Debí incluir esto al final pero alv con eso. Verán lectores siempre actualizo a las treinta leídas pero ya ver esas treinta leídas no me motiva como antes :"( y ya sé que voy a parecer egoísta :c pero... ¿Qué tal si me regalan una estrellita o al menos un comentario? Para darme ánimos y seguir escribiendo :^)
Igual los amaré x siempre ;) disfruten el cochino capítulo.
× NØAH
•◇♧◇•
Mi espalda chocaba contra la pared del baño por cada vez que mi chico me dejaba ansiosas marcas en mi cuello, yo había dejado de quejarme y me entregué una vez más a él a pesar del dolor que me causaban sus mordidas pero por suerte ya no eran tan bruscas como la primera.
— Nunca imaginé que lo nuestro se volvería salvaje—. Le susurré muy cerca de su oído.
Gracias a esa frase él levantó la mirada encontrándose con la mía y mantuvo el silencio pero nunca faltó esa típica sonrisa adornando su tan lujurioso rostro, él estaba sediento por mí y era muy obvio. Que lindo.
— Descuida mi pajarito, me volveré más salvaje ahora.
Apenas dijo eso me cargó y yo enrollé mis piernas alrededor de sus caderas, apoyé mi espalda en la pared y cargué mis brazos sobre sus hombros. Tenía una mejor vista del rubio y no podía pensar en otra ilustración más provocativa que la fiera y verde mirada. Se decía en la antigüedad que las personas con ojos color verde eran capaces de poseerte, y ahora con ver a Aleksey soy capaz de pensar que es verdad esa creencia. Él me había poseído en cuerpo y alma.
— Cógeme, mi puto y maldito salvaje.
Nunca, pero nunca en mi putísima vida creí que diría algo como esto pero era el calor del momento y además mis deseos querían ser escuchados y solo fue cuestión de segundos para que fueran cumplidos: Su enorme mano hizo a un lado la tanga que usaba y comenzó la sensación de vacío la cual era molesta, me urgía ser llenado por él y justamente eso hizo luego de unos cortos segundos, me sentí satisfecho al tener ese gran pedazo de carne dentro de mí que dejé escapar un escandaloso suspiro.
Con dificultad coloqué mi vestido sobre mis caderas, lo levanté para exponerme más a él, además quería darme más placer a mí mismo pues Aleksey tenía sus manos ocupadas cargándome, moviéndome de arriba y abajo rítmicamente para dar inicio al lujurioso acto. A pesar de sus violentas sacudidas podía ver sus deliciosos labios entreabiertos tratando de recuperar el aire que le faltaba y luego vi cómo mordió su labio inferior... ¡Joder! Nunca pensé que un hombre sería tan jodidamente provocativo. No aguante más y me acerqué a besar sus labios, y como era de esperarse él tomó el control del beso, los roces de su lengua me hacían enloquecer y ni hablemos de su miembro.
Tras unos largos minutos ambos logramos terminar, yo fui primero al acabar y accidentalmente ensucié su camiseta, pero él llenó mi interior y luego goteó hasta mis medias así que creo que estamos a mano. Él me dejó en el suelo mientras él iba al lavamanos a tratar de arreglar la mancha en su camisa... yo estaba en el frío suelo tratando de recuperar el precioso aire que tanto necesitaba, nunca había apreciado tanto al maldito aire, y otra cosa, también me dolía el culo.
Me levanté y antes de ubicarme frente al espejo del lavamanos tomé unas toallas de papel del dispensador y decidí quitarme los lentes para después quitarme todo el maquillaje que estoy seguro que se arruinó por el sudor y las lágrimas, limpié meticulosamente mi rostro hasta convencerme mentalmente que no quedaba nada, al colocarme los lentes y verme al espejo tuve razón... Ahora solo quedaba hacer algo con el nido de pájaros que se había convertido mi peluca. No tuve más remedio que aplastarlo con mis manos pues todas mis cosas las había dejado en mi morral blanca que estaba en la mesa donde tenía planeado disfrutar un rico pastel, pero en cambio disfruté de otra cosa.
— Mierda dejé mis cosas en la mesa... Sólo espero que nadie las haya tocado—. Le hablé mientras me acercaba a él.
— Descuida me encargué de eso, lo guardé detrás de la barra.
— ¿Cómo carajo hiciste eso?
— Pajarito, trabajo aquí y no pienses que es porque te espío. No todo se trata de ti.
— Hey... No pensé eso... bueno sí... ¡No importa! Eso no es cierto, vengo aquí siempre y nunca te he visto.
— ¿Será por qué soy cocinero y no camarero?
— ... Eso me da más preguntas—. Me dejó idiotizado con su confesión pero decidí no indagar más— Bueno... ¿ya nos vamos?
Apenas mis labios se juntaron él se colocó frente a mí de espaldas mientras se agachaba con las manos detrás de su espalda. Era una pose muy obvia y por ello me sonrojé un poco pero no iba a rechazarlo. Me subí a su espalda y dejé que él se encargue del resto, yo solo cerré los ojos y me volví ignorante a todo a mí alrededor.
Por lo que sabía ya estábamos en la calle y él había recuperado mi morral, yo no levanté la cabeza porque estaba feliz con solo sentir el aroma que desprendía su cabello. Me estaba volviendo ridículo y todo esto es culpa de Aleksey.
— Entonces Travis... ¿Iremos a tu casa?
— No, no quiero volver aún. No siempre es divertido estar en casa todo el tiempo, aveces hasta yo necesito un cambio de escenario.
— ... Vale, ya sé a dónde ir. Tú mi pequeño pajarito solo descansa y no abras los ojos, es un secreto.
— ¿Cómo sabes que no abriré los ojos?
— Si lo haces lo nuestro se acaba, y créeme que yo sé cuándo lo haces. Has estado todo el tiempo con los ojos cerrados y ahora están entrecerrados.
Aleksey no podía sorprenderme más, y con lo que dijo no tenía más opciones que cumplir sus caprichos infantiles.
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El Nokken que ahogó de amor a un pajarito
Teen FictionEl pajarito de plumas cafés yacía en el suelo con las alas quebrantadas, desamparado y preparado para que las frías manos de la santa muerte se lo lleve, cerró sus ojos y comenzó a contar los días que pasaron recapitulando cada pesadilla que vivió y...