Capítulo 4

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[Narra Álex]

No me lo podría creer. ¡Al fin habíamos llegado! Creo que estaba emocionado de más... Mi segundo campeonato de Cataluña y esta vez espero hacerlo mejor. Con calma, (Algo increíble ya que no era ni medio normal la adrenalina y emoción que llevábamos mi hermano y yo en la caravana), empezamos a preparar un poco las motos, rajes, cascos... De eso siempre nos encargábamos los ''hombres''; mi madre siempre aprovechaba y nos inscribía: buena excusa para escaquearse...

Ya habían pasado unas horas, ya habíamos cogido las motos y no, no la había visto... Pensé que lo iba a llevar mejor. Aún así me había hecho una promesa: ganaría por ella. Esta victoria sería suya. Así que me entrené duro, mucho. No paraba. Mejora esto, haz lo otro, frena aquí, acelera allá... Hacía todo lo que me decían, hasta que ese día ya no pude más... Me extrañó que siendo tan tarde aún no la hubiese visto, así que le fui a preguntar al organizador si faltaba algún participante que no hubiese llegado aún. Pero no, todos estaban aquí. Así que me fui a dar una vuelta. Evidentemente cogí a Rush para que me acompañase, pero no... Allí no estaba. Así que decidí que lo mejor sería descansar, no pensar en ella mucho y correr. Encima de la moto ahora podía olvidarme de ella. Ya había conseguido ese propósito, ahora sólo me faltaba olvidarme de ella.

Y así pasaron los días. Entrenaba, corría, veía a mi hermano y celebramos las victorias. Marc volvió a ganar, raro en él. Yo quedé otra vez de subcampeón, pero conseguí un nuevo equipo. Mi hermano consiguió un puesto en la copa Conti, aunque fuese de velocidad. Increíble. La verdad es que me alegraba un montón por él. Se merece ese puesto. Si yo entreno un montón, él el doble. Gracias a él soy el que soy. Gracias a él le pongo tanta pasión a las motos. Creo que no hubiese aprendido a amar este deporte de no ser por su talento. Parece que vive mejor encima de la moto que sobre la tierra.

Cada vez nuestra vida se centraba más en las motos. Ahora que mi hermano iba a entrar en la copa Conti teníamos una moto de velocidad. A veces me la dejaba coger sin que mis padres se enterasen, decía que yo aún era pequeño. Bla, bla, bla. Me sentía genial encima de ella. Creo que me sentía mejor que cuando le digo a mi hermano que debe de hacer los deberes... La verdad es que nunca se me vino a la mente la imagen de Laura hasta que en una cena con unos amigos mi madre abrió el álbum de fotos y la vi. ¿Qué sería de ella? ¿Enduro o velocidad? ¿O lo dejaría? Sé que ella también quería ser médica... Oh, Dios. Esto no. ¿Por qué habrá tenido que pasar esto? Ahora volvían los mismos sentimientos que antes... Así que me fui a la habitación. Me acuerdo perfectamente. Fui corriendo y me tiré en cama. Cogí a Rush, me abracé fuerte a él hasta que me acordé de que se lo iba a regalar en cuanto la viese. Y como no sabía cuando la iba a ver me prometí que siempre lo llevaría conmigo. Vino Marc y me prometió que juntos la olvidaríamos de nuevo. Él tampoco se había olvidado de lo bien que lo pasábamos juntos.

Ya había terminado primero de primaria. ¡Hoy daban las notas! Estaba nervioso, aunque no sé porqué. Marc igual, mucho. Teníamos una especie de tradición. Esperábamos en las escaleras del colegio a nuestro padre. El sobre bien cerrado. Cuando el aparcaba, contábamos hasta 8. Siempre hasta 8. Entonces abríamos el sobre. Este año le añadíamos un plus. Si sacábamos buenas notas, Marc corría tanto en el Campeonato de Cataluña como en la Copa Conti y yo podía empezar a entrenar para la Conti y correr en el campeonato. Nos levantamos y abrimos el sobre, nerviosos, muy nerviosos... ¡Y todo aprobado! Fuimos corriendo al coche a enseñarle las notas a nuestro padre. Él sólo sonrió. Eso significaba que se cumplía la promesa.

Así que fuimos a entrenar en vacaciones. Todos los días, todo el tiempo. No había descansos. Bueno, sí, para jugar al fútbol. Eso no contaba. Marc lo llamaba 'entrenamiento supletorio'. Era una maravilla en el fondo. Eso era la segunda cosa que me apasionaba. El fútbol. Como buenos catalanes somos del Barcelona, evidentemente. ¿Cómo no vamos a ser del mejor equipo del mundo? Marc casi entra en un equipo de fútbol, pero lo rechazó. Tanto las carreras como los partidos son el domingo, y nuestras vidas están encima de la moto, no al lado de un balón.

