Alexandra Hutton, asistente de una abogada importante nunca se imaginó que conocería a nada más y nada menos que a Alex Turner y él jamás imaginó que una chica promedio le daría un giro de 180 grados a su vida. ¿Qué más puede pasar cuando dos perso...
Es muy bonita, como toda la casa, tiene muebles de madera color blanco y los electrodomésticos son color metálico y además tiene un desayunador al fondo, mismo que da vista a una ventana en la que se puede mirar el patio.
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El hombre revisa el refrigerador y saca una caja de waffles precocidos. Mientras me siento en una de las sillas del desayunador y miro por la ventana. La casa tiene un patio enorme, cerrado por una cerca de madera café, a pesar de ser invierno el pasto es verde pero no un verde vibrante, el cielo está nublado y el aire hace un relajante sonido al colarse entre las comisuras de las ventanas.
-Me temo que sólo tenemos de estos waffles... y moras congeladas- Turner continua mirando dentro del refrigerador.- Pero al menos hay crema batida y miel de maple.-
-No hay problema, no soy muy exigente y eso que tengo mucha hambre.-
-Bien, entonces creo que he de apurarme....-
Alex me prepara el desayuno.
-Me hubiera gustado poder hacer estos waffles yo mismo, me gusta mucho cocinar.-
-¿De verdad? Yo amo comer pero no se cocinar, en Nueva York siempre compro comida. La que cocina es mi amiga Andrea, cuando éramos roomates siempre cocinaba comida de todo tipo, pero consiguió un departamento cerca de su tienda y se mudó, seguimos siendo grandes amigas.-
-Interesante... ¿Y nunca has intentado hacerlo?-
-Sí y ha tenido consecuencias desastrosas, créeme.-
Ambos reímos.
-¿Tienes ganas de ir a algún lugar terminando de desayunar?- Cuestiona el británico, sacando un par de waffles de la tostadora los coloca en un plato y sirve un poco de crema batida con un puñado de moras encima.
-Hmmm, posiblemente, ¿pero qué hay de los paparazzis y todo lo que pretendíamos evitar en Londres?-
-Oh, no hay de qué preocuparse, querida. No pensaba ir al centro de la ciudad. Más bien a caminar un rato por aquí y mostrarte un lugar que me gustaba mucho cuando era niño, ¿o preferirías quedarte aquí en casa?-
-No sé...-
-Vamos Aly, sin contar hoy sólo tenemos un día más aquí en Sheffield, quiero que conozcas más de mí, una faceta íntima que muy pocos conocen.-
-Hmmmm, no sé...- Hago una mueca pensativa -De acuerdo, siempre y cuando no llamemos la atención.-
-Por Dios Aly, ¿con quién estás hablando?.-
-Por eso mismo lo digo.-
Ayudo a Turner a llevar los platos a la mesa en lo que él va por los cubiertos, vasos y jugo.
Una vez que todo lo anterior está en la mesa empezamos a comer.
-Hace mucho que no desayunaba en casa de mis padres.-
