Capítulo 17

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Por un par de meses mi vida se resumió a la calidez de la risa de la chica guitarrista, al modo en el que el sol reflejaba en esos precios ojos cafés suyos, el modo en el que olía y sus increíbles abrazos, por esas tardes de conversaciones interminables que se convirtieron en noches, en cada vez que encontraba un libro, serie, canción, película o lo que fuera  genial y sólo lo compartía con ella; por esos chistes internos.
No entendía cómo una persona podía ser adictiva hasta que la encontré a ella, y era curioso porque a pesar de que ahora la conocía, había partes sobre ella que eran un completo misterio. Pero eso era parte de todo lo que me maravillaba de ella.

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El tic tac de mi reloj fue el culpable de que despertará, había estado durmiendo en el sofá,  intente recordar lo ultimo pero lo último que recordaba  haber hecho era tirarme en aquel lugar y encender la radio, supongo que en algún momento me había dormido, no había dormido bien en las últimas semanas así que tenía sentido, últimamente las charlas con mi maravillosa chica guitarrista se habían vuelto más extensas y era bastante común que terminarán a altas horas de la madrugada, cosa que no me molestaba pero  no dormir me estaba pasando factura. Me estaba convirtiendo en un panda o en un zombie o mejor aún en un panda zombie, si, justo eso era ahora un panda zombie.
Era un tarde cálida, de esas que hacen que te de pereza hacer cualquier cosa, pero que a la vez son tan tranquilas que es desesperante, el aire olía a desinfectante y en la radio sonaba una canción con la que podía perfectamente imaginar a la chica guitarrista tocando así que tome mi teléfono y sin más envíe un mensaje diciéndolo y el mensaje de vuelta no tardó mucho en llegar, últimamente así era, hablábamos de todo y de nada a la vez. Y eso era tan agradable.
Después de un rato más de conversar quedamos de vernos en la cafetería a la que solíamos ir, se había vuelto un tipo de costumbre y desde que había comenzado a ir con la chica guitarrista se había vuelto uno de mis lugares preferidos.
Mientras iba camino a encontrarla en el café pensé en que era divertido, ahora ya conocía su nombre, me lo había revelado después de un tiempo, pero seguía llamándola chica guitarrista porque era un gran nombre y al parecer a ella no le disgustaba, por el contrario parecía agradarle.
Un par de metros antes de llegar pude verla, siempre era bueno verla, me alegraba la vida, ella era especial .Al parecer ella no me había visto aún, así que decidí sorprenderla.
Pero antes de que pudiera llegar junto a ella algo me detuvo en seco, o mejor dicho alguien

Aquella nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora