Pandemia

CAPITULO 4: HÉROES

Actualidad...

Al primer infectado lo empujé bastante fuerte con la puerta del ascensor. Al segundo más cercano lo recibí con una patada en el pecho que hizo que cayera por las escaleras llevándose tras si a dos mas escaleras abajo.

Con unos grandes reflejos giré mi beretta y la cogí por el cañón y con la empuñadura golpeé tan fuerte como pude la cabeza de un infectado, al que quedaba lo esquivé y clavé el cuchillo por el mentón de forma que llegara hasta su cabeza.

En ese segundo me percaté que el zombie que había tirado al suelo me había cogido por el pie y noté como su cabeza tendida en el suelo se dirigía hacia mi tobillo con la boca abierta. Pensé que no volvería a ver a mis hermanos y que si los veía no sería yo humano...

Mi instinto despertó como un león en pleno combate. Volví a girar mi pistola con una gran destreza y sin dudar disparé a la sien de ese ser que había intentado convertirme en otro infectado más.

Con velocidad cogí la llave del bolsillo y abrí la puerta en nada de tiempo, justo cuando la iba a cerrar una mano se coló y con una gran fuerza propiné una patada que hizo que los dedos del zombie se precipataran contra el suelo de mi antigua casa.

- Jesús, ¿Dónde estás? - Se escuchó la voz de mi hermano en el walkie.

- Como en casa en ningún sitio - Respondí riendome para que se relajaran.

- Vamos hacia allí y con una sorpresa - Comentó mi hermano Alberto por walkie.

- ¿Estáis seguros de venir? - Respondí con un tono de preocupación y curiosidad.

- Después de todo tenemos que recoger a Falcon de la casa, tendremos que pasar a ti por lo menos, ¿No? - Dijo Pedro riéndose junto a Alberto y otra persona cuál risa me resultaba familiar.

2 meses antes...

Entré en el salón después de otro día de playa con mis amigos y encontré a mi madre hablando por teléfono con mi padre que ya llevaba en Madrid un tiempo destinado.

- Tranquilo Álvaro, lo haremos todo tal y como lo has dicho. - Dijo mi madre a mi padre despidiéndose de él.

- ¿Mamá, ha pasado algo? - Dije acercandome a ella preocupado.

- Nada Jesús, solamente echo de menos a papá. - Me respondía mientras se levantaba del sofá.

- Todos lo echamos de menos pero espero que dentro de poco venga. - Respondí con una sonrisa para consolar a mi madre.

Salí del salón y me dirigí hacia el cuarto de baño para ducharme. Mientras pensaba en lo que mi madre le había dicho a mi padre pero no saqué nada en claro.

Me metí en la ducha después de haberme desnudado y mientras encendía el grifo pensé en mi padre y el por qué se tuvo que ir si ya no tenía por que irse.

Recuerdo aquel día en el que recibió esa llamada y se le cambió la cara, a los pocos días sacó los billetes y se fue despidiéndose de todos nosotros.

Después de secarme salí del cuarto de baño con la toalla en la cintura hacia mi cuarto para coger ropa y vestirme. Mientras puse la tele y me impresionó que pusieran las noticias a las 7 de la tarde.

Era una última hora, de título ponía: " Brotes de locura en Gabón "

Se veía a una persona tumbada en el suelo aguantada por mas hombres. Decían que Gabón era un país situado en la costa atlántica de África central.

En ese momento sentí miedo, un miedo que penetró hasta el más profundo de mi ser. Esa persona tenia la boca llena de sangre y sus movimientos eran bruscos.

Actualidad

Mis hermanos y el desconocido ya habían entrado en el bloque. El plan era como cuando salvamos a mi hermano Alberto. Alguien golpearía la puerta del ascensor para llamar la atención de los infectados y una vez en campo abierto los irían eliminando.

Escuché los golpes y decidí esperar 3 minutos para salir. Me fui hacia la ventana dea cocina que daba al patio y vi a mis hermanos combatiendo contra las criaturas.

En ese instante sonó el timbre de mi casa y fui a abrirla empuñando mi pistola para prepararme por si algo malo sucediera, abrí la puerta...

- ¿Te echo una mano? - Preguntó mientras se reía mi amigo Alejando lanzándome la mano de un zombie.

- ¿Sigues con chistes tan malos? - Respondí con una gran sonrisa en mi rostro y abracé a mi amigo.