Una visita peculiar

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  Sala de cómputo del François Dupont, 11: 30 am.
—Okey, okey— dijo el profesor Beaumant, el profesor de cómputo. —Hoy, todos ustedes van a terminar el informe de la navegación segura en Internet.
Lamentablemente para Adrien, por ser el primero de la lista, se sentaba a la derecha de la última de la lista, ya que las computadoras estaban dispuestos en círculo y ésta dispuesta a hacerle la vida imposible.
Olivie botó sigilosamente la cartuchera ("¿Quién trae cartuchera a cómputo?" pensó), la cual estaba abierta.
Mientras éste recogía sus cosas, Olivie aprovechó para poder en la computadora, la dirección de una página... inapropiada.
Cuando Adrien volvió a ver su computadora, se horrorizó.
— ¡AGRESTE! — bramó el profesor. — ¿Me puede explicar qué diablos ha puesto?
—Na-nada, profesor, yo fui a recoger mi cartuchera que se cayó ¡y apareció esto! — respondió un Adrien asustado.
—Y entonces ¿Cómo apareció allí? ¿Por arte de magia?
Se escuchó una risa.
—Vereau, si tiene algo que decir, hágalo".
—Es que...tal vez...tal vez no...yo lo puse ahí... — dijo ella.
— ¿Qué? — exclamó Adrien.
— ¡YA BASTA! — gritó el profesor. —Vereau y Agreste. Me están mareando. Por favor decídanse ahora. Si no... — fue interrumpido por la campana.
—Salvada por la campana—, pensó Olivie.
Los chicos se dirigieron a su tutoría, ya que iban a irse todos con la profesora en un viaje escolar a la Place de l'Opera.
Durante el camino, todos iban eligiendo su pareja.
— Luka, ¡Luka! — lo llamó Olivie. —Podemos ser parej...
— ¡OLI! — gritó Lila —Serás mi pareja.
—Um, ¿okey? — respondió la mencionada.
— ¡Genial! — dijo Lila.
Por el otro lado del colegio, Charlotte estaba llevando a cabo su plan.
—Yo me voy a sentar al lado de Chloé— dijo ella, —y tú, Alya, te tienes que sentar con Nino, para que Adrien y Marinette estén juntos.
— ¡Pero yo quería estar con Mari!
—Bueno, Aly, el ship tiene que florecer. Además, se nota que te gusta Nino, y también le gustas.
—No-no es verdad... — intentó mentir Alya, pero al ver que las otras dos no le creían desistió. —Está bien.
—Así que, ¡señorita! El plan— concluyó Charlotte.

Estacionamiento del François Dupont, 11:45 am.
El plan de Charlotte funcionó.
—Agreste, Adrien— dijo la miss. —Vaya con su pareja al bus, no olvide su identificación.
—Eh, supongo que seré con Ni...
— ¡NINO! Siéntate conmigo— gritó Alya.
Nino se sonrojó.
—No hay problema, A-Alya.
—Entonces seré yo contigo, supongo— le dijo Marinette a Adrien.
— ¡Sí, supongo! — respondió el chico.
Charlotte vitoreó en voz baja.

Desafortunadamente para Adrien y Marinette, Lila decidió sentarse detrás suyo.
Junto con Olivie.
— ¿Qué tal si les jugamos una bromita? — sugirió Lila.
—Me parece bien— respondió Olivie, pensando en avergonzar a Adrien para que pierda su oportunidad con Marinette y Luka pueda estar con ella.
En los asientos de adelante...
Marinette y Adrien estaban charlando animadamente, Marinette feliz por pasar tiempo con su nuevo amigo y Adrien por pasar tiempo con su crush.
—Y, Marinette, ¿cómo conseguiste eso? — preguntó el parisino, señalando su pecho, refiriéndose a un collar que ella se había puesto para la visita.
—Fue por la pubertad— respondió Marinette sin siquiera pesarlo.
Adrien se ruborizó.
Marinette se dió cuenta de lo que dijo y enrojeció.
—Em.. este... me lo di-dio mi abuel-abuela...
Adrien seguía rojo de la verguenza.
Y cuando se dio cuenta que habian papeles tirados en su cabellera siguió rojo, pero de furia, especialmente cuando vio que habían papeles también en la cabeza de Marinette.
Volteó.
— ¿Por qué siempre tienen que estar molestando? — inquirió a Lila y Olivie.
—Porque nos da la gana— respondió Olivie, burlona.
—Olivie, ¡esa no es forma de responderle a Adrien! — protestó Marinette.
Olivie dudó.
—Tiene razón, lo siento, Adrien— respondió, pensando que quizá Marinette no viera bien a Luka si se juntaba con personas maleducadas.
— ¡Queridos alumnos, hemos llegado!— exclamó la maestra, sacando a los 4 niños de la incomodidad.

Centro de la Place de L'Opera, 1:35 pm.
—Bueno, niños, ha terminado su tour— declaró el guía. —Pero antes, ¡tenemos un pequeño número para ustedes!
Los adolescentes miraron asombrados cómo los músicos hacían su performance con muchos instrumentos.
Era una música animada, y todos empezaron a bailar graciosamente al ritmo de la música.
—Antes de finalizar— dijo uno de los músicos, — ¿tenemos a algún músico entre nosotros?
— ¡LUKA! — gritó Olivie, y el mencionado fue arrastrado con el resto de músicos.
—Dime, ¿qué instrumento tocas? — consultó el director de los músicos.
—La guitarra.
Inmediatamente los músicos trajeron una guitarra y se la dieron a Luka.
— ¡Haz tu magia! — vitorearon los músicos.
Luka, observando a Marinette, supo que hacer.
Tocó una hermosa melodía romántica con todo su esfuerzo, nunca dejando de mirar a Marinette.
Marinette estaba hipnotizada.
—Que bello que toca Luka— pensó.
Le parecía un chico talentoso de verdad, y estaba muy impresionada con lo que estaba escuchando.
Adrien, por su parte, veía la expresiones de Luka y Marinette y no le gustaba. ¡Tenía que hacer algo!
Se le ocurrió una idea.
—Marinette, ¿me concedes este baile?
—E-Em... ¿yo? — tartamudeó la chica, buscando con la mirada a otra Marinette, por si acaso.
—Claro que eres tú, Marinette. ¿Vienes? —le extendió su mano.
Marinette, con una sonrisa en los labios, la aceptó.
Al principio se había posicionado con su mano en el hombro del chico, y su otra mano agarrando su mano.
Sin embargo, Adrien, al notar que sus compañeros no estaban así, aprovechó la excusa para estar más cerca a Marinette.
Mientras bailaban, la música suavemente los envolvía, meciéndose de un lado para otro, dando vueltas por todo el escenario. Era un momento mágico, y Marinette se olvidó completamente de Luka, para fijarse en el chico que tenía delante.
Sus respiraciones estaban conectadas, sus miradas unidas, era más que un simple baile. Vueltas en la cabeza, mariposas en el estómago, sensaciones por doquier.
La melodía misma parecía salir de ellos.
Cuando la melodía termino, Marinette se sentía ligeramente decepcionada por la corta duración del baile, pero estaba feliz por esta bonita experiencia.
—Bueno, niños, tendrán 20 minutos para pasearse cerca antes de regresar al colegio. Recuerden nunca ir solos y calculen su tiempo.
—Alya, Marinette, ¿quieren ir a comprar con nosotras? —preguntaron Charlotte y Chloé.
— ¡No hay problema! —exclamaron las otras dos.

Place Vendôme, 1:47 pm.
— ¡Vamos ahí! — mencionó Chloé, entrando a la tienda de Louis Vuitton.
—Y, Marinette, ¿cómo te pareció la visita? — le preguntó Alya mientras Chloé y Charlotte se fueron a ver unos bolsos.
Era obvio que Alya aludía no a la visita en sí, pero a dos chicos que rondaban la mente de Marinette.
—Bueno, pues... no sé— respondió, confundida.
—Ah, ¿sí? ¿Y que fue ese baile con Adrien, entonces?
—No estoy segura. Pero sí fue muy bonito.
—Si me permites dar mi apreciación, Adrien me parece un chico muy dulce, pero Luka te ha estado persiguiendo por mucho tiempo, y también tiene un corazón de oro...
—Chicas, ¿les parece si vamos a la Rue Saint Honoré? Tengo mi mente en un cinturón Gucci que he visto— sugirió Chloé.
—Pues, no hay problema— le respondió Marinette, con la mente en otra parte y más confundida que nunca.  

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