Cualquiera pensaría que al ser el único heredero del legado y la fortuna Nanase su vida estaba solucionada y no tenía preocupaciones más que atender los asuntos de la empresa cuando tomara el cargo de presidente o de siempre lucir bien en las fotografías de todas las revistas, pero eso era lo más alejado de las verdaderas preocupaciones que realmente tenía el único hijo una de las familias más poderosas y acaudaladas de Japón.
Haruka no era ambicioso ni tenía interés en la compañía familiar, mucho menos le agradaba ser el centro de atención y tener a un séquito de fotógrafos y reporteros tras él tras cada movimiento que hiciera, simplemente quería libertad para hacer lo que le plazca sin ser cuestionado o juzgado.
Pero considerando su posición social no le había quedado más opción que seguir al pie de la letra todas y cada una de las órdenes que su familia le daba, incluso si eso significaba no poder elegir siquiera que prendas utilizaría para estar en casa repasando las lecciones que llevarían al éxito de la compañía de su familia.
Ni siquiera había puesto escusas o pretextos cuando a temprana edad sus padres decidieron que, apenas cumpliera la mayoría de edad, se anunciaría su compromiso con la hija menor de uno de sus mayores inversionistas con el fin de unir ambas empresas y expandir mucho más el campo que ambas tenían por cuenta propia.
Sin embargo, a tan sólo un mes de que la fecha pactada llegara, el resentimiento acumulado en el interior del azabache por fin había salido a la superficie, comenzando a cuestionar todas y cada una de las decisiones que habían tomado por él, incluido su matrimonio, argumentando que no le importaba la compañía o cualquier otra cosa que no hubiera decidido por cuenta propia.
Cada día tenía un nuevo enfrentamiento desde el momento en que salía de su habitación hasta el momento en que volvía a encerrarse en ella esperando el nuevo día. Ya no le importaba discutir desde las escaleras mientras su padre, en el umbral de la puerta y con la voz más calmada posible, intentaba convencerlo de hablar como personas civilizadas una vez regresara.
Para su mala suerte las cosas no iban a mejorar pronto pues, justo el día que estaba a punto de decirle a su padre que no le importaba en lo más mínimo casarse, su prometida había llegado a pasar unos días a la residencia Nanase con motivo del anuncio de su boda para que comenzaran a retratarlos juntos y el resto de inversionista se acostumbraran a la pareja que en unos años estaría al frente de la empresa.
Y esa fue la gota que derramó el vaso. No es que tuviera quejas respecto a su prometida; pues era una chica de belleza inigualable, de gustos refinados y educada desde pequeña para caminar de la mano de un alto ejecutivo a quien apoyaría para sacar adelante el legado que los padres de ambos habían dejado; sino simplemente su rechazo se debía a que nunca había tenido oportunidad de experimentar el amor y apenas la conocía.
Habían coincidido un par de veces en las fiesta de ambas empresas, y durante su infancia cuando el compromiso fue decidido, pero ninguno sabía quien era el otro; que le apasionaba, sus miedos y temores, su color favorito o lo que le gustaba hacer en su tiempo libre. No eran más que desconocidos que estaban atados por las decisiones de su familia sin ninguna opción más que obedecer.
Pero Haruka estaba cansado de todo eso y en cuanto la vio llegar corrió hasta el estudio de su padre, sin esperar siquiera el aviso de que podía pasar abrió la puerta y se enfrentó a él con mucha más determinación que antes.
—¿Qué hace ella aquí?
—No tengo tiempo para discutir tonterías, casi eres un adulto así que deberías dejar de comportarte como un niño. Ve a recibir a tu prometida de forma adecuada y después podremos hablar.
—¿Después? ¿Cuándo? ¿¡Una vez que esté casado y no pueda hacer nada para evitarlo!? —estaba molesto y su voz había llegado hasta la planta baja donde la chica era recibida—. A ti no te importa en lo más mínimo lo que quiera y lo sé desde hace mucho, pero no voy a permitir que arruines mi vida de esta manera —su voz hizo eco en los oídos de la chica y no pudo evitar sentirse incómoda mientras caminaba hasta la habitación en que se quedaría.
ESTÁS LEYENDO
RinHaru week 2018
FanfictionDe como entre viajes en el tiempo, matrimonios arreglados, piratas, instintos primitivos, mensajes por correo, súper héroes, ciencia ficción y musicales, el amor surge entre Rin y Haru como un destino ineludible que les otorgo un paisaje nunca antes...