16. Apoyo

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—Kyle solo tiene un brazo roto y unos raspones.

—¡Gracias a Dios! —exclamo revolviendo mi cabello. Miro a Ashton y luego la habitación en la que hemos parado—. ¿Está aquí?

—Sí, pero…

Entro en la habitación sin importarme lo que quiere decir. Cierro la puerta y mis ojos se llenan de lágrimas al verlo.

—¡Kyle!

—¡Drew!

Corro hacia él y me abrazo a su cuello. Realmente me asusté de que le hubiera pasado algo muy malo. El solo pensamiento de perderlo hace que nuevas lágrimas se arremolinen en mis ojos, pero no lloro. Me alejo y observo su rostro con atención para asegurarme de que se encuentra bien. Una gasa en la frente y un moretón en el pómulo derecho y unos pequeños raspones.

—Señorita…

Me doy cuenta de que no estamos solos. Hay un médico y un enfermero que me miran con el ceño fruncido y parece que aún no han acabado de enyesar el brazo de Kyle.

—Tiene que esperar afuera hasta que…

—Sueñe. Yo no me muevo de aquí —declaro entrelazando mis dedos con los de Kyle y lo veo sonreír.

—Le repito que…

—Creo que debería apurarse en acabar con el yeso antes de que le quede mal y deba volver a empezar —sugiero con seriedad—. No voy a irme.

—Tendré que llamar a seguridad.

—¡Vamos, Fred! —exclama Kyle tirando de mi mano para que me siente en la camilla a su lado—. Mi futura esposa solo quiere asegurarse de que el novio llegará a la boda. No seas malo.

Astuto, sabe que siendo la novia no me dejarán quedarme. Ojalá no noten que no estamos usando sortija.

—No dejé pasar a tu primo porque…

—Está perdiendo tiempo —interrumpo con el ceño fruncido—. Sabe que es una batalla perdida, mejor siga con su trabajo.

El tal Fred me mira con seriedad unos cuantos segundos mientras que el enfermero parece divertido por la situación.

—Te dije que ella era feroz —dice Kyle besando mi mejilla.

—Al primer problema, te saco fuera —advierte y sonrío de lado arqueando mis cejas.

—Como si yo fuera salir. —Kyle ríe y el doctor suspira antes de continuar con el yeso—. ¿Cuánto tiempo tiene que llevarlo?

—Un mes —responde el doctor con voz molesta.

—¿Tiene que tomar algún calmante o pastilla?

—Ya le hemos dado todo lo que podría necesitar.

—¿Tiene otra herida preocupante? —inquiero detallando los pequeños raspones en sus brazos. Se ve un poco pálido—. ¿Cuándo le dan de alta?

—Calma, Conejita. Primero tranquilízate —pide haciendo una mueca cuando levantan su brazo—. Estoy bien, en un par de horas me darán el alta. Quieren asegurarse de que no tenga alguna mierda en la cabeza porque perdí el conocimiento unos minutos. Lo peor es el brazo roto, nada más.

—¿Cómo te sientes? —Acomodo su cabello y sonríe. El alivio de ver que no es tan grave, es enorme. No se ve del todo bien, pero sé que podría ser peor—. Estás hecho un asco.

Escucho al enfermero reír por lo bajo y toco el rostro de Kyle con delicadeza para no lastimarlo. Cierra los ojos y se deja hacer.

—Creí que siempre tenías tu cabello impecable. Ahora es un desastre.

—Estaba preocupada —confieso rodeando su brazo bueno con los míos—. Ashton no dio muchos detalles y por un momento me temí lo peor. Estaba afuera y caminaba de un lado al otro totalmente nervioso. Creí que quizás tú…

—¡Qué tonta eres! —interrumpe antes de reír—. Me faltan muchas posiciones para practicar contigo —dice y de reojo veo que el doctor y el enfermero parecen sorprendidos y comienzan a sonrojarse por nuestra conversación—. También muchos lugares. ¿Crees que…?

—¿No es un poco deprimente hacerlo en un hospital? Hay como enfermedades por todas partes y…

—¡Qué cínica eres! Lo hiciste en una noria y puedo asegurarte que no desinfectan luego de cada pareja que sube. —Sonrío y beso sus labios lentamente—. Desde que entraste estoy pensando que no traes ropa interior —susurra sobre mis labios.

—Es porque no la traigo.

—¡Puta madre! —Escuchamos un carraspeo y volteamos a ver a los demás presentes que están muy ruborizados y se ven incómodos. Fred tiene una mirada incómoda y el enfermero nos evita la mirada—. ¿Qué?

—Esto es un hospital y…

—Oh, Fred no quiere tengamos sexo en su hospital —murmuro a Kyle y él frunce el ceño—. Creo que nunca vio Grey’s Anatomy.

Mi novio ríe en voz baja mientras el médico hace anotaciones en una libreta y niega con su cabeza.

—Sé que puedes guardarnos el secreto, Fred.

—Hay niños…

—¿Puedes creer que una vez más piensa que voy a obedecerlo? —pregunto a Kyle con una sonrisa, que me la devuelve—. Mejor deme las indicaciones y… —Miro el rostro de mi novio un par de segundos—. ¿Podría recomendarnos algún ungüento para las cicatrices? Él es modelo y trabaja con su cuerpo y rostro —murmuro con amabilidad mientras siento que pasa un brazo por mis hombros y me atrae más a su torso.

—Sí. Suelo recomendarlo para quemaduras porque es muy efectivo, pero con los rasguños funcionará igual de bien —dice escribiendo en un papel antes de entregármelo—Será mejor que descanse un par de horas. Es muy tarde y las visitas no pueden quedarse a dormir —asegura mirándome con seriedad.

Sonrío mirando a Kyle, que también sonríe. Comienzo a creer que él sabe todo lo que pienso.

—No te preocupes, voy a romperme una mano o algo para pasar la noche contigo.

El castaño ríe y el doctor rueda los ojos antes de negar con su cabeza y salir de la habitación. Abrazo a Kyle de nuevo y miro su yeso. Será realmente incómodo, Kyle siempre se mueve mucho y le gusta hacer cosas todo el tiempo. Es muy inquieto y activo. Dylan estará adolorido y bastante inmovilizado, Ashton tendrá que trabajar y…

—¿Por qué no te quedas unos días en mi departamento?

Sería lo mejor. Así podría asegurarme de que se encuentra totalmente a salvo y sin riesgos de romperse otra cosa por inquieto y alborotado. Cuando levanto la mirada, puedo ver que luce muy sorprendido.

—¿Quieres que pase unos días en tu departamento? —murmura en voz baja.

—No. Te lo pregunté para que rechazaras la oferta. —Ruedo los ojos y siento que me pellizca el culo, salto en el lugar y sonrío pasando mi nariz por su rostro—. Te ves horrible y quiero cuidarte.

—¿Seguro que no lo haces para tener sexo más seguido? —inquiere divertido.

—No. Yo podría tener sexo cuando quisiera, incluso si no te quedas en mi departamento —aseguro haciendo que se recueste en la camilla y subo a horcajadas con cuidado de no lastimarlo—. Déjame cuidarte, bombón —susurro sobre sus labios antes de besarlo lentamente.

—No quiero incomodarte y tampoco quiero que hagas de niñera o algo parecido.

—¿Qué tal de enfermera? Creo que tengo un disfraz —murmuro besándolo de nuevo y siento su mano en mi trasero—. Podemos hacernos todas esas mascarillas que te gustan y ver New Girl.

Sonríe y cierra sus ojos mientras con su brazo bueno rodea mi cintura. Me siento muy cerca de Kyle en este momento, pero no de forma física –claro que en ese punto también estamos muy cerca-, es más bien de una forma emocional. Verdaderamente me siento conectada a él, como si fuéramos fotógrafa y modelo, chef y comensal, productora y actor. Siento que fácilmente podría saber lo que él piensa o lo que hará y viceversa. Siento como si lo conociera hace mucho. Siento una abrigadora calma que me hace sentir muy querida y muchas chispas revoloteando en el aire. Es como sentir la comodidad que te otorga la felicidad.

—Me encantaría estar un par de días en tu departamento, pero no quiero interferir con tus rutinas y demás.

—Muy tarde. Ya lo haces —declaro y abre los ojos para observarme—. De no ser por ti, en estos momentos estaría de fiesta y en la búsqueda de alguien que regale buenos orgasmos y ninguna ETS.

—¿Esa es tu forma de decirme que te enloquezco y hago que descontroles tu rutina? —bromea y acaricio su rostro con una pequeña sonrisa.

—Enloqueces a mi vagina y descontrolas mi cuerpo cuando me tocas.

Por unos cuantos segundos se queda en silencio y con sus ojos fijos en los míos hasta que finalmente estalla en carcajadas y me abraza más fuerte para acercarme a él.

—Oh, eres tan romántica a veces.

—Puedo ser todo lo que tú quieras —murmuro con voz seductora.

—Quiero que seas Drew Wood, la sexy fotógrafa pelirroja que me vuelve loco. —Sonreímos y me inclino con cuidado para besar sus labios de nuevo. Kyle es increíble—Me quedaré contigo un par de días si eso te hace sentir más tranquila.

Sonrío y me abrazo a su cuello mientras me dejo caer suavemente en el lado que está su brazo sano. Suspiro acariciando su pecho y siento sus dedos jugar con las puntas de mi cabello.

—¿Cómo te sientes?

—Llevo un par de calmantes encima que me dan sueño, pero estoy bien. Mi brazo duele un poco, nada que no pueda soportar.

—¿Qué hay del golpe de la cabeza?

—¿Temes que ya no sea inteligente? No te preocupes, seguro aún sé cómo darte orgasmos. —Río por lo bajo y espero su respuesta—. Cuando desperté, el dolor de cabeza era terrible, como si me estuvieran martilleando el cráneo, pero luego del calmante ya no me duele.

—¿Tienes miedo?

—¿De qué se supone debería tenerlo? —cuestiona en voz baja. Estamos hablando casi en susurros.

—No lo sé… De los autos, volver a subirte a uno o manejar, de tener un accidente o…

—Si tengo que morir, voy a morir —dice con indiferencia. Me incorporo y lo miro con el ceño fruncido. ¿No le importa morir? ¿Pensaría lo mismo si yo hubiera sido la del accidente y él estuviera en mi lugar como el novio preocupado manejando hacia el hospital sin ninguna noticia? Creo que mi rostro es demasiado expresivo porque frunce el ceño y tira de mí para que vuelva a acostarme—. No quería decirlo de esa manera. Sabes que soy un asco para expresar mis ideas. —Sus manos acarician mi espalda, pero yo no me muevo ni devuelvo las caricias. Aún pienso en sus palabras—. Si yo debo morir, por más que intente sobrevivir, es seguro que no voy a lograrlo porque ya estaba escrito que debía morir. Conejita, no le tengo miedo a la muerte. Si en algún momento llega, no voy a hacer berrinches como un niño. Es algo que hay que aceptar desde siempre. Todos nacemos con una fecha de vencimiento que desconocemos.

—¿Qué hay de las personas que dejarías atrás?

—Me partiría el corazón, pero no podría pedirles que me acompañen. Sería un acto muy egoísta e hipócrita. Todos deberían vivir lo que les corresponde.

—¿Y si yo hubiera tenido el accidente hoy y me hubiera marchado?

Respira hondo y se queda en silencio. Me abraza con fuerza y siento un beso en mi coronilla.

—No quiero ni siquiera pensarlo —murmura con la voz temblorosa—. Lo primero que pensé cuando escuché las sirenas y caía en la inconsciencia fue que quizás no volvería a abrir los ojos para verte. —Respiro hondo sintiendo un gran peso en el pecho y lágrimas resbalarse por mis mejillas—. Me creía cerca de la muerte y no dejaba de pensar en ti y en el hecho de que podría romper tu corazón sin piedad.

—Kyle… —farfullo escondiendo mi rostro en su cuello y abrazándome más a su torso.

—Tú eres malditamente importante para mí y si te hubieras marchado, yo estaría llorando por perder a una pelirroja tan increíble en mi vida. Y a la mierda esa porquería de que los hombres no lloran. Estoy seguro de que me pasaría toda la vida llorándote si te marchas.

—Estás haciéndome llorar.

—No puede ser que sea un novio tan de mierda que siempre acabas llorando —refunfuña y sonrío—. Ya van varias veces que lloras, ¿segura que quieres seguir siendo mi novia?

—¿Qué valor tendrían las sonrisas si un par de lágrimas no hubieran trabajado para hallarlas?

Suspira.

—No tienes idea de lo bien que me haces.




—Es extraño verte cocinar —murmura sentado en la mesa de la cocina.

—Lo dices como si nunca cocinara.

—Precisamente —dice con tono burlón y ruedo los ojos—. Siempre estás pidiendo delivery o haciéndome cocinar.

—Me gusta tu comida —aseguro revolviendo las verduras de la sartén antes de volver a cortar las otras que tengo en la tabla—. Además, no puedo vivir del delivery. Tengo que comer bien para mantener esta figura que tanto te encanta.

—¿No hay algo que yo pueda hacer mientras tanto? Me siento un tarado sentado aquí y tú haciendo todo.

—No puedes hacer esfuerzos, tienes un brazo roto —recuerdo y resopla—. No volveré a discutir contigo sobre lo mismo —declaro revolviendo la sartén de nuevo antes de ir hacia la heladera y sacar dos cervezas. Las destapo y le tiendo una—. Puedes beber cerveza y hablar conmigo.

—Eso no es ayudarte.

—Claro que sí, a mí me gusta escucharte.

Da un trago a su cerveza. Por suerte ya no debe tomar medicamentos. Mira la botella con el ceño fruncido. Sé que no le disgusta su sabor, solo está algo molesto porque no voy a dejarlo ayudarme en nada. Conozco muy bien a Kyle.

—¿Y de qué quieres que te hable?

—Lo que tú quieras —aseguro volviendo a cortar las verduras.

—Mi familia tiene un negocio hotelero. —Me detengo por unos segundos. Pese a que Kyle es muy comunicativo, no nombra mucho a su familia o Dinamarca. Hago un sonido de afirmación para que sepa que lo escucho—. El hotel lleva unas cuantas generaciones en la familia, es heredado y siempre pasa a los hijos. Ahora lo atienden mis padres y mis tíos, los padres de Ashton.

—Debe ser un poco problemático. Trabajar con la familia siempre lo es —aseguro echando los vegetales a la sartén y revolviendo con una cuchara de madera. Me fijo la olla que libera mucho vapor y apago la hornalla—. Continúa.

—Creo que sabes que Ashton tiene dos hermanos menores.

—Sí, me lo comentaste en San Valentín.

—Con Dylan y Ashton somos los mayores y a los que nos corresponde heredar junto con mis otros dos primos —dice con voz tranquila, pero puedo sentir un poco su incomodidad—. Desde pequeños siempre nos dijeron que el hotel era nuestro y que debíamos hacernos cargo de él cuando llegáramos a la mayoría de edad.

—¿Tus padres…?

—No, Conejita. Tienes dos suegros que querrán conocerte igual que a Maravilla y Ari —asegura con cierta diversión—. Nosotros nunca estuvimos muy a gusto con el hotel… No voy a mentirte, el lugar es una puta maravilla de cinco estrellas, pero no era nuestro lugar, no era lo que queríamos para nosotros. Con Dylan siempre sentimos la pasión por el modelaje igual que Ashton por la actuación. Creo que todos lo veían como un pasatiempo pasajero y de niños, pero no era eso. Nosotros siempre supimos lo que queríamos ser. —Piso la papa para el puré mientras escucho atentamente. Siento un poco de amargura en sus palabras y de alguna forma sé que la historia no terminará muy bien—. El caso es que el padre de Ashton es el mayor de los hermanos, luego sigue mi madre y había un tercer hermano, pero se suicidó cuando era adolescente. Entonces ahora mismo el padre de Ashton y mis padres se ocupan del hotel.

»Ellos querían que al llegar a nuestra mayoría de edad los ayudáramos hasta que estuviéramos listos para hacernos cargo por nuestra cuenta. Así que cuando estábamos por llegar a esa edad de estudiar algo relacionado con el hotel, nosotros seguíamos con nuestros sueños de una banda y ser modelos, actor en el caso de Ashton.

—Espera. ¿Sueños de banda? ¿Cuál banda? —inquiero girándome para verlo unos segundos antes de revisar el horno.

—Con los chicos teníamos una banda y tocábamos en algunos bares de allá. A mi tío no le gustaba para nada, decía que era una pérdida de tiempo. En realidad, lo decía también cuando decíamos que nos gustaba modelar y actuar. Desgraciadamente, él era el hermano mayor y todos vivíamos en la misma casa, así que nadie lo confrontaba para no tener problemas de convivencia.

—Pero ustedes lo hicieron, por eso están viviendo en Los Angeles.

Sonríe y asiente. Saco la fuente del horno y busco los platos.

—Sí. Con Dylan nos tomamos un año sabático luego de la escuela y trabajamos en lugares para ahorrar dinero. Ashton estaba en el último año de la escuela, pero también estaba trabajando para ahorrar dinero. Todas las noches escuchábamos que mi tío nos decía que perdíamos el tiempo y que debíamos fijarnos por algo que realmente valiera la pena, claro que eso para él era el hotel. —Parece pensativo viendo la comida mientras voy poniendo la mesa. La verdad es que me da mucha curiosidad todo este asunto. Ni siquiera sabía que tenían una banda—. Bueno, el caso es que conoces a Ashton. Él es muy paciente, pero cuando llega a su límite, estalla. Estábamos en vacaciones y mi tío le insistía para estudiar algo relacionado a finanzas, recuerdo que fue una cena. Ash le había dicho que no estaba interesado en eso y, por lo tanto, no lo estudiaría. Entonces mi tío comenzó a despreciar las carreras que queríamos estudiar y hablar muy mal de nosotros tres delante de toda la familia; como imaginas, nadie dijo nada.

—Debió ser horrible.

Le sirvo un poco de todo en su plato y luego me siento a su lado para seguir escuchando.

—Los tres ya teníamos la paciencia colmada. Ashton le gritó que se callara y comenzaron a discutir, con Dylan también nos unimos a la discusión y en un momento Ash dijo que no soportaba más vivir en esa casa con él. Recuerdo que todos se quedaron callados cuando lo dijo. Entonces él dijo que se iría de allí en la mañana y con Dylan dijimos que nos iríamos con él. —Da un bocado y gime por lo bajo antes de sonreír—. Tú sí que cocinas bien.

—Solo sé cocinar esto y cosas simples.

—No me importa, a mí me gusta.

—¿Y qué pasó luego de la discusión? —pregunto interesada.

Da un trago a su cerveza; sí, la comida está un poco salada. Soy mala calculando las proporciones.

—Nos fuimos, Conejita. Guardamos mucha ropa en valijas y nos llevamos todo el dinero que ahorramos trabajando junto a alguna que otra cosa personal. Con Dylan creíamos que Ashton quería que comenzáramos nuestra independencia viviendo en algún departamento del lugar o algo. Claro que nos tomó un poco por sorpresa cuando él fue más extremista y dijo que debíamos salir del país, ir a la ciudad de las estrellas.

—Los Angeles.

—Exactamente. —Asiente dando otro bocado. Es extraño verlo tan tranquilo, siempre es bastante alborotado e inquieto. Supongo que cuando habla cosas importantes le gusta la tranquilidad—. Cuando iniciaron las vacaciones, habíamos hecho un viaje familiar a Italia, así que teníamos los pasaportes. Bueno, con sueños de fama y éxito vinimos aquí y conseguimos una visa permanente.

—¿Cómo la consiguieron?

—Tenemos una tía que vive aquí. Al principio, estuvimos unos meses con ella hasta que logramos juntar mucho más dinero y mudarnos a nuestro propio departamento. Ashton había conseguido una beca en la universidad para estudiar artes dramáticas y con Dylan nos metimos en una escuela para modelaje.

—¿Qué pasó con la banda?

—Seguimos tocando y escribiendo canciones. Sacamos un disco, pero luego habíamos pasado por un momento bastante fuerte en el que Ashton perdió a su novia embarazada, que también era nuestra representante, y no seguimos muy bien. Sacamos un último disco y Ash le escribió muchas canciones a ella. Todos estábamos muy deprimidos y decidimos dejar ese sueño atrás. Continuamos con el modelaje y la actuación, asistimos a audiciones y no conseguíamos grandes cosas. —Suspira dando un trago a su cerveza y sonríe—. Luego apareció Ari y Ash estaba completamente loco por ella. Era divertida y amable, así que nos cayó muy bien y estábamos felices de saber que Ash lo volvía a intentar. Hacía bastante que no estaba en una relación, la última novia lo engañó, era su prometida. Una harpía, nunca me gustó.

—Y Ari les consiguió las audiciones.

—Nos organizó una cita a ciegas a Dylan y a mí y… ¡Voilá! —dice mirándome con una sonrisa—. Ahora tengo una novia preciosa y talentosa y trabajo en lo que me gusta. Tenemos un departamento espacioso y, aunque el yeso me pica como la puta madre, estoy pasando unos bonitos días en la casa de mi sexy novia.

—Sí que la has tenido difícil —comento acariciando su mano buena y sonrío al ver que tiene la cara manchada de salsa. Kyle es como un niño pequeño. Tomo una servilleta y lo limpio—. ¿Sabes? Yo creo en ti. Desde que te conocí, lo hago. Tienes mucha pasión como para no lograr lo que quieres y también tienes el intelecto. Tú podrías ser lo que quisieras. Es decir, ¡mírate! Llegaste a un país completamente desconocido para ti, con sueños en las maletas y los hiciste realidad. Yo estoy muy orgullosa de todo lo que has logrado hasta ahora y de todo lo que sé que lograrás, porque recién estás empezando.

Sonríe y sus ojos brillan mientras se acerca para besarme lentamente. No es un beso apasionado y caliente en busca de sexo; no, es un beso lento y delicado, lleno de cariño y dulzura.

—No sabes cuánto significan esas palabras para mí —susurra apartándose y mirándome aún con una sonrisa.

—Claro que sé lo que significan. Sé que de vez en cuando es bueno escuchar que los demás también piensan que lo estás haciendo bien y darte apoyo. 

—Tú realmente me encantas.

Sonrío y vuelvo a comer igual que él. Es tan hermosa la relación que tenemos que tengo muchas expectativas a futuro y no me aterran para nada. Kyle me hace sentir muy segura de todo lo que siento y lo que quiero que hacer.

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Well, iba a subir el lunes, pero mejor despedir el año con un cap de mi pareja favorita.

En este año pasaron muchas cosas; muchos personajes cobraron vida, muchas historias encontraron su trama y me enamoré aún más de la literatura.

Espero hayan disfrutado de alguna de mis historias y alguno de mis personajes tanto como yo.

Les agradezco la compañía y les dejo este capítulo como agradecimiento.

🖤Tengan un feliz comienzo de año🖤

#Krew

Corazones solitarios #2. RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora