Capítulo 4.- Un (no tan) gran escape.

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Cuanto tiempo me llevo terminar esto...

Pero por fin tengo eso que llaman magia. Realmente aun no termino de creer que soy capaz de usar magia, pero nuevamente no me detengo a pensar, solo continuo y espero no morir.

En un comienzo y por el nombre del hechizo, "cito", pensé que tendría que hacer una cita real, pero después de quebrarme la cabeza por no sé cuánto tiempo, me di cuenta que el conjuro no es la cita, sino que la magia en sí, por lo que lo que el conjuro es más como una oda a lo que quieres citar.

Después de eso tuve un bloqueo y lo único que podía pensar era en la mitología griega así que termine con puros hechizos basados en ello.

Tenía 40 palabras, por lo que decidí que lo que debía hacer es 5 conjuros de 8 palabras cada uno.

Eso solo me complico más las cosas.

Tomo la pluma fuente y la guardo en una de las bolsas de mi capa. No estoy seguro de que tan tarde en la noche será pero realmente no soporto más, mi paciencia está en su límite.

Me paro frente a la salida de la carpa y comienzo a cantar.

"Por tu fuerza pecaste y doce penitencias superaste, buscando perdón Cito ¡fuerza de Hércules!"

Una tenue luz naranja envolvió mi cuerpo y luego empezó aquella extraña sensación. Era similar como cuando cargas algo y sientes la presión del peso en tus músculos, solo que no podía decir realmente cual era ese musculo.

De momento no se sentía muy complicado de soportar, pero con el tiempo ese peso iría calando más, y supongo que cuando ya no pueda soportarlo, el hechizo desaparecerá.

Ahora el segundo hechizo.

"Tan rápido como tus pies alados, es tu ingenio eterno de ladrón Cito ¡Velocidad de Hermes!"

Ahora es una luz azul la que me envuelve y ese sentimiento de peso se vuelve más grande, más sigue sin ser mucho.

Bien...

¡Escapemos de aquí!

El plan es sencillo, corro lo más rápido que pueda y mando a volar todo lo que se me interponga.

¿A dónde debo correr?

¿Qué hago si no puedo sortear la magia de este mundo?

Si, esto no es nada perfecto, al contrario, es una estupidez, pero no puedo pensar en nada mejor y ya no soporto más el miedo al ver cada sombra y oír los pasos en la tierra, ya no puedo quedarme...

Contengo las lágrimas y aprieto los dientes.

A la cuenta de tres...

Con todas mis fuerzas salgo corriendo de la carpa.

Mi salida fue todo menos sutil, provoque un pequeño estallido. De inmediato varias voces resonaron aquí y haya.

La señal de alarma había sido dada, no había vuelta atrás.

¡Rayos, voy muy rápido!

No sé qué tan rápido voy, pero fácilmente deben ser alrededor de 100 kilómetros por hora.

Intento buscar a donde correr pero solo término dando vueltas de un lado para otro, apenas y soy capaz de controlar la velocidad.

¡Una carpa!

Antes de darme cuenta hay una carpa frente a mí, bueno, había una carpa, ya que al chocar contra mi esta salió volando.

Frente a mi ahora había un soldado con los pantalones abajo y una mujer hincada frente a él... asiendo... un... eso... ya sabes... ¡ESO!

Avalon Aunque sea una niñita cambiare este mundo con el poder entre las comillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora