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☼TARDE, PERO SEGURO☼

Lo más lamentable que puede ocurrirle a alguien, es esforzarse demasiado y no ver ningún resultado positivo; es lo que nos está ocurriendo a Karma y a mí.

Hemos buscado a ROV hasta por debajo de las piedras, pero en los archivos escolares no hay nada de ella más que su nombre, pero de ahí en fuera todo es erróneo. La dirección que está escrita como lugar de residencia, no existe ¿cómo no se pudieron dar cuenta de eso? ¿Es acaso que no verificaron su información desde un principio? Es obvio que no.

Suelto un gran bostezo, antes de recostar mi cabeza sobre la mesa. La oficina de maestros se encuentra en un silencio que solo es interrumpido por el tic-tac del reloj que yace colocado sobre la entrada, es estresante y lo único que logra es que me estrese más de lo que ya estoy. Sin querer, comparo sucesos de otras vidas con esta y no tiene nada de lógica, quiero decir, en primer lugar: ya deberíamos de estar muertos. En ninguna otra vida habíamos llegado a esta edad y ¿qué se supone que hicimos para poder lograr algo semejante? ¿Nacer? No creo que eso cuente para nosotros en realidad.

Algo hicimos que nos dio la oportunidad de vivir más tiempo, no nos hemos enfermado de gravedad ni tenido alguna mala suerte en cuestión de asaltos o alguna tragedia cercana, todo ha ido de maravilla... Es una lástima que eso me asuste tanto.

No hemos puesto a prueba la distancia permitida, Karma no lo ha mencionado, sin embargo sé que quiere intentarlo, pero prefiero no hacer nada respecto a eso; no quiero morir quemada, ahogada, enterrada vida o que un huracán azoté la ciudad y me lleve por los aires. Prefiero que las reglas de rango se sigan al pie de la letra, no hay necesidad de arriesgarse.

El tic-tac se filtra una vez más en mis pensamientos, frunzo el ceño y pego la frente en la madera fría; debe de haber algo que no estoy viendo con claridad. Debe de existir otra diferencia de ahora con el antes; alguna situación o cambio mínimo, pero que afecta de sobremanera. No logra verse a primera vista, debe de ser algo tan pequeño... o insignificante para mí.

¿La profesión que llevamos? No, ya antes hemos sido maestros, pero puede que al serlo al mismo tiempo sí ha creado un cambio. Creo que lo único que quieren de nosotros es un drama único, porque definitivamente ser maestra o alumna mientras Karma era lo contrario fue algo muy emocionante. Coloco mis manos sobre mi cabeza, respirando hondo antes de relajar los músculos de mi cara y espalda, si sigo así estaré adolorida al día siguiente y no puedo permitirme eso, menos con una estudiante desaparecida. Con los días, me he estado sintiendo culpable por haber pensado que ella fuera "él" y aunque la idea no puede ser totalmente descartada, me preocupa que algo le haya pasado por nuestra culpa.

Mi culpa, más bien.

Estoy segura que lo vio en mi mirada, que por la forma en que la vi supo lo mal que pensaba de ella por solo estar al lado de Karma a solas. Sé que Karma jamás estaría con otra mujer, pero...

— Soy horrible —murmuro en voz baja, sintiendo la palabra tan correcta para mí.

— Pensé que estaba dormida —pego brinco en mi lugar, volteo hacia la puerta y sonrío al encontrarme a Nader, el cual lleva un cuaderno color rosa en mano. Viste con una chamarra negra, mangas color amarillo y en el área de muñecas son franjas de ambos colores, se ve bien. Le quedan esos colores.

— No duermo aquí, es sumamente incomodo —pone los ojos en blanco, escanea el lugar con su mirada y se acerca a mí, ofreciéndome el cuaderno.

— Encontré esto, es de ROV —veo el objeto con obvia sorpresa, luego lo volteo a ver a él—. Realmente no lo encontré yo, un compañero de primer grado lo encontró en uno de los pequeños jardines y, bueno, al saber que soy jefe de grupo de los de segundo, me lo ha dado a mí.

Cansados De Estar DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora