11. Maravilla (parte II)

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-Bueno, supongo que la charla profunda se desvió por un mal lado -dice comiendo una galleta-. Podemos hablar de otra cosa si quieres.

-Está bien.

-¿Cuándo es tu período?

-¡Dylan! -exclamo y estoy segura de que estoy completamente sonrojada porque se ríe mientras come otra galleta.

-Maravilla, es algo que necesito saber si vamos a compartir intimidad. -Bosteza y me mira mientras yo bato mezcla para hacer más galletas-. Tampoco es nada del otro mundo. Solo te pregunto por tu periodo.

-No creo que tengas necesidad de saber.

-¿No se supone que debería venirte dentro de unos cuatro días?

Dejo de batir y lo miro totalmente sorprendida. ¿Cómo demonios sabe eso? A veces no yo recuerdo cuando debe venirme.

-¿Cómo sabes eso?

-Hace un mes estabas con el período y cuando hablamos por teléfono eras seca -dice tomando de su vaso con leche-. No querías que nos veamos y no hablaste nada en referente a lo sexual o vernos durante esos cinco días. Así que supuse que quizás tenías tu período. Eran muchas coincidencias.

Siento mis mejillas sonrojarse, pero Dylan no dice nada, solo me mira esperando que hable. Es tan vergonzoso todo este asunto.

-Sí tuve mi periodo aquella vez -murmuro antes de pasar la mezcla a la bandeja-, pero no sé cuándo la tendré este mes. Muchas veces se adelanta o atrasa y... -Miro sus ojos y se ve totalmente interesado por lo que digo. Me sonrojo y aparto la mirada-. No creo necesario hablar de esto contigo.

-Claro que sí, Maravilla. Yo necesito saber.

-¿Para qué? Ni siquiera nos cuidamos siguiendo mi calendario.

-Bueno, a ustedes les duele cuando pasan por el periodo y pienso que quizás debería ser más comprensivo esos días -declara y frunzo el ceño metiendo la bandeja en el horno-. Podría hacerte compañía o podríamos hacer algo para calmar un poco los dolores.

-No necesitas ser más comprensivo conmigo esos días -aclaro apoyándome en el mesón y tomando una galleta del plato-. Tampoco es necesario hacer algo, precisamente no puedo hacerlo. Con unas pastillas bastará.

-No te decía para tener sexo. Me refería a algunos masajes abdominales o algunos batidos desintoxicantes que te harán sentir mejor y bajarán la hinchazón. Dicen que el día de la ovulación también es...

-¿Cómo es que sabes tanto sobre la menstruación?

-A Kyle le gusta la biología y siempre está viendo documentales -responde tomando otra galleta y mirándome fijamente-. ¿Sabes? A mí también me engañaron una vez.

Alzo las cejas algo sorprendida porque haya vuelto al mismo tema de conversación. Espero que no me pregunte nada porque seguramente volvería a llorar.

-¿Y quieres hablar de eso? -pregunto cruzándome de brazos. Se encoge de brazos y toma otra galleta antes de acercarse a mí. Se sienta sobre la encimera a mi lado-. ¿Qué quieres contarme sobre eso?

-Fue la anterior novia a la última que tuve. O sea, la tercera. Se llamaba Melanie y estuvimos juntos dos años. -Mira al frente y da un mordisco a su galleta-. El caso es que la amaba con locura y vivíamos juntos prácticamente. Kyle no la toleraba, no entendía por qué. Ashton simplemente no opinaba -comenta apoyándose en un brazo-. Descubrí que me había sido infiel con un compañero de trabajo y le pedí un tiempo. Realmente la amaba y me costaba trabajo creer que ella me había engañado. -Lo miro en silencio esperando que continúe hablando y acaricio sus dedos superficialmente-. Pasé una semana de mierda antes de decidir que ya no podíamos estar juntos. Así que fui a romper oficialmente con ella. Me dijo que tenía algo importante que decirme y supuse que serían más excusas para que volvamos a estar juntos.

Corazones solitarios #2. RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora