Capítulo XII

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Él había venido. Hinata dormía en un asiento al lado de la ventana, su cabeza inclinada atrás contra la pared de piedra, la luz gris del húmedo día rozaba débilmente su piel. Dejó el marco entornado a pesar del frío y la humedad, sintiendo como se refrescaba su piel, ocasionales gotas de lluvia llegaban a la oscura tela de su vestido. La brisa suavemente azotaba las bisagras en cortos golpes, su hueco y suave aullido hacía eco alrededor del castillo.

Él había venido. Todavía estaba atontada por todo lo que había pasado la noche anterior, todo lo que ella había permitido que pasara. Había hablado con un demonio, la criatura que yacía sobre su cama con toda la familiaridad de un amigo íntimo.

Incluso más espantoso, había permitido al demonio invadir sus sueños y...

Un estremecimiento de apretado deseo y de placer la recorrió, incluso cuando cerró su mente a lo que había pasado en su sueño. Era demasiado vergonzoso. No había tenido ni modestia ni honor. Se había permitido acostarse expuesta a él con solo una ligera persuasión. Y había sentido una maravillosa explosión de sentimientos y sensaciones... Sus mejillas se calentaban, y huía de las imágenes cada vez que venían a su mente.

Solo había sido una fantasía, pero su cuerpo se sentía como si hubiera sido real. Peor aún, su cuerpo quería hacerlo otra vez. Desesperadamente.

Había muchas preguntas que quería hacer al demonio. No sería capaz de hacerlo hasta que estuviera en trance de nuevo, aunque, no con Sakura en el cuarto. Tendría que lograr hacerlo mientras dormía, tomar el control de su sueño no importando lo que el demonio intentase hacerle.

Tembló con el placer anticipado que le producía el que él pudiera venir, y rápidamente se sintió inundada de vergüenza por su reacción. Él era un demonio, se recordó.

Sí, pero había conversado con ella. Le había dicho que era hermosa y perfecta. La había tocado, y la había hecho sentir cosas que nunca se había imaginado. Y había parecido que todo era para su beneficio.

Tal como la hermana Chiyo había advertido: el Diablo tendría una hermosa cara y la bañaría en adulación. La advertencia era como un suspiro contra una tormenta de tentación.

Un pensamiento sobre Kiba revoloteaba brevemente en la superficie de su mente, y un sentimiento de que estaba traicionándole de la manera más maliciosa. Él nunca sabría que, aunque ella pudiera seguir siendo virgen en su cuerpo aun, su mente estaba lejos de ser pura.

Otra ola de vergüenza la recorrió, mientras pensaba cómo podía tener una vena tan engañosa dentro de ella.

Pero aún cuando lo sentía así, sabía que ni la culpa ni la amenaza de condenación la mantendría sin quitarse el collar otra vez. Intentaba persuadirse de que tenía que averiguar que quería el demonio de ella, eso era un asunto crítico.

No sería engañada. Ella era Eva, y ahora, habiendo mordido la manzana, no se detendría hasta que haberla devorada íntegramente.

Sasuke caminó por la cama de Hinata y se quedó de pie a horcajadas por encima de la dormida forma, mirando hacia abajo con una mezcla revuelta de emociones que no podía descifrar.

No llevaba el amuleto. Tampoco estaba sentada, intentando enfrentarlo mientras estaba en trance. Parecía como si ella estuviera invitándolo otra vez a sus sueños. Ella quería soñar con él, aun cuando supiera que era un demonio.

Era solamente su hambre sexual lo que la impulsaba, se dijo. No tenía nada que ver con la conversación de la noche anterior. No le gustaba él; solo lo que él le había hecho sentir.

Pero de todos modos la esperanza temblaba en su pecho: el deseo tonto y loco de que ella pudiera querer más de él que eso.

Intentó quitárselo del pensamiento, y recordar por qué estaba aquí. ¡Llevar a cabo su amenaza a Kiba! ¡Ensuciar la pureza de Hinata y enseñar a Kiba una lección! Hacerle pagar al mortal maldito por el sol, antes de que Mei pusiera a Sasuke en su harén y así se llevara cualquier posibilidad de que alguna vez escapara del Mundo Nocturno y el hastío masculino que había encontrado allí.

Sueña conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora