Día 7. Futuro

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Era uno de los científicos más reconocidos de su época, había colaborado con grandes avances en la robótica y muchos de sus prototipos, resultado de la larga investigación que en sus años había hecho, ya estaban siendo aplicados, principalmente en el área médica debido a la precisión con que replicada el cuerpo humano.

Pasaba gran parte del día en su laboratorio, a veces en compañía de sus compañeros y otras más solo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que sus avances mostraban grandes triunfos, se sentía estancado y sin más ideas por desarrollar luego de que su último prototipo con inteligencia artificial resultara útil para muchos más ámbitos de los que él esperaba.

Sin embargo, luego de compartir un poco más de tiempo con otros investigadores durante uno de los coloquios más importantes realizados en una de las universidades de Japón, encontró un ámbito muy interesante en el análisis del comportamiento humano. Su interés no estaba enfocado en su misma especie sino que le interesaba entender sus motivaciones e intereses hasta ser capaz de replicarlo mediante sus experimentos.

Llevaba un par de años ya desde que inició su investigación y había elaborado un par de prototipos antes de llegar a su último modelo: el AI-2050-04. Nagisa, su compañero más ruidoso, fue quien decidió las características que tendría el prototipo: cabello rojo al igual que sus ojos, unos centímetros más alto que Haru, dientes afilados, músculos bien definidos y una voz encantadora.

Así fue como lo había descrito el rubio y su amigo había logrado complacerlo totalmente con el resultado que le mostró una vez terminado el prototipo. Aunque el azabache ya le había dado un nombre al prototipo, su compañero insistió en que un par de letras y una secuencia de números no era suficiente, que debía tener un nombre o de lo contrario sería casi imposible que su experimento funcionara.

-¿Qué te parece Rin? Es un buen nombre y va con él...

Había insistido tanto con el tema del nombre que finalmente terminó por dejarlo ganar, aceptó que usaran ese nombre para referirse a su prototipo e incluso él se había acostumbrado a llamarlo de esa manera. No sabía si en verdad ese influiría en el comportamiento del prototipo o si conseguiría mejores resultados pero realmente no le molestaba referirse a él así.

-¡Haru...! -alargó la última letra de su nombre mientras cruzaba sus brazos sobre la espalda de su creador sin ninguna intención de separarse-. Es aburrido estar todo el tiempo aquí, deberíamos hacer algo divertido. Nagisa dice que hay muchas cosas que hacer fuera del laboratorio pero nunca he estado fuera.

-No hay nada por hacer fuera, sabes cuál es tu misión y por eso mismo no podemos salir -habían pasado dos años ya desde el día en que AI-2050-04, o Rin, había sido creado y pudo notar que había adoptado algunos comportamientos suyos y varios más de Nagisa-. Ni siquiera sé si podrás salir una vez terminemos.

-No eres divertido, Haru -sus mejillas se inflaron haciendo un mohín antes de acercarse más a él para poder mirar su rostro-. ¿Haru...? -apoyó su rostro sobre la palma de su mano mientras observaba lo que el científico hacía.

-No vamos a hablar más de eso, te lo dije antes -siguió concentrado en su labor sin mirarlo-. Deberías pensar en las labores que te di hace unos días, la evaluación de este mes la haré en unos días y necesitas terminarlas antes de que la haga.

-¿Qué significa que alguien te guste? -ignoró por completo lo que el azabache decía mientras jugaba con un par de cosas sobre el escritorio en que trabajaba.

-Esas preguntas deberías hacérselas a Nagisa, es él quien te pone ideas extrañas -había escuchado por casualidad la conversación que tuvo unos días atrás con el de ojos rosas y sabía que intentaba descubrir si el pelirrojo había comenzado a desarrollar sentimientos por su propia cuenta.

RinHaru week 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora