Extrañas casualidades somos nosotros,
como sucedió la tarde que nos conocimos.
Tú y yo en el cine.
Tú querías saber de mí
y yo no sabía qué decir.
La tarde se fue como te fuiste tú en el final.
Después del cine, una llamada.
Era tu papá.
Nos despedimos.
Salimos en direcciones diferentes.
No pueden vernos juntos, dijiste.
Te perdí entre las personas de la calle
y ya no estabas más.
Alcé la mirada poco antes de cruzar la esquina
y di contigo en medio de la multitud.Caminabas con tu papá
en dirección contraria a la mía,
nos cruzamos sin despegar la mirada,
sorprendidos,
nerviosos;
sonreímos entonces,
cómplices.
Disfrutamos vernos,
traviesos,
en silencio.Él, hablando de cualquier cosa,
nosotros, inquietos por ese encuentro,
clandestino, sutil, casual,
caminando entre desconocidos
y desconociendo la historia que tendríamos más adelante.
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Y si algún día te acuerdas de mí...
ChickLitEscribía para ella, para que me recordara cuando yo no estuviera. Sabía que un día se acabaría, lo que no sabía es que no estaría preparado para ese momento.