Chapter one

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chapter one: la profecía
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Ragnar llegó a la tienda del sacerdote y entró.

La niebla espesa le envolvió y por su nariz se coló un olor a pescado rancio que le hizo fruncir el ceño cansado que portaba.

Sus botas sonaron bajo la humedad del sitio y cuando llegó hasta el cojín se sentó derrotado.

-Ragnar el granjero.-

Un hombre sin ojos apareció con andares irregulares y lentos, se sentó frente al hombre y extendió su mano, el rubio la tomó entre las suyas y posando la lengua sobre la palma de esta lamió hasta el final de la mano.

-Una profecía ha sido escrita en tu destino.-

Ragnar se mantuvo callado, escuchando en todo momento lo que aquel bizarro hombre decía de entre sus labios.

-Odín padre de todos ha querido que una de sus criaturas guíe tu corazón y el de los tuyos.-

-¿Yo?-

-¿¡Osas cuestionar a los dioses!?-Bramó el hombre.

-No gran sabio, solo era extrañeza, ¿cómo un simple granjero podría ayudar a un fruto de dioses?-

-No dioses no, solo de Odín. Su fruto creado de la semilla del agua y del viento, del corazón del hombre más valiente, y la fuerza y destreza otorgada por las valkirias. Esa pequeña obra divina será tuya y tú serás suyo.-

-¿Y cuándo la recibiré entonces gran sabio?-

-Pronto.-

Ragnar volvió a lamer la mano y se fue con un sabor de boca diferente.

Dos semanas después

Las cosas en calma y el granjero vikingo con los nervios a flor de piel.

-¿No crees que piensas demasiado?-

-¿Tú no lo harías por algo así?-

-Tienes que relajarte, si es cosa de los dioses vendrá cuando ellos quieran.-

-Lo mejor será que salga Lagertha, así me distraeré en algo.-

La mujer sonrió con comprensión y dejó que su marido se fuese aún sabiendo que quizás las dudas le comieran y no volviera.

-¿A dónde va padre?-Preguntó un pequeño Bjorn.

-A encontrar sus respuestas cielo.-

Mientras, Ragnar caminaba mascullando incoherencias, ¿y si era todo una farsa hecha por el conde para castigarle por sus propuestas de viajar lejos?

Los ojos de Ragnar se abrieron de par en par al ver frente a él una muchacha, de cabellos blancos y largos que le cubrían los pechos.

Piel suave y tersa salpicada por algunas motas de color anaranjado, ojos grisáceos que bailaban por el agua brillantes y cuerpo moldeado por el mejor escultor.

-¿No piensas meterte?-

Ragnar vio como la muchacha le sonreía juguetona y se apartaba el pelo mientras se hundía hasta la barbilla.

El vikingo se acercó y se puso de cuclillas frente a la chica quien sonrió ladeando su cabeza.

-¿Quién sois?-

-Me llamo Hella.-

-¿Y de quién eres hija Hella?-

Otra sonrisa, nuevo brillo en sus ojos, risas juguetonas.

-De Odín Ragnar Lothbrok.-

-No os he dicho mi nombre.-

-Ya lo sabía.-

Hella nadó lejos de Ragnar mientras murmuraba una canción de guerra y destrucción que en sus labios sonaba dulce y delicada.

-¿Eres tú?-

-¿Quién? ¿La muchacha que Odín ha enviado para guiarte?-

-Eres tú.-Esta vez afirmó sonriendo.

Se dejó caer en la hierba y la observó, sus pechos desnudos con gotas de agua resbalando por ellos hasta acabar de nuevo en el lago.

-Tú eres mío.-

-Y tú eres mía.-

Hella asintió y salió envolviéndose en pieles marrones, Ragnar apresuró a levantarse y mirarla aún maravillado.

-Sois más hermosa de lo que imaginaba.-

Hella sonrió y se puso una gran camisa blanca que le llegaba por los muslos, camuflándose con el color de su piel.

Se acercó al granjero y puso su mano en la mejilla de este, la acarició y sonrió.

-Rey Ragnar.-Musitó maravillada.

-¿Rey?-

-Rey.-

Hella acercó sus labios a los del hombre y dejó un suave beso en ellos, Ragnar aún atónito por los hechos no pudo seguir aquel beso, más bien roce que ella le regaló.

-Ven conmigo.-

-Estáis loco.-

-No, os lo ruego, venid conmigo.-

La muchacha rió negando.

-Cuando me necesitéis apareceré, cuando yo os necesite os buscaré.-

-Eres mía y yo soy tuyo.-

-Y todos los que lleven tu sangre lo serán.-

Ragnar sin saberlo acaba de firmar una carta de amor en aquel bosque húmedo y embarrado.

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄; 𝐕𝐈𝐊𝐈𝐍𝐆𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora