Capítulo 7

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Los amigos de Malfoy no podían creer lo que veían sus ojos cuando vieron a Harry, Hermione y Ron aún en Hogwarts al día siguiente, Malfoy por el contrario solo se hizo el sorprendido. En realidad, por la mañana el trío solo estaba preocupado por lo que Neville pensará sobre el perro y la trampilla, Hermione dejó su duda de que algo protegía el perro, pero lo único que el chico dió a entender es que no quería volver a toparse con él.

Una semana más tarde, luego de haber notificado a su tíos sobre los acontecimientos en el castillo, absolutamente todos (Draco había recibido una carta de ellos), y de comentarles sobre la escoba que recibiría de la escuela, su tío había sido muy gráfico en su opinión de cómo no debería recibir una escoba con presupuesto escolar o del bolsillo de una profesora cuando podía bien el comprarla o simplemente su tío podía regalarle una. Pero ese día con el correo llegó su esperado paquete. 

Mientras las lechuzas volaban por el Gran Comedor, como de costumbre, la atención de todos se fijó de inmediato en un paquete largo y delgado, que llevaban seis lechuzas blancas. Harry estaba con aire ausente pero curioso mirando el paquete, y se hizo el sorprendido cuando las lechuzas bajaron y dejaron el paquete frente a él, tirando al suelo su tocino. Se estaban alejando, cuando otra lechuza dejó caer una carta sobre el paquete. Harry abrió el sobre para leer primero la carta y decía: 

NO ABRAS EL PAQUETE EN LA MESA Contiene tu nueva Nimbus 2.000,pero no quiero que todos sepan que te han comprado una escoba, porque también querrán una. Oliver Wood te esperará esta noche en el campo de quidditch a las siete, para tu primera sesión de entrenamiento. 

Profesora McGonagall 

Harry no tuvo ninguna dificultad para ocultar su alegría, mientras guardaba la carta y miraba a sus amigos.  

Salieron rápidamente del comedor dejar el paquete en el cuarto de los chicos, en específico debajo de la cama de Harry, antes de la primera clase, pero a mitad de camino se encontraron con Crabbe y Goyle, que les cerraban el camino. Malfoy le quitó el paquete a Harry y lo examinó. 

—Es una escoba —dijo, devolviéndoselo bruscamente, con una mezcla de celos y rencor en su cara, al menos eso fue lo que vieron las otras serpientes—. Esta vez lo has hecho, Potter. Los de primer año no tienen permiso para tener una. 

Ron no pudo resistirse.

—No es ninguna escoba vieja —dijo—. Es una Nimbus 2.000. ¿Cuál dijiste que tenías en casa, Malfoy, una Comet 260? —Ron rió con aire burlón—. Las Comet parecen veloces, pero no tienen nada que hacer con las Nimbus. 

—¿Qué sabes tú, Weasley, si no puedes comprar ni la mitad del palo? —replicó Malfoy—.Supongo que tú y tus hermanos tenéis que ir reuniendo la escoba ramita a ramita. 

Antes de que Ron pudiera contestarle, el profesor Flitwick apareció detrás de Malfoy. Para gran alivio de Mione

—No os estaréis peleando, ¿verdad, chicos? —preguntó con voz chillona. 

—A Potter le han enviado una escoba, profesor —dijo rápidamente Malfoy. Su tono de acusación, pero ya conociendo que no lo estaba poniendo en problemas

—Sí, sí, está muy bien —dijo el profesor Flitwick, mirando radiante a Harry—. La profesora McGonagall me habló de las circunstancias especiales, Potter. ¿Y qué modelo es? 

—Una Nimbus 2.000, señor —dijo Harry, tratando de no reír ante la cara de horror de Malfoy—. Y realmente es gracias a Malfoy que la tengo. 

Los tres subieron por la escalera, conteniendo la risa ante la evidente furia y confusión de Malfoy. Mione también aguantó su risa, el rubio era todo un actor dramático.

Arreglando el pasado (Sirry) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora