✘Bajo tus reglas✘ ItaSaku

XXVII

—¿Sasuke-kun? ¿Estás bien? —Se le escuchó preguntar una voz femenina muy conocida por el azabache, pero por más que ella hablase, él no tenía pensado contestarle. Ya iba una semana desde que habían llegado a la aldea, pero desde que salieron del palacio del Daimyō del país de la Miel, no ha podido verle la cara a Sakura. Ésta se debió haber comenzado a preguntar el por qué él la ha estado evitando, y que es por eso que le pareció buena idea venir a golpear la puerta de su departamento a tempranas horas de la mañana. — Sé que estás ahí... Por favor, Sasuke-kun, abre.

—... —Nuevamente no contestó, no podía verla. Desde que descubrió la razón por la cual Itachi cortó la relación que tenía con la oji jade no ha podido dormir bien. Tenía unas ojeras horribles y lo único que lograba hacer que en el día lo mantuviera despierto, era el café.

—Realmente me tienes muy preocupada... ¿He hecho algo que te molestó?... Si es así, por favor... Perdóname... — Realmente le dolía el tener que ignorarla, pero tampoco sabía si era buena idea tratar de convivir con ella por este tiempo. Verdaderamente se estaba enamorando de ella, pero ella no lo amaba, ella a quien amaba era a Itachi y él a ella, pero por culpa de su hermano mayor, ha tenido que pasar por todo esto. — Lo entiendo... Si quieres que me vaya, lo haré... —Un horrible sentimiento lo estaba invadiendo, ¿Lo correcto sería tener que decirle la verdad?

Para cuando se percató ya estaba con la mano en el pomo de la puerta. No podía seguir esta mentira y aunque Itachi esté en contra, le diría todo a Sakura.

Abrió la puerta y casi de inmediato sintió un peso sobre él. Cuándo pudo asimilar bien las cosas, se encontró con la peli rosa en su anatomía, la cual se separó de inmediato, raramente sorprendida. Al parecer ella no se había ido, se había quedado apoyada en la puerta y al abrir la puerta hizo que ella se viniese hasta él.

—Y-Yo... ¡Lo sien...!

—No importa.— La interrumpió. — Dame unos minutos para darme una ducha, entra si quieres. —Le dió la espalda, volviéndose a adentrar al departamento en dirección a su habitación.— Tenemos que hablar de algo importante.

Ella no entendía muy bien a qué se refería, pero si se trataba el por qué de su comportamiento, no se negaría. Entró al lugar cerrando detrás de sí misma para luego quitarse su calzado,dejarlo en la recepción y adentrarse en el hogar del azabache. Pudo notar que el departamento estaba muy desordenado, había muchas tazas de café tanto en el fregadero como en la mesa de la cocina, en la basura solamente habían envases de comida instantánea y ropa tirada por todos lados de la sala y pasillo al igual que uno que otro envoltorio de comida chatarra. ¿Este era el Sasuke que ella conocía? Siempre supo que él era muy organizado con sus cosas y que comía sano, ¿La habrá pasado mal esta semana? Y si es así, ¿La razón por la cual esté así, es de lo mismo de lo cual él quería hablarle?

Sea lo que sea, no le agradaba mucho tener que ver el hogar de su compañero en esas condiciones, por lo que comenzó a recoger la vajilla sucia y la llevó al fregadero con lo demás para comenzar a lavar, aprovecharía de usar agua antes de que él entrase a la ducha, no podía permitir que el azabache viviese en un ambiente tan desagradable como este.

En cuanto terminó de lavar, siguió por recoger toda la ropa que había en el suelo de cada parte del departamento, llevando todo al cuarto de lavado en donde lo dejó en un cesto. Por último, de la cocina tomó una bolsa de basura y comenzó a recoger todo lo que pudiese botar, botellas de agua, envoltorios, empaques, cualquier cosa que ya no tenía un segundo uso o que estuviera vacío. Cuando ya cerró la bolsa de basura que estaba ya prácticamente llena, salió por un momento del departamento para ir a botar al final del pasillo la bolsa al depósito de basura que tenía el edificio en cada piso. Hecho eso, volvió al departamento del azabache encontrándose con la sorpresa de que él ya había salido del baño, tenía su cabello aún mojado pero estaba totalmente vestido para salir. El Uchiha un tanto extrañado miró alrededor de su hogar, todo estaba ordenado y limpio. Volvió a mirarle, haciendo que ella diese un brinco de sorpresa y desviara su mirada, nerviosa.