Capítulo 8

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[Narra Laura]

Unos pasos antes de llegar al comedor para desayunar, Marc se separó de mí y me sonrió mientras su mano se desplazaba lentamente por mi mejilla. ¿Qué significaba ese casi beso? ¿Por qué notaba mariposas en el estómago? ¿Justo hoy, mi primer día en el mundial? No podía ser verdad, esto debía ser un sueño. No hay otra explicación. Pero debía volver a la realidad, debía de estar al 100 por cien para los entrenamientos.

Marc se había adelantado así que entré sola. Al fondo de la sala estaban Ana, Rins, Viñales y Álex desayunando. Éste último me hizo un gesto para que me sentase con ellos. Asentí sonriendo y me fui al otro lado de la sala para coger una bandeja y elegir lo que quería desayunar. Caminando por la barra metálica con la bandeja apoyada en esta, tenía a mi lado a Marc.

Él también se puso rojo como un tomate mientras cogía un bote con mucha variedad de fruta y un yogur. Cogí lo mismo que él, salvo con distinto contenido en su interior. Ambos nos encaminamos en silencio a por una taza y una cucharilla. Cuando éstas estaban ya depositadas sobre las bandejas, fuimos a las máquinas donde servían el café, aunque el prefirió un cola-cao.

- Vaya, cambiamos los papeles. El viejales con el cola-cao y la enana con el café. - Marc sonrió ampliamente. Al menos no era tan incómodo como pensaba. - Oye, lo del ascensor...

- No ha pasado nada. ¿Vale? Va a ser lo mejor para Fenati. - Se rió. - O coges un tenedor y un cuchillo y te vas ya, o te toca hablar con él. - Asentí, me sonrió y seguí su consejo. A los pocos minutos ya estaba en la mesa con mis compañeros de categoría riendo y compartiendo nervios.

Terminamos de desayunar y Ana y yo nos fuimos a nuestros boxes. Me puse a hablar con Carlos mientras me explicaba unas pequeñas modificaciones. No tardó mucho. Hoy sería la toma de contacto, ya que no eran entrenamientos propiamente dichos. Le pregunté unas ciertas dudas y me fui a cambiar. Al cabo de 20 minutos ya llevaba el traje puesto, mi coleta por el interior de éste y el casco en la mano.

He de decir que no me convencía el diseño del traje cuando lo veía en la percha, pero puesto he de admitir que era espectacular. Era totalmente rojo, con las coderas y rodilleras negras y el nombre del equipo en blanco. Los anuncios resaltaban sobre el color del traje y mi nombre en la parte trasera a la altura de mi culo escrito como si de un graffiti de color negro y blanco se tratase resaltaba totalmente.

El casco era diferente. Era azul claro y tres pájaros negros alzaban su vuelo en la parte izquierda. A la derecha se veía un lazo rosa, obligación de mi tía, yo odiaba este color. En la parte trasera resaltaba el número trece en color amarillo. Elegí los dos temas de la mala suerte, pero eso era lo que me gustaba, el peligro de las supersticiones.

Quedaban aún quince minutos para poder salir a la pista. Yo tenía unas ganas enormes de que pasasen ya, pero debía calmarme. Me senté en una de las sillas del box y me puse a charlar con uno de los mecánicos sobre la penúltima curva.

En ese momento vinieron mis tíos con Marc. Dios, ¿no podía elegir otro momento más oportuno? Mi tío Juan me abrazó mientras me revolvía el pelo. Luego lo hizo mi tía. Marc, sin embargo, simplemente me sonrío mientras alzaba los pulgares, a cierta distancia.

- Estoy nerviosa, ¡pero tengo demasiadas ganas! Esto es raro. ¿Qué tal lo lleva tu hermano?

- Bien. Al menos no ha vomitado... No sabéis de lo que es capaz cuando los nervios le superan. - Mis tíos se echaron a reír. No sé que le ven de divertido... Se dieron cuenta de lo que estaba pensando, los tres, ya que Marc se unió a sus risas. - ¿Quieres que te aconseje, Laura?

- Sí, será lo mejor, cariño. Nosotros vamos junto tu padre para veros entrenar. - Mi tío Juan puso una mano en el hombro de Marc, en el derecho para ser exactos. Oh, no. Cuando estoy muy nerviosa tiendo a fijarme demasiado en los detalles. - En cuanto termines venimos a verte.

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