CREENCIAS
Era domingo y el cielo estaba oscureciendo, el sol estaba cada vez más oculto pos las montañas que contemplaba Lorenzo en silencio desde el balcón, con una tasa de café en las manos y recostado sobre el ventanal de vidrio.
Verónica había regresado a casa para dejar unas cosas en orden y traer un poco de ropa. Cada vez era más el tiempo que pasaban juntos en su departamento que en la casa donde vivía con sus padres.
"Parece que las cosas van bien" lo interrumpió Kamus que entraba y se sentaba a contemplar el final del atardecer con su dueño. "Sí, parece que Verónica decidirá volver en cualquier momento" dijo con cierta melancolía. "¿Y por qué te sientes triste?" preguntó el gato confundido. "¿No era a ella a quién más extrañabas?" complementó.
"Sí, es verdad" contestó el joven. "Pero quizá ya no pueda volver a hablar contigo mientras ella esté aquí" respondió con honestidad.
Un fuerte viento despeluco al gato y le revolvió el cabello a Lorenzo.
"¿Y por qué no podemos volver a hablar?" preguntó el animal. "Porque descubrirá que he perdido la cabeza" respondió tajante el muchacho. "Me temo que cosas como esas no pueden ocultarse" respondió Kamus con serenidad, "Ella debe saber todo sobre ti". Pero Lorenzo no respondió nada, en cambio se llevó la taza de café a la boca.
"¿Y sí mejor tenemos una última conversación profunda?" propuso el joven. "¿Acaso no todas las conversaciones lo son?" preguntó con curiosidad el gato.
Lorenzo volteó a mirar a Kamus que seguía inmutable mirando el horizonte y sonrió. Nunca lo había pensado así, pero cada conversación por diminuta e insignificante que se crea, siempre deja algo, una impresión, un consejo, una sugerencia, una idea, un anhelo, un deseo, un resentimiento, cualquier cosa. Era cierto que las palabras con otros e incluso consigo mismo, eran las responsables de muchas emociones dentro de cada mente y corazón.
"Tienes razón" le concedió el muchacho.
"Hay algo que he intentado entender desde que te conozco" interrumpió Kamus. "¿Y qué es?" quiso saber Lorenzo. "¿Qué es el futuro?" y aquella pregunta del gato hizo que de pronto el cerebro de Lorenzo explotará. "Es lo que pensamos y deseamos que ocurra mañana" respondió finalmente. "¿Y no es más importante estar aquí?" volvió a cuestionar Kamus. "¿Estar aquí?" preguntó Lorenzo con curiosidad. "Sí, por ejemplo, yo jamás me preguntó si te voy a seguir queriendo mañana. Porque es más importante quererte ahora que es cuando lo necesitas" dijo el gato y lo sorprendió que de repente Lorenzo lo hubiese cargado para abrazarlo.
Lo había conmovido.
Sin embargo, el conmovedor encuentro fue interrumpido por el teléfono.
"Alo" contestó Lorenzo. "Lo llamamos del hospital SanaMente" dijo la voz de una secretaria. "Es para decirle que tiene pendientes una citas psiquiátricas a las que ha faltado varias semanas" continuó la chica. "¿Ha ocurrido algo señor?" preguntó finalmente yendo al punto importante.
Lorenzo reflexionó por unos segundos y miró a Kamus que lo observada con sus enormes ojos amarillos. "La verdad es que me encuentro mucho mejor, y no veo la necesidad de ir a terapia" respondió el muchacho. "¿Han desaparecido los síntomas que reportó?" quiso saber la chica llevando el protocolo de salud mental. "Sí, estoy feliz ahora" dijo Lorenzo sonriendo.
No importaba si estaba loco o no, hablar con su gato era lo mejor que le había pasado en la vida.
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El Gato de Mi Ex
HumorEl Gato de Mi Ex, ganadora del Concuros "Book Latinos 2019" cuenta la historia de Lorenzo un joven adulto que recientemente vive solo. Bueno, no tan solo, tiene la compañía permanente del Gato que dejo su ex novia al romper con él. A pesar de que se...