capítulo 2

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Ya es una semana desde que el hombre pelirrojo empezó a trabajar como su guardaespaldas, él todavía no le tiene total confianza.

Akashi no es alguien que se meta en la vida de las personas, solo hace su deber en proteger, de todos modos no puede dejar pasar repetirle al joven que alce la mirada pero solo es ignorado pues Furihata todavía se pone nervioso cada que las miradas de los estudiantes se clavan en él pero no por el hecho de que tenga todo el día tras él un guardaespaldas.

«¿Qué hay de interesante?» se pregunta él. Al menos una parte de los estudiantes en esa preparatoria por al menos una vez han tenido un guardaespaldas ¿Entonces por qué los miran tanto? Y la respuesta es simple, ellos siguen creyendo que él fue violado y aunque fue así no puede soportar recordarlo y que todos siguen hablando sobre eso después de tanto tiempo. Akashi no prestaba mínima atención en el resto solo mantiene su mirada en la espalda del castaño que camina encorvado y cabizbajo, comprende porque se siente de esa manera pero verlo tan frágil hace que sienta un poco del dolor que está sufriendo, incluso si pudiera se lo llevaría lejos a donde nadie más pueda juzgarlo o hacerle daño, cuidar del pequeño castaño.

—Kouki-sama por favor levante la mirada y póngase derecho, ignore al resto —el pequeño simplemente tembló en su lugar, siendo ignorado una vez más —. Si lo hace me mantendré fuera de su salón de clases.

—¿Estás seguro? Akashi-san todos me mirarán burlándose en mi cara, no quiero... —la primera campanada de clases sonó, miró con miedo al interior del salón de clases donde están todos sus malos compañeros —vámonos a casa, no quiero estar aquí.

—No puedo aceptar eso, su maestro está por llegar —lo tomó de la manga de la chaqueta escolar llevándolo al interior del salón.

Sus compañeros no tardaron en reírse y hacer burlas al respecto.

—Vaya al parecer no es sólo un guardaespaldas también Kouki tiene niñera incluída —se burló un compañero.

—Seguramente mami y papi ya se cansaron de tenerlo por eso la niñera —la clase rió a carcajadas.

Kouki se ocultó tras el mayor mordiendo su labio inferior con fuerza, tiembla y una lágrima baja por su mejilla, Akashi no podía soportar verlo de esa manera.

—Le pido que no se refiera como "niñera" hacia mí, joven.

—¿Ah? ¿sabes con quién tratas? Pueden despedirte de tu trabajo y nunca más tener uno.

—Inténtalo, mocoso. —puso su mano sobre el hombro del chico —nadie puede mirar por encima de mí y mucho menos mirarme a los ojos —el chico cayó al suelo de rodillas sorprendido al igual que el resto.

—Akashi-san —murmuró Kouki asustado de la actitud del pelirrojo.

Todos se asustaron cuando tomó unas tijeras apuntando hacia el otro chico.

—Tambien a usted le pido que le tenga más respeto a Kana-san y Daisuke-sama si no tendrá que enfrentarse a las consecuencias —sus ojos rojos se encontraron con los del adolescente tembloroso, para él es divertido ver el gran cambio que tuvo pues se reía hace unos segundos —. Lo mismo para el resto, no quiero causar problemas así que no causen problemas a la familia Furihata pero sobre todo a Kouki-sama.

La clase enmudeció, todos se pusieron en sus lugares correspondientes mirando al frente pues nadie se atrevió a retarlo con la mirada. El maestro entró sintiendo el ambiente muy extraño pero no se molestó en preguntar porque la mirada amenazante del pelirrojo también le asustó y solo procedió en hacer su clase.

Aunque Tenga que Dar Mi Vida [AkaFuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora