Capítulo 3

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» Maya «

Deslizo la puerta corrediza del baño y entro en la ducha. Enciendo el agua caliente mientras me desnudo y hago una mueca de dolor pues mis piernas y muslos escuecen como nunca lo han hecho. Solo que este dolor es tan placentero que no puedo evitar chupar mi labio al recordar la rigurosa sesión de sexo a la que fui sometida esta tarde.

El vigor del que Jaden hace gala es inusitado. Jamás pensé que una mujer podría ser tan sensualmente follada hasta quedar totalmente satisfecha, sin embargo, él lo logró. Ni mis dedos, ni mi vibrador tienen comparación con todo lo que me hizo en el sofá de mi apartamento. Me folló tan excesivamente bien que los orgasmos que viví antes de los que él me provocó son como una caminata en el parque en comparación a una caída en paracaídas desde un acantilado. Jamás pensé que se podía sentir tanto placer, que un hombre podría explotar todos los sentidos de una mujer solo con sus dedos, su boca... su miembro viril.

Jesús, si eso se lo hace a una chica medianamente atractiva como yo no quiero ni pensar en todo lo que podría llegar a hacerle a la chica de la que llegue a enamorarse.

Probablemente le provocaría un infarto en medio de un orgasmo.

Me lavo el cabello y enjabono mi cuerpo húmedo recorriendo con mis manos todos los lugares que él tocó y chupó, guardando en mi memoria para siempre la visión de su cuerpo sudoroso, sus labios inflamados, sus mejillas encendidas y esa polla que supera a la que mi mente maquinaba. Dios, esa polla... tan hermosa y tan perfecta. Solo había visto la de Mathew y las que aparecen en las películas porno que suelo ver, pero la de Jaden las supera con creces. Larga, gruesa, tan morena como el resto de su piel y tan suave como el terciopelo, con mis dedos delineé esa prominente vena que la recorría hasta terminar en el glande rosa y húmedo que acaricié con fascinación.

Y las cosas que hace con esa lengua.

No me chupó el coño, pero lo que les hizo a mis pechos fue una pequeña demostración de lo que podría hacer más abajo si se lo propone. Cosa que dudo mucho pues el sexo oral sería algo demasiado íntimo que yo nunca he probado con nadie, aunque bueno, tengo nula experiencia exceptuando la vez en que entregué mi virginidad.

Paso mis manos por mi coño hinchado y jadeo cuando mis dedos recorren mi clítoris hipersensible. Joder, no puedo creer que todavía continúe deseosa, aunque bien, nunca imaginé que algo así podría suceder entre nosotros, que algún día sería follada por el chico de mis fantasías. Probablemente termine con mi corazón roto, lo sé, y sé que una vez termine me dolerá ver a Jaden con otra chica cuando los fragmentos de mi corazón se aceleren por su sola presencia, pero ¿la vida no se basa en vivirla, arriesgarse y tomar todo lo que te pone al frente en lugar de esconderse y preguntarse qué hubiese pasado?

Sí, sé que Jaden jamás sentirá algo por mí más allá del deseo sexual que muy sorpresivamente despertó por mí, sin embargo, más adelante recordaré con una sonrisa que al menos tuve al chico que amaba en mi cama y que disfruté de su cuerpo por un tiempo, que ese recuerdo estará conmigo para siempre y será solo mío en mis pensamientos.

Salgo de la ducha con una toalla envuelta en el pelo y otra rodeando mi cuerpo. Me siento frente al espejo para cubrir mi cuerpo de crema y ponerme mi ropa de dormir, pero cuando me fijo en mi reflejo mis ojos se abren de horror y suelto un jadeo ahogado cuando veo una marca color púrpura en mi cuello.

Me pongo de pie, acercándome hasta que distingo la forma de los labios de Jaden.

¡Él muy cabrón me hizo un chupetón!

Pero ¡¿qué jodidos le pasa?! ¡¿por qué demonios haría algo así? ¿y ahora qué voy a hacer? Mañana mi turno en la cafetería es en la mañana ¿cómo voy a cubrir esto?

Follamigos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora