Proyecto Perfecto

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Mansión Agreste, 9:30 am.

Era sábado, y Adrien, Marinette y Luka habían acordado de ir a la mansión Agreste para hacer su proyecto sobre Romeo y Julieta.

—Plagg, ve con Charlotte— le dijo Adrien a su gato travieso.

¡DING DONG! sonó la puerta.

—Es una chica que se hace llamar Marinette Dupain-Cheng—dijo Nathalie, la asistenta de los Agrestes.

—Genial— pensó Adrien, y le abrió la puerta.

—Hola Marinette—dijo Adrien — ¡que bien que has llegado temprano!

— ¡Hola Marinette! —dijeron en una sola voz Charlotte y Chloé, quien estaba de visita.

— ¡Hola Adrien! — dijo ella —Hola chicas. Chloé, ayer te ví salir de la biblioteca con un chinchón, ¡ya no se nota! —dijo la chica.

—¡Lo sé! Me puse hielo todo el resto del día y hoy Émilie llamó a sus maquilladoras para que me camuflen el chichón, y ¡lo lograron! —dijo entusiasmada Chloé.

Émilie Bourgeois, de 20 años, hija mayor del señor Bourgeois, era una modelo y conocía a muchísimos maquilladores extraordinarios. Con su esbelta figura, sus ojos color cielo y su cabello rubio oscuro, ella era una de los personajes predilectos de la industria de la moda.

—Bueno ¡ciao! No queremos interrumpirlos— dijo Charlotte, y le guiñó a su hermano.

Mientras ella y Chloé salían, Adrien se puso rojo compitiendo con un tomate.

—Bueno Marinette, hay que esperar a Nathanael— dijo Adrien. —Mientras tanto, Marinette, ¿Qué te gusta?

— ¡Uy!, a mí me gusta el color rosa, ¡Es tan lindo! Y también me gusta diseñar ropa y coserla. Admiro mucho a tu padre— dijo Marinette.

— ¡Qué bien! Seguro a mi padre le gustaría escuchar eso— respondió Adrien.

Al ver que la chica miraba a todos lados, como inquieta, Adrien se preocupó.

— ¿Pasa algo, Marinette? —cuestionó Adrien.

—Bueno, tenía vergüenza de preguntar esto— tartamudeó Marinette. —Pero... ¿Hay... comida?

— ¡Claro que sí, Mari! —exclamó Adrien. —Enseguida.

Al cabo de pocos minutos, él regresó con un plato de macarrones.

— ¡Gracias, Adrien! — dijo Marinettte, y le dio un mordisco a uno de ellos.

¡DING DONG!

—Luka— murmuró Adrien.

Luego de que Luka entrara a la mansión, Adrien empezó a ser solamente el trabajo.

Y esto hizo que la chica quisiera pasar más tiempo con él.

¡DING DONG!

Ya habían pasado 4 horas, y su proyecto estaba terminado.

— ¡Hola, oro viejo! — le dijo Olivie al Agreste. —Verás, he venido a recoger a mi amigo.

—Eh... ¿okey? — preguntó él, tratando de mantener la compostura frente a Marinette.

Olivie rodó los ojos.

—Puré de arándanos, ven— le dijo Olivie a Luka, aludiendo su cabello negro y azul. — ¡Y, Agreste, cuídate la espalda!

—¡Chau Marinette! —gritaron los dos mejores amigos.

— ¡Chau Oli, chau Luka! — dijo la mencionada.

Se fueron.

Marineeetteee— cantó Charlotte, bajando las escaleras junto con Plagg y Chloé. — Adrien quiere decirte algooo...

Plagg maulló.

Adrien le gruño.

— ¡Ja ja ja, Adrien pareces un gato! — señaló ella. — Un chaton.

—Y, ¿qué me querias decir chaton? —dijo ella molestándolo, sin saber que tenía una mariquita en su cabello.

—Lo que quería decirte, bugaboo— respondió él, molestándola por dicha mariquita, que ella acababa de notar —es que Lottie y yo vamos a tener una pool party el próximo sábado, y queríamos invitarte.

¡QUE NO ME LLAMES LOTTIE! —exclamó Charlotte. —Queremos invitar a toda la clase, y...

— ¡Ay! — exclamó Chloé — ¡pero invitar a toda la clase significaría invitar a Luka, Olivie y ¡LILA!

—Bueno... — balbuceó Adrien. —Este...

—Invítenlos.

Adrien, Charlotte y Chloé miraron a Marinette con cara de estar loca.

—Por más que no se lleven bien, invítelos— dijo Marinette. —Es horrible estar excluido, si no, pregúntenle a Chloé.

—Tiene razón— dijo la mencionada

Adrien quería refutar, pero su mirada chocó con la de Marinette.

Y, al ver esos ojos azules, llenos de vida, no se resistió.

—Okey, los invitaremos— decidió Adrien.

—Merci, chaton— dijo Marinette, contenta de que hubiera seguido su consejo.

Sonó el reloj de la mansión.

1:00 pm.

— ¡Uy! Tengo que irme, jeje— dijo Marinette. —Adiós, chicas, adiós chaton, y gracias por todo.

— ¡Ciao, Marinette! —dijeron las dos rubias.

—Hasta luego, bugaboo— dijo Adrien.

Marinette se fue.

— ¡Adrien! —gritó Chloé. — ¿Por qué los invitaste?

—No me pude resistir a esos ojos tan azules suyos.

Marinette regresaba a su casa.

Y pensaba.

Luka había sido servicial y amable como siempre, y para Marinette, era un amigo que no quería perder. Lo apreciaba mucho y lo consideraba un verdadero (y lindo) caballero.

Adrien, en cambio...

Suspiró.

Adrien le había hecho caso los primeros 10 minutos, pero cuando vino Luka, se distanció de ella las 4 horas.

Causando que ella quisiera seguir estando con él.

Ahora, habían pasado "juntos" 5 minutos más antes que Marinette tuvo que irse.

Y eso...

Ese súbito acercamiento y alejamiento...

Esos momentos, que estaba serio, trabajando y luego empezó a molestarla llamándola Bugaboo.

Esas cosas que lo hacían tan diferente a Luka...

Eso...

Que hacía que Marinette quisiera seguía estando con él.

Que gane el mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora