Cuando abro los ojos no veo a Karma dormido a mi lado, cosa que ya no me extraña después de tantos años y es normal, él se ha vuelto lejano y no lo culpo, pues soy yo quien lo ha estado empujando. Giro en la cama quedando boca abajo, espiro hondo llenando mis pulmones de su fragancia mezclada con la mía. No creo poder seguir alejada más tiempo, pero ¿qué pasa si me dejo llevar? ¿Alguna clase de desastre natural se presentara o un asesino tocara la puerta de nuestro hogar?
No nos hemos casado, ni siquiera hemos realizado amistades en esta vida para que nuestra relación no sea tomada en serio. Todo ha sido por petición mía, obvio, y Karma ha estado de acuerdo, como siempre. Pero todo ha sido por precaución, no quiero morir. Por primera vez puedo tener más tiempo, he podido conocer más rostros que jamás pensé ver en una sola vida. Jamás había tenido está edad y me gusto, realmente no estoy en una de esas vidas en donde me la pasaba llorando por todo y con mi autoestima tan baja que hasta una hormiga podía pisotearla.
Me amo. ¿Acaso no es eso lo que nos mantiene aquí? Cuando era humana, que supongo que ya no lo soy después de tantas vidas, era apenas solo una niña y la vida me tenía con la cara en la tierra. No me quería, deseaba morir. Ahora ya no y soy feliz, tengo a alguien que siempre estará a mi lado por muchas vidas más y definitivamente la muerte es algo que no quiero nuevamente. Entonces si soy feliz y tengo amor propio, ¿no he cumplido ya con el plan de vida de cada persona? Todas las religiones piden lo mismo, incluso el ateísmo es eso: valoración.
También el respeto a los demás y compresión a la guerra interna que cada uno lleva.
Y si no es así ¿cuál es el propósito de seguir con vida? El tener que luchar día con día por unos cuantos años vale la pena, pero los que yo he vivido... se me hace demasiado.
Un ruido proveniente de fuera de la recamara me hace levantarme de la cama, envuelvo mi desnudo cuerpo con la bata de Karma y camino con pesadez al lugar, la luz del comedor sigue prendida y no me sorprende nada el ver a mi compañero de vida frente al computador y papeles a su alrededor, es como si de un campo protector se tratara o algo así. Camino hasta quedar tras de él y paso mis brazos por sus hombros, abrazándolo.
— ¿Qué hora es? —pregunta viendo con atención los papeles, no me sorprende que esté tan absorto en su trabajo que no se haya dado cuenta de lo que sucede a su alrededor; él sigue dando lo mejor. Volteo a ver el reloj que posa sobre el umbral que conecta el comedor y la sala.
— Las once de la noche; no creo volver a dormir.
— Tranquila, lo vas a lograr. Siempre lo haces.
— Lo haces sonar como si fuera malo, eso es cruel. —suelto un bostezo, antes de enderezarme e ir a la cocina por un vaso con agua fría; las noches comienzan a ser frescas, se siente realmente bien beber agua. Aunque en varias de mis vidas haya muerto ahogada o sido torturada con ella, supongo que muchas veces se tienen que superar las cosas... no importa el qué. — ¿Salimos está noche?
— ¿Disculpa? —salgo de la cocina y apoyo mi hombro en el umbral que conecta al comedor, sigue tan centrado en la computadora, dudo que haya escuchado bien.
— Pregunté que si salíamos hoy.
— ¿A qué? —voltea a verme y me alzo de hombros, él suelta un suspiro. — Todavía no he acabado de revisar los trabajos, debo corregirlos y no sé a qué hora acabe.
— Te espero. — ¿qué otra opción tengo?
— Hay bares cercas de aquí— con "aquí" se refiere a nuestra distancia permitida sin que algo nos asesine. No es muy lindo que me lo recuerde a diario. —, ve y te alcanzo luego.

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Cansados De Estar Destinados
RomanceNosotros estamos destinados a encontrarnos, amarnos y morir; por años ha sido así y no habíamos tenido problemas. No hasta que comenzamos a hartarnos. No me malentiendan, él es guapo. También inteligente y muy caballeroso, en todas y cada una de m...