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Min Yoongi era, la mayor parte del tiempo, un hombre educado, responsable y sensible, por lo que su trabajo de operador de llamadas al 911 le quedaba perfecto; aunque siendo operador también se le consideraba policía, sólo que prefería atender llamadas que ir a la "acción". Yoongi atendía llamadas desde la mañana hasta la tarde, cuando el cielo comenzaba a oscurecer, para esos momentos él se iría a su casa y miraría series de comedia en netflix. Vivía solo, sus padres y hermano mayor viviendo en aquel pueblo del que él salió hace años, y no tenía pareja sentimental en esos momentos, entonces veía el televisor mientras cenaba comida a domicilio en el sofá y, cuando marcaban las 9 pm, se iba a dormir, pues tenía que volver al trabajo temprano.

Esa era su rutina, no se quejaba, no la odiaba, aunque tampoco la amaba, pero estaba cómoda con ella. Yoongi tenía una vida estable, conforme con su trabajo y sin ningún problema con su persona, todo estaba bien, o al menos, todo hasta esa noche.

Esa noche llamaron a Yoongi para solicitar apoyo en las oficinas de operadores, le dijeron que no tenían suficiente personal, que algunos faltaron sólo porque quisieron y necesitaban personas atendiendo el teléfono de inmediato. Yoongi fue sin pensarlo, sin haber dormido y sin haber comido, jodiéndose por ambas cosas mientras permanecía sentado sin hacer nada, pues no estaba recibiendo ninguna llamada.

Esa noche, Yoongi no era ese hombre educado, responsable y sensible; esa noche, Yoongi era un hombre irritado, malhumorado y temperamental, el cual estaba apunto de explotar en cualquier momento. Se había enterado por compañeros de la oficina que los que faltaron decidieron irse a una fiesta, dejando de lado sus responsabilidades con el pueblo, cosa que había echo a Yoongi hervir de ira, anotando mentalmente vengarse de ellos más tarde, si no era que los despedían, cosa que deseaba.

Entonces el teléfono por fin sonó, Yoongi se sintió al menos útil al presionar el botón de aceptar llamada, presionándo el auricular en su oreja, el cual estaba unido junto a una diadema que estaba sobre su cabeza, con un micrófono que daba directo a su boca, por donde hablaba.

-911, ¿cuál es su emergencia? - Dijo la frase que dictaba el protocolo, tecleando de inmediato en su computador para ubicar la dirección de la llamada.

-Tengo un arma y planeo matarme.

No puede ser cierto...

Yoongi dejó todo lo que estaba haciendo, no conteniendo un suspiro de fastidio que salió desde lo más profundo de su pecho y masajeando la piel entre sus cejas con sus dedos. Fue la gota que derramó el vaso de su noche de mierda, ahora tendría que tratar con un suicida, y no cualquiera, pues por la voz que escuchó, Yoongi apostaba a que era un adolescente pasando por esas tan molestas crisis existenciales.

Miró la pantalla de su computador, la dirección había aparecido y también la ayuda más cercana, pero no mandó nadie en ese momento, su cabeza no estaba lúcida esa noche, y pensó que el mocoso en la línea no necesitaba que mandara una patrulla de policías, ambulancia, bomberos o la guardia real de ser posible.

-¿Cuál es tu nombre? - Preguntó sin ánimos, cruzándose de brazos y recostándose contra el respaldo de su silla, mirando al techo con una mueca. Yoongi había pasado por varios exámenes para ese empleo, sabía lo que debía de hacer con una llamada de alerta de suicidio, y aún así se saltó la regla más importante.

Ayudar a la persona.

-¡¿No escuchó lo que dije?! - Podía sentirlo alterado, con su voz inestable, seguro por llorar. - ¡tengo un arma... voy a matarme!

-Si te escuché la primera vez, niño, no me grites. - Ahora masajeó sus sienes, un increíble dolor de cabeza apareciendo por la falta de dormir y el hambre que tenía. Su temperamento estaba por joderse por completo si el niño suicida seguía con su mierda.

911 » yoontaegi || #TAEGIWEEK18 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora