Han pasado tan solo un par de horas desde la intensa batalla entre los últimos miembros del Clan Uchiha. El menor de ellos finalmente había cumplido su promesa de matar a su hermano mayor con toda la intención de vengar la muerte de todo su clan, pe...
Eran exactamente las ocho de la mañana, el día parecia como cualquier otro, estaba radiante, el sol iluminaba toda la aldea oculta entre las hojas y gracias a el, todos amanecían con muy buen ánimo.
Ese no era el caso para la joven Haruno. Se dirigía a paso lento a la entrada de la aldea en donde se supone que se encontraría con su compañero de equipo con el que saldría a una misión en unos minutos más. Tenía su mirada perdida en el suelo, provocando que chocara con más de una persona, pero aún así no se detuvo, en lo más dentro de ella sabía que no debía involucrar sentimientos en una misión, solo la volvería más débil de lo que era, también pensaba así por el menor de los Uchiha, no quería agobiarlo con su desanimo, no quería volverse una molestia para él. No otra vez.
En la entrada de Konoha ya se encontraba el menor de los Uchiha, esperando un tanto preocupado a su compañera quien ya estaba quince minutos de retraso y la conocía perfectamente, o eso pensaba, para saber que ella no era de las que llega tarde a sus compromisos. Mucho menos a una misión de un grado de importancia tan alto. Pero todas sus dudas desaparecieron al ver acercarse a paso lento a aquella chica que lo ha atormentado en sus pensamientos toda la noche, sus grandes bolsas oscuras debajo de sus ojos eran claras evidencias de ello.
Una vez estuvieron cerca uno del otro, él se iba a adelantar para explicarle como sería todo, pero ella solamente le dedicó una gran sonrisa, ¿Estaba contenta? ¿Qué acaso Itachi no había ido a hablar con ella la noche anterior?
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—¿Listo para esta gran aventura? — Le animó, desconcertando totalmente al azabache que no entendía su buen ánimo, ¿Puede ser que esté fingiendo? Si era de esa manera, le parecía mejor no traerle malos recuerdos, o por lo menos, durante la misión y por los pueblos que pasen, la distraerá para que no pensara en lo malo de la conversación con su hermano mayor.
—Estoy listo, ¿Qué me dices de ti? ¿Preparada? —Esta vez fue él quien le cuestionó la misma pregunta, aunque por desgracia, aunque quisiera sonreirle para no tensar tanto el ambiente, no lo logró. No podía fingir estar bien en esta situación.
—¡Sí! — Contestó animadísima alzando uno de sus brazos y esbozando una radiante sonrisa.
Se quedaron mirando por un par de segundos más antes de dar marcha con su misión y salir de la aldea, despidiéndose antes de los guardias que darían aviso que estos dos ya se habían marchado a la misión encomendada.
Ambos siguieron su rumbo de manera tranquila, debían ir primero al pueblo en donde podrían tomar el barco que los llevaría al país de la luna y seguramente serían unos dos días de viaje o tres si se les daba un imprevisto, cosa que dudaban. Si algo interferirá, será ya estando con la princesa Kayo, por lo que no debían de preocuparse por ahora.
La verdad es que tampoco había mucho qué decir, a Sasuke no le salían las palabras que quisiera decirle y ella, simplemente prefería el silencio a romperse en algún momento de la conversación, además, sabía que el Uchiha no era mucho de hablar amistosamente, siempre ha sido así y por primera vez en la vida, agradecía su actitud fría.