Volvemos al campeonato. Esta vez si que debía ganar, por Laura. Aún no había dejado de quererla, sé que eso me va a costar demasiado, pero si que lo llevo mejor. Ahora hablo menos de ella. Este año estaba en una categoría mayor. Y yo era el pequeño de esta. Pero iba a ganar, cueste lo que cueste. Mi hermano, que también había subido de categoría, me ayudó muchísimo. Era uno de los favoritos en los entrenamientos y también en las carreras. Gané dos de ellas y las otras fueron tercero y segundo puesto. Esto significaba la victoria del campeonato, que aunque fuese por 3 puntos, era una victoria estupenda. 

Ahora esto era ya más llevadero. Entrenábamos, ayudábamos a arreglar las motos. Mis amigos eran estupendos y cuando teníamos alguna pequeña carrera ellos venían a celebrarlo. También me llevaba genial con los amigos de Marc. Miles de veces jugábamos al fútbol mayores contra pequeños. Ellos se hacían llamar el Trueno Team. Nosotros eramos los Rápidos Team. La imaginación de aquella para elegir nombres era bastante escasa. Eso sí, las películas que nos montábamos Marc y yo para que no nos riñesen por llegar tarde de jugar si  que eran imaginativas... Madre mía...

Este sería nuestro último campeonato aquí. Habíamos entrenado un montón para ello. Lucharíamos por la victoria, para acabar con buen sabor de boca y el año que viene ya a la copa Conti de cabeza. Luchar, luchar y luchar. Y así hicimos. Pero este año fue diferente. No sé porqué me acordé más de Laura que nunca. La veía por todas las esquinas. Era insoportable. Así que se lo dije a mi madre y decidió que le escribiese una carta. Me dio hoja y lápiz y me puse a ello. Tenía a Rush al lado. Él me ayudaba con todo esto. Me acuerdo que escribí desde el corazón. Le puse cariño y sentimiento a todo lo que escribí. Ahora sólo debía de tener fe para que ella la recibiese. Era lo único que quería en estos momentos.

Las tres primeras carreras fueron súper divertidas para los dos. No habíamos ganado en todas, pero he de reconocer que me agradaron muchísimo. Pero este año echaba de menos a mis amigos al lado, no sé, me había acostumbrado mucho a ellos. Por eso me llevé una sorpresa enorme cuando se presentaron Albert y Jordi a animarnos a mí y a Marc. Eran nuestros mejores amigos y siempre nos daban ánimos. Creo que por eso fue una carrera perfecta: divertida y victoriosa. Así conseguimos ganar nuestro último campeonato aquí. Fuimos a celebrarlo cenando fuera los cuatro. Aunque eso me trajo muchos recuerdos... ¿Qué sería de la vida de Laura? ¿Se acordará ella también de este parque? ¿Se acordará de nosotros?

El mundo de la velocidad era demasiado apasionante. Juro que no podía de la emoción. No sólo sentías más adrenalina cuando subías a la moto, si no que al bajar era mejor la sensación de alegría. La verdad es que no sé ni como se me daba, ni si ni bien o mal, pero disfrutaba, demasiado. También creo que me apasionaba por otra cosa. Conseguí olvidar a Laura. Ya ni me dolía como antes cuando me acordaba de ella o mi abuela me preguntaba si sabía alguna cosa suya. A ver, sí, la echaba de menos y si, guardaba a Rush para regalárselo, pero su vacío lo ha llenado la adrenalina de la velocidad. Y mi hermano volvía a ser un crac en esto. Luchaba, luchaba y luchaba. Se exigía lo mejor de si mismo, quería dar lo mejor que sabía. Y también quería que yo lo diese, por eso seguía ayudándome. Era el mejor, sin dudarlo. La verdad es que tengo mucha suerte de poder decir que somos hermanos.

Hola. Ya sé que ha pasado tiempo desde el último capítulo, os pido perdón. He escrito este, esperando que os guste, aunque creo que es bastante malo... Me gustaría saber vuestra opinión acerca de él, para saber que tal me ha quedado, si queréis, claro. Aprovecho también un día como hoy para subir. Hoy es cuando más orgullosa estoy de Marc y de Álex, y me gustaría compartirlo con vosotras, aún ha riesgo de que me vuelvan a llamar mojabragas. Creo que es de admirar que (ahora hablo por Marc) se lo haya tomado así de bien y de que este cuarto puesto le sirve para rebajar la presión a nuestro campeón, porque como bien dijo el es humano, y aún así nos sigue enseñando que lo importante es luchar por conseguir lo que quieres.

Y bueno, os doy las gracias por leer. Sois todas unos amores, y me alegra un montón que cada vez tenga teniendo más visitas. Os juro que es todo un honor para mí y cada vez que tiene un nuevo voto la alegría no cabe en mi interior. ¡Muchísimas gracias, chicas!

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