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-Ahpril... Ahpril... - abrí los parpados perezosamente, me encontraba en el pasillo; el viento hacia bailar las blancas cortinas en un suave vaivén, y el sol con su brillo pálido iluminaba parte de la estancia. Di pasos  lentos en su busca, cuando la vi, estaba allí en la sala , meciéndose suavemente en su silla como solía hacerlo la mayor parte del tiempo mientras observaba el patio con vista al bosque.

-Mamá ...- una vez mas no me escuchaba, no me prestaba atención, aquí el fantasma parecía yo - mamá.

-Ahpril- llamó, y un pequeño cuerpo pasa por mi lado, una pequeña niña con vestido azul y un papel entre sus manos.

-¡Mami mira! lo hice para ti- la mujer se inclino observándola con ternura.

-Hermoso... igual que tú- mi corazón dio un vuelco al notar su rostro girando  hacia mi, sus labios temblaban y sus brillantes grises me observaban cristalizados.

-No ... por favor... no lo hagas- susurró.



-¡Jonas! ¡Levántate!- Su fuerte grito hizo que diera un brinco sobre la dura cama.

-Ya ... ya voy señorita Doroti - respondí medio dormida aún.

-Esta es tu lista de tareas- arrojó una hoja arrugada sobre mi regazo y con una mirada acusatoria se retiro del cuarto mientras azotaba en su palma esa gigantesca regla.

-loca - susurro

Me levanto aperezada con dirección a las duchas, todo en este internado es frío y sin color, la comida es simple y casi nunca varían de puré de papa y sopa. El internado estatal  New light como para mi se convirtió en el hogar de muchas niñas a las cuales nos consideraron un peligro para la sociedad o un ser inservible y cruelmente trastornada que esta lamentablemente esta loca cuidadas por la loca mayor, una mujer robusta con aspecto amenazante, odiosa, fastidiosa que a pesar de que pasa sus cincuenta gusta de que le llamen "señorita" 

Hace mucho estoy aquí... desde los nueve años para ser exacta, pronto cumpliré dieciséis y ya me acostumbre al silencio, a los lamentos, los castigos, las oraciones, la comida, y el trastorno de mis compañeras, a todo y mas.

Me encontraba observando el día a través del grueso y grande ventanal con una sensación de nostalgia al ver el exterior, a lo lejos escucho el molesto sonido producidos por los tacones de Doroti al andar, así que decido retirarme del lugar y volver a tomar el trapero fingiendo cumplir mi labor.

-Jonas

- srt Doroti -levanto la mirada y capto a otra chica que hace parte del internado y que por alguna razón siempre sonríe.

- Hanna tomara tu lugar, tienes cita con el señor Míchel

-¿Cita? aun falta mucho para eso ¿hice algo?

-No preguntes, y camina

-Si señora ... señorita- sonreí como disculpa a su cara desfigurada por mi insulto, camine tras ella hasta la oficina o cuarto de psicología del señor Míchel.

- Gracias Doroti, puedes retirarte- habló su voz profunda - siéntate Ahpril - señalo su molesto sofá.

- Claro... yo

- Se lo que te preguntas...después de examen-. me calló mientras buscaba algún papel entre su desorden.

-Claro - bufé mientras me sentaba; comenzó con sus mismas preguntas de siempre, las mismas de cada mes, de cada año, pero cuando creí que ya había culminado continuo.

-¿Qué me dices de las pesadillas Ahpril?

- ...¿pesadillas?

- Sí - observé sus anteojos redondos y su cabello despelucado

-Hace mucho no tengo pesadillas - mentí.

-Seguro...y ¿que me dices de tus recuerdos?

-¿Q-Qué recuerdos?- él me observo de una manera acusadora - casi no recuerdo nada, era una niña - le sostuve la mirada como si de un reto se tratara, pronto la desvió y me pidió que saliera del cuarto.

- Una cosa mas.

-¿Si?- dije ya en la puerta.

-¿Extrañas tu hogar?- su pregunta tentó acabar mi cordura y la sonrisa se me volvió una mueca.

- Hogar...pues...no lo se - la comezón volvió al cuello de una manera impulsiva, pero tenia que soportar - seria...interesante - Míchel me observó poco convencido de mi respuesta y por fin me pude marchar.

En mi habitación todo era frío y duro, la cama las paredes ... pero de algún modo me gustaba, observaba el techo como si este me diera respuestas.

<<no recuerdo nada>> ¿no? ¿no recuerdo nada? si que lo recuerdo; recuerdo, que llegaba de la escuela, el auto bus me dejo allí cerca de la puerta , entre corriendo en busca de mamá, por mas que llamaba no hubo respuesta, solté la maleta y camine hacia el pasillo, mis pequeños pies resbalaron con algo, sangre , en el  pasillo había sangre , un camino de  roja y brillante sangre aun que mi pequeño cerebro ignoraba el echo del por que había tanta; curiosa seguí el rastro que me llevo a la sala trasera, la silla mecedora de mamá estaba destrozada y mas rojo brillante adornaba el suelo en pequeños charcos, sin saber por que tuve miedo, la casa comenzaba a oler mal y mamá no aparecía, salí al patio, todo estaba igual de destrozado como si se hubiera empleado una batalla feroz , la cerca  caída y los arbustos desprendían mas y mas liquido rojo, me entraron ganas de llorar cuando mas allá debajo de los arbustos vi una mano, me incline un poco y así me acerque , era de mamá <<oh mamá ¿te volviste a desmayar? >> me pregunte en medio del llanto; estuve a punto de tomar su palma cuando unos brazos fuertes me tomaron del torso y me llevaron lejos de ella, fuera de casa. Nunca entendí que paso, para la noche en casa había mucha gente con trajes extraños que solo gritaban y me preguntaban cosas... yo solo me dedicaba a llorar, quería despertar de ese feo sueño... ahora años después me entero de que su cuerpo fue encontrado descuartizado, esparcido por todo el jardín de una manera casi que artista, hubieron partes que nunca se hallaron... órganos tal vez ... una extremidad  ¿que seria? ¿que ocasionaría tan trágica y perversa muerte? el veredicto final de los investigadores decía <<Juliette Jones, asesinada por lobos depredadores...>> lobos...lobos.

seguía observando el techo y mi mente casi que de una manera morbosa me hacia imaginar como fuese donde hubiese cogido su mano y solo fuese eso... una mano.

oh...pobre mamá.




♦ENTRE TINIEBLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora