gato demostraba que en realidad había enloquecido. 

«Vaya mierda» pensó. Esperaba que en realidad Kamus de verdad hablara y que no fuera parte de su imaginación desbordada de locura. Al final tendría que encerrarse seguramente en un psiquiátrico. 

Ya era de noche y Kamus aún no aparecia a pesar del esfuerzo de los hermanos que salieron en la tarde a buscar en los alrededores del departamento. Sofia ya había vuelto a la casa de su madre y de pronto al hermano mayor el apartamento se le hacía demasiado grande y silencioso. De hecho, extrañaba hablar con el gato. 

El joven se sirvió un poco de café y se quedó mirando los antidepresivos que tenía sobre la mesita de noche. Reflexionó por un momento y decidió que era una tontería volverlos a tomar aunque la tristeza y la ansiedad se le estuvieran pegando a las entrañas. Se levantó, tomó los medicamentos y los tiró a la basura. Se acostó, si estaba loco asumiría esa responsabilidad. Después de todo extrañaría hablar con su mascota. 

Después de un rato Lorenzo finalmente se quedó dormido pensando en su gato... 

El Gato de Mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora