Alexandra Hutton, asistente de una abogada importante nunca se imaginó que conocería a nada más y nada menos que a Alex Turner y él jamás imaginó que una chica promedio le daría un giro de 180 grados a su vida. ¿Qué más puede pasar cuando dos perso...
Despierto sin abrir los ojos con un hambre horrible pero no quiero levantarme de la cama, quiero quedarme aquí por el resto del día.
Abro los ojos lentamente, me empiezan a doler al igual que la cabeza y es cuando veo a Alex Turner durmiendo en mi cama, justo en frente de mí. Su rostro está a unos escasos 20 centímetros del mío. Aún puedo oler su característico aroma, perfume con un toque de olor a cigarrillos y hoy, alcohol.
Lo observo durante unos segundos sin cuestionarme nada.
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Hasta que me pongo a pensar, sin dejar de mirarlo.
"Por favor, espero no haberme acostado con él". Me miro y también a el, es cuando me doy cuenta que ambos tenemos ropa puesta, que alivio.
Entonces recuerdo lo ocurrido anoche. Estuvimos bebiendo una estúpida cantidad de alcohol anoche en un pub... luego fuimos a un karaoke, bebimos, cantamos un buen rato y bebimos más... regresamos al hotel pero el guardia de seguridad estaba cerrando la puerta, nos dejó pasar, Alex me dejó en la puerta del cuarto de hotel, estaba tan ebria que no pude abrir la puerta, él lo hizo por mí, luego... ahhhh luego le pedí que se quedara conmigo.
¡Bien hecho Alexandra, te humillaste colosalmente ante una estrella de la música, pero más importante, ANTE EL CLIENTE DE NIELSEN!
Soy una idiota, nunca debí haber accedido. Pero es tarde para arrepentimientos además que no quiero pensar mucho, este dolor de cabeza me esta matando.
Alex empieza a moverse y lo primero que se me ocurre hacer es fingir estar dormida, no creo que sea muy cómodo despertar con alguien que te observaba mientras dormías.
-¡Oh Dios, mi cabeza!- Exclama el hombre en voz baja.
Se queda un rato en silencio.
Entonces decido abrir los ojos de nuevo, creo que él se ha vuelto a dormir.
Los abro y lo encuentro mirándome.
-Buenos días , querida.- Menciona siempre en voz baja, con una voz ronca, muy seductora debo admitir.
-¿Me observabas mientras dormía?- Pregunto tratando de disimular que hice lo mismo minutos atrás.
Estamos uno frente al otro, mirándonos.
-No, acabo de despertar también.-
Me doy cuenta del sonido de la lluvia.
-¿Está lloviendo?-
-Eso creo pero siendo honesto no quiero levantarme.-
