KARMA
Sabes que has vivido demasiado cuando puedes saber la hora del día con solo ver el cielo o la posición de las estrellas, es un poco confuso en las ciudades grandes, pero verdaderamente un alivio cuando no traes consigo un reloj o, en todo caso, no estás acostumbrado a ellos. Por años pensé en hacerme coleccionista de algo, mi primera opción fue de corbatas, me agradan mucho, tanto por el material que estaban hechas o el diseño de las telas, eran muy llamativas y realmente me agradaba usarlas. Sin embargo al morir e ir por ellas, porque las guarde en un cofre que enterré en un parque, ya no estaban.
Las di por perdidas, sí me molestó un poco, pero puede que alguien las encontrase y vendiese, ya no había nada que pudiera hacer. Me hice con una colección de relojes de bolsillo, mi favorito tenía el grabado de un impresionante navío, casualmente era mío, cuando fui un capitán de agua sucia. Les tenia ordenados, cuidados y funcionales, pero al igual que con las corbatas, al morir ya no pude encontrarlos.
Luego me hice con una vasta colección de encendedores zippo, pero les vendí antes de morir y con el dinero mande a construir una casa, cuando fui a verla en la siguiente vida, ya no estaba. Era como si nunca hubiera estado en ese terreno.
Comprendí entonces que no podía hacerme con las cosas, que no debía aferrarme a nada de mi vida pasada. Tanto con las cosas materiales, como con las personas. Nunca hubo hijos, Dharma y yo no podemos procrear, quién sabe por qué, pero eso es lo mejor y estoy muy agradecido. Odiaría recordar un hijo y jamás poderme acercar a él una vez muerto.
Suelto un suspiro, cierro el cuaderno y coloco el bolígrafo a un lado, asgo unos papeles y les acomodo en un pila bien ordenada, otros les rasgo antes de colocarlos en el cesto de basura. Por fin he acabado, seré mejor que me cambie rápido y vaya a con Dharma, volteo a ver el reloj digital que yace sobre la barra y abro los ojos impresionado, ya son la una de la mañana. Mierda, no la voy a alcanzar. Bueno, ya debe de venir en camino, así que lo mejor será prepararle algo de cenar. ¿Habrá tomado? Es lo más probable, no pudo hacerlo hace unas vidas, pero no me preocupa eso. El alcohol ya no debería ser un problema, conoce mejor que nadie su límite de bebidas alcohólicas.
Camino a la cocina, prendo una de las llamas de la estufa y coloco el sartén, algo ligero le ayudaría mucho, pero estoy seguro que quera comer algo picante. Por lo que seré mejor prepararle esos famosos "chilaquiles", hace mucho que no los preparo, pero recuerdo perfectamente la receta. Por otro lado, no son difíciles de hacer y son llenadores. Me acerco al refrigerador, pero el sonido del timbre me hace enderezarme y fruncir el ceño. ¿Quién será a esta hora? ¿Algún vecino, tal vez?
Apago la estufa de camino a la puerta, quito el seguro y abro, alzo una ceja al ver un joven de cabello negro y ojos color chocolate, me ve atento antes de ver hacia abajo, sigo su mirada y me encuentro con Dharma apoyada en el umbral mientras está sentada en el suelo, parece estar dormida. Ebria y dormida, no hay duda.
— ¿Qué tan mal se puso? —cuestiono al joven, él hace una mueca antes de pasar una mano tras su nuca.
— No sé, la verdad, al ser el primer día de clases decidimos reunirnos en un bar cercano y ella llego, se sentó con unos compañeros y créame cuando le digo que para contar bebidas son pésimos. —se alza de hombros, creo que se ha dado cuenta que no me ha dado la respuesta. — ¿No va a meterla antes de interrogarme?
— Está dormida, no parece que tenga alguna herida, así que no le hará nada de daño quedarse ahí.
— Bueno, pero esa chamarra es mía.
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Cansados De Estar Destinados
RomansaNosotros estamos destinados a encontrarnos, amarnos y morir; por años ha sido así y no habíamos tenido problemas. No hasta que comenzamos a hartarnos. No me malentiendan, él es guapo. También inteligente y muy caballeroso, en todas y cada una de m...