Capítulo 9

319 19 0
                                    

[Narra Álex]

Era el primer viernes. Hoy ya nos jugábamos puestos. Los nervios se notaban en el ambiente, sobretodo en la zona de novatos. Nadie pronunciaba ni una sola palabra en la mesa, estábamos todos demasiado concentrados observando fijamente nuestros desayunos, pero casi ninguno lo ingería. ¿Tanto nos afectaban los nervios?

Observé fijamente el desayuno de Laura; cogía lo mismo que mi hermano. Bueno, casualidades de la vida, suele pasar. Ahora no debía de pensar en eso. ¿Cómo me saldrán los entrenamientos? Sé de sobra que no tan bien como a Laura, dios, ¡si es que fue increíble! Aunque también sé que no ando muy por detrás suya, con suerte la adelanto sin problemas. Debo de seguir el consejo de Marc y pensar en mí y no en mis amistades. Aunque sólo en las carreras, buena aclaración.

Laura me sonrió ampliamente y salí de mis pensamientos. Se llevó a la boca un trozo de sandía y en ese momento me agarró la mano en señal de comprensión. Se le notaba nerviosa, aunque lo intentaba ocultar. Me calmó bastante. Terminamos, y cada uno se iba a su box, iba a ser un día MUY duro.

En cuanto llegué ya estaba mi padre esperándome en la puerta junto mi hermano. Siempre me calmaban en situaciones así, porque, he de reconocer, que no soy una persona que controle sus nervios en situaciones difíciles. Marc siempre se ríe de mí, pero se pasa verdaderamente mal. Me puse el traje rápidamente, junto con las botas, y entré a la sala donde estaban los mecánicos revisando todos los detalles de la moto. Me senté junto Alzamora y detallamos la estrategia junto mi hermano. Debía entrar en las curvas bien posicionado, para evitar cualquier movimiento de la moto y salir rápido de estas. Luego, lo típico, pasa de lo que hagan los otros pilotos, y si ves que puedes tener cualquier caída por intentar hacer algo, olvídalo y en la siguiente vuelta lo intentas tranquilamente.

Estuvieron así un buen raro, intentaba absorber todos los trucos que me daban. Alzamora contaba con la experiencia, Marc con la agresividad y bueno, yo aportaba ideas desde la inexperiencia, que en algún momento fue buena para que los dos no se fuesen por caminos a los que, por mala suerte, aún debía de entrenar mucho para llegar.

Faltaban 10 minutos, Marc salió del box, supongo que a visitar a Laura, yo seguía allí, observando viejos vídeos que me aportaban varias ideas. Álex, debes ir rápido, con cabeza, cautela y disfrutando. Eso es, eso es lo que debo hacer. Sólo 5 minutos más y empezábamos. Mi padre estaba a mi lado dándome ánimos. En ese momento sonó mi teléfono. Mi madre, tan detallista como siempre.

- Cariño, buena suerte. ¡Lo vas a hacer genial! Ya sabes que tú siempre consigues todo lo que te propones. - Sonreí. Mi madre si que sabía animarme incluso a kilómetros.

- Gracias mamá, intentaré dar todo lo que pueda y más. Un 100% por cada uno de la familia...

- ...que siempre estará a tu lado ayudándote a conseguir mil maravillas. - Ambos reímos. Mi madre siempre nos decía eso antes de subir a una moto. Recuerdo incluso una vez que se lo quiso decir a Laura y se quedó a medio camino, por si recordaba a su madre, pero fue la pequeña de cinco años la que se lo obligó terminar y sonrío orgullosa cuando mi madre lo recitó.

- Te tengo que dejar mamá, ya debo ir a la salida. Te quiero, te llamo luego. - Y colgué de repente. Mi madre sabe que no me gusta que se ponga algo sentimental antes de un entrenamiento o carrera o mis nervios aumentan.

Bloqueé el teléfono, lo dejé encima de la mesa y cogí el casco que también estaba sobre esta. Me puse los guantes mientras me acercaba a mi padre y me daba un abrazo. Me susurró un ''Buena suerte, hijo'' en la oreja y me fui junto mi moto. ''Pequeña, es la hora'', pensé cuando me subía a ella y en cuanto me dieron vía libre, me fui a la pista a dar lo mejor de mí. Era mi momento.

Esta es nuestra historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora