ii.

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4 años después.

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El teléfono en el mostrador sonó, por lo que Yoongi atendió después de dos tonos.

-Pizzería Titán, ¿qué desea ordenar? - Recitó el ya tan acostumbrado diálogo que decía todos los días de su vida -a excepción de sus días de descanso-.

-Ah, buenos días, si, me gustaría pedir un pizza familiar.

Yoongi anotó toda la información necesaria para el pedido, escribiendo en un papel la orden, colgandolo en la pequeña ventanilla que daba a la cocina, donde se hacía las pizzas y demás comidas, y volvió al frente, al mostrador, observando el establecimiento vacío con cansancio y un poco de desprecio.

Ese era el trabajo actual de Min Yoongi, atendiendo una de las dos cajas registradoras en una pizzería de la ciudad. A diferencia de muchos -todos- en la pizzería, Yoongi era el único empleado de tiempo completo, entrando a las 9 am y saliendo a las 8 pm, claramente su jefe aprovechándose de la situación de Yoongi y dándole horas de más sin paga. Tenía una hora de descanso para comer, y de vez en cuando se le permitía descansar en la sala de empleados 15 minutos. También, al ser el único empleado de tiempo completo, su jefe era "generoso" y le dejaba llevarse un poco de comida del establecimiento gratis, por lo que Yoongi solía tener una dieta nada saludable donde casi todos los días ingería pizza, pues era gratis y así podía ahorrarse unos cuantos billetes.

Yoongi trajaba en un entorno de jóvenes, chicos y chicas en sus veinte años, algunos menos, todos con horarios de medio tiempo, y todos con una gran energía la mayor parte del tiempo, aunque siempre se estén quejando de tener sueño. Yoongi se sentía fuera de lugar rodeado de tantos jóvenes, a veces se agobiaba de sus bromas sin sentido y sus risas estridentes, por lo que se tomaba unos mini descansos y dormía 15 minutos en ese viejo sofá de la sala de empleados.

En ese momento, para su suerte, no habían jóvenes, o al menos no los suficientes como para hacerle perder la cabeza. Él estaba atendiendo solo en el mostrado, pues en las mañanas casi no había mucha venta, tal vez a domicilio, pero venir, ordenar y sentarse en una de mesas no, a ésta hora no. Habían dos chicos trabajando en la cocina, otro limpiando el lugar, y el jefe, el cual era el otro además de Yoongi que estaba ahí todo el día, sólo que a él le pagaban más que a Yoongi y no hacia nada más que coquetear con las chicas del turno de la tarde, las universitarias.

Cuando Yoongi estaba por perder el tiempo en el computador del mostrador -pues tenía Internet y estaba aburrido-, el teléfono volvió a sonar, Yoongi esperando nuevamente dos tonos y respondiendo después de éstos.

-Pizzería Titán, ¿qué desea ordenar? - Nuevamente repitió lo que ya era casi su credo, después de unos años se lo había aprendido a la perfección.

Pero no respondieron, Yoongi frunció el ceño ante eso, escuchando una ligera respiración del otro lado de la línea y, cuando estuvo apunto de volver a repetir su diálogo, colgaron.

Alejó el aparato de su oreja y le miró con confusión.

¿Habrá sido una broma que al final no salió bien?

Yoongi ya había sido víctima de bromas telefónicas, pero nada que no haya podido manejar en el pasado. Encogiéndose de hombros, él también colgó, y cuando estuvo por usar el computador como lo tenía pensado antes, el teléfono volvió sonó a sonar. Mirándole con desconfianza, descolgó el aparato después de los dos tonos y lo llevó a su oreja.

911 » yoontaegi || #TAEGIWEEK18 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora