capítulo 5.

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Quiere irse, todos lo miran atentamente y susurran cosas que apenas puede escuchar, Akashi está detrás suyo pero aún así se siente solo, quiere salir corriendo a casa y encerrarse en su habitación pero hacer eso significaría dejar en ridículo a su padre que le mira intensamente desde lejos.

—Koukicchi realmente estás aquí —Kise se acerca ambos corriendo —ya estaba preocupado por nada.

—Bo-Bonita fiesta Kise-san.

—Ya te dije que me digas Ryouta. Ven, vayamos con el resto.

Lo lleva a una mesa dónde están todas los chicos que conoce desde preescolar pero jamás de atrevió a hablar mucho con ellos, dan demasiado miedo.

—Chicos creo que ya se conocen. Furihata Koukicchi —sonríe —. Midorima Shintarou, Kuroko Tetsuya, Murasakibara Atsushi y Aomine Daiki.

—Claro, nos conocimos en preescolar —el peli-verde acomoda sus lentes antes de mirarlo —. Es bueno por fin encontrar un momento para hablar, Furihata.

—L-Lo mismo digo —habla nervioso llevando una mano tras su nuca, sus piernas tiemblan de lo nervioso que está.

—Furihata-kun bebe algo con nosotros —un peli-celeste, del que no había notado, le entrega una copa de vino que es arrebatada por Akashi.

—Lo siento pero el joven Kouki-sama no puede beber, es una regla puesta por su padre —dice entregando la copa a un mesero que pasa.

—¿Una niñera? —Murasakibara que se había mantenido en silencio comiendo unos pockys los miró con burla —que ridículo.

—¿Lo es? es algo que mi padre ordenó así que...

—No debe dar explicaciones, Kouki-sama. Y disculpe mi atrevimiento joven Murasakibara pero no es ridículo cuando se trata de proteger a una persona. Pero creo que incluso a usted le hace falta una niñera por su comportamiento tan infantil.

—A-Akashi-san

—¿Qué dijiste? —el alto se levantó tomando con fuerza a Akashi de su corbata —disculpate ahora, idiota.

—Lo haré cuando usted se disculpe con Kouki-sama.

—Oi-... No peleen estamos en una fiesta —el moreno se levanta de la mesa preparándose en caso de que todo se descontrole.

—Yo digo la verdad, además no eres nadie para dar una órden. Alguien tan enano e inferior creyéndose tanto. Te aplastare.

—Chi-Chicos la gente mira hacia nosotros —el rubio se puso en medio de ambos con los nervios comiéndole por dentro.

Akashi puede ser bajo pero realmente tiene algo que da miedo al solo verlo a los ojos y Murasakibara es un gigante ¿Quién no le tendría miedo?.

—Akashi-san por favor vámonos ya, no vale la pena pelear.

—No. Hey gigante, disculpate de una vez.

—Dije que no lo haré.

Apenas fue visible la manera en la que Akashi tiró a Murasakibara al suelo, los guardaespaldas de la casa no tardaron en actuar tratando de controlar al peli-morado que no tuvo problema el deshacerse de los guardias, Furihata realmente no quería que el pelirrojo peleara así que juntó valor y se colocó frente a él para intentar detener al gigante.

—Mu-Murasakibara-san esto no es... —no pudo terminar pues recibió un fuerte golpe de puño en la mejilla.

Todos los invitados no podían más que quedarse en sus lugares siendo espectadores, el señor Furihata bufó molesto al ver que su hijo fue golpeado, el hermano mayor del castaño recién se daba cuenta de la situacion pues recién llega a la fiesta. Akashi mira molesto a Murasakibara, se acerca peligrosamente pero es detenido por Kouki, este tiene los ojos llorosos y una mano sobre su mejilla golpeada.

—Va-Vámonos Akashi-san, por favor.

—Si, Kouki-sama. Lo siento.

—disculpa por arruinar tu fiesta Kise-san —hizo una reverencia y se marchó junto al pelirrojo.

Aunque Tenga que Dar Mi Vida [AkaFuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora