Inolvidable

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  Dupain-Cheng Pâtisserie, segundo piso, 9:35 am.

Por fin lo había logrado. Marinette había terminado de hacer su bikini. Era realmente hermoso. Era un bikini rosado como su cuarto, con puntos negros que lo adornaban.

Marinette cogió su bolso, donde puso su bikini, bloqueador, toalla de cuerpo, toalla de mano, ropa de cambio, otra ropa de cambio (por si acaso), libreta de dibujos, sandalias, pareo y otra toalla.

—Marinette, ¡Marinette! —dijo una vocecita. —Te vez muy bonita.

Se asomó una cabecita de cabello negro, con ojos marrones y rasgos asiáticos.

Ella era Bridgette Cheng, la prima de 10 años de Marinette, quien estaba ahí ya que sus padres se encontraban ese día en un viaje de negocios.

—Mari, ¿Por qué no puedo ir contigo? — preguntó la niña.

—Mi querida prima: primero, esta fiesta no es para niñas de 10 años, sino de 14, y además, tienes que hacer tus tareas.

—Pero no quiero— protestó la pelinegra menor.

—Jajaja, tienes que hacerlo aun así.

— ¿Por lo menos te puedo recoger? — preguntó la pequeña.

—No, yo vengo sola.

— ¿Por favoooor?~

Bridgette puso ojos de cachorrito.

—Ay, Brid, eres una vándala. De acuerdo, de acuerdo.

— ¡Yey! Gracias Mari— dijo Bridgette.

Marinette agarró su bolso (que parecía una mochila)

— ¡Adiós mamá! ¡Adiós papá! ¡Adiós Brid! ¡Adiós Tikki!— les dijo ella a su familia y a su perrita de pelo rojizo, Tikki.

Mansión Agreste, 9:50 am.

¡DING DONG!

Ya habían pasado 10 minutos de la partida de Marinette y ya había llegado a su destino.

—Bugaboo, ¡Que agradable sorpresa! — dijo Adrien fastidiando a Marinette.

— Cállate chaton— lo calló Marinette.

¡CRASH!

— ¿Quién subió arriba sin mi permiso? — cuestionó Adrien a la escalera.

—Jejeje... — apareció la cara de Olivie por la escalera, con una muñeca de Ladybug en su mano.

¡NO, MI COLECCIÓN DE LADYBUG NO! — gritó el Agreste y la empezó a perseguir.

Miraculous Ladybug era una caricatura muy famosa en todo París. Trataba de dos niños, Tikki y Plagg, quienes se transformaban en dos superhéroes, Ladybug y Chat Noir.

Por ser aficionados de esa serie, Marinette había llamado a su mascota Tikki, y Adrien (y Charlotte) a su gato Plagg.

—Ese niño está loco por esa caricatura— dijo una voz.

Marinette se sobresaltó.

—Perdona, no quería asustarte— dijo Charlotte, —pero mi hermano da mucha risa.

Justo en ese momento, Olivie bajó las escaleras con un poster de Miraculous en las manos, seguida de Adrien.

Al terminar de bajar, sacó una botella de la nada (o así le parecía a Marinette) y derramó agua en el último escalón.

Cuando Adrien pasó por ese escalón, se resbaló y cayó en los brazos de Marinette, quien estaba adelante.

Los dos se sonrojaron.

Que gane el mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora