Aunque Tenga que Dar Mi Vida [AkaFuri]

capítulo 8.

Ya han pasado dos meses y desde ese entonces Akashi no a hecho nada más que estar en su departamento sin parar de pensar en el castaño del cual sabía poco gracias al hermano mayor de este. Kouki fue encerrado de nuevo en su casa teniendo terapia, medicado y la mayoría del tiempo la pasaba llorando solo pues su hermano y su madre no tenían permitido verlo. El pelirrojo quería ir e intentar apoyar al castaño pero Daisuke lo despidió así que ya no tenía razón para ponerse frente aquella casa pero estamos hablando de AKASHI SEIJURO.

—Akashi, creí que lo habían despedido —Haru mira algo confundido al hombre frente a él.

—No se equivoca pero he venido a saber de Furihata Kouki.

—Lo siento, ni siquiera yo puedo ver a mi propio hermano.

—Disculpa creo que no me entendió. Vine a ver a Furihata Kouki, y no es una petición, es una orden el que me dejen verlo —entra a la casa —con su permiso. —importando poco sus modales camina por la casa en completa libertad siendo seguido por el hermano mayor del castaño

—Si mi padre te mira se pondrá molesto, Akashi.

—Kouki-sama —ignoró al chico, golpea suavemente la puerta escuchando sollozos del otro lado —soy Akashi, voy a pasar —para su suerte la puerta no está trabada, le da una rápida mirada al joven a su lado que suspira yéndose, luego entra a la habitación que solo está siendo iluminada por una lámpara junto a la cama.

—Akashi-san.

—Kouki... Vine a verte —se acerca con cuidado de no hacer entrar en pánico al castaño —ha pasado mucho tiempo.

—¿Que haces aquí? —pone su mirada sobre el pelirrojo, debajo de sus ojos lleva unas horrible ojeras que se pueden ver un poco con la luz.

—Ya te lo dije, vine a-...

—¡No debiste venir si es solo por lástima! "Pobre chico" "da lástima lo que vive" "debe ser una vergüenza para su familia". Es lo que dicen todos y no dudo que alguna vez también lo hayas pensado.

—No es-...

—¡No mientas! Me dejaste y ahora vuelves diciendo que es porque estás preocupado por mí.

—Kouki —intenta acercarse pero tienen miedo de alguna reacción peligrosa —sabes que yo nunca pensé algo así. Tú padre me despidió después de lo ocurrido en el hospital.

—¡No es verdad! ¡Él dijo que tú renunciaste porque te daba asco!

—Furihata Kouki. Llegué aquí porque sabía de tu situacion, cuando me contrataron solo pensé «Quiero protegerlo» no por lástima o cualquier otra cosa quería ser capaz de hacerte sentir seguro de que yo pueda protegerte y vuelvas a sonreír, salir a la calle sin miedo, encontrar pareja y tener una familia si así lo deseas. «Aunque tenga que dar mi vida...»

—¿Entonces no me odias? ¿No te doy asco? ¿No lo haces por lástima?

—Nada de eso —por fin se acerca a la cama tomando sus manos que son más huesudas que antes —. Furihata eres un adolescente muy lindo, tanto que haces mi corazón latir cálidamente —lleva la mano del joven a su pecho, su corazón late acelerado sonriendo al notar un brillo en los ojos de este —vine porque no paraba de pensar en cómo estabas, estos dos meses solo he pensado en ti.

—Te extrañé Akashi-san, demasiado —es abrazado por el mayor soltandose a llorar en su pecho.

—Yo también, Kouki.