2

12 2 0
                                        

 La mañana había llegado una vez más, otro día y su agobiante rutina, después de haberme duchado fui hacia el comedor pero alguien me corto camino; un tanto confundida por su presencia en los pasillos hice una leve reverencia al sacerdote.

-Señor... - tuve la intención de seguir de largo pero me detuvo. 

-Srta Ahpril, luce muy bien hoy - me sonrió <<no es de un  creyente dar cumplidos...>>

-Gracias ¿como esta usted?- comenzamos a andar a un paso lento. 

-Muy bien... ¿a donde se dirige?

-El comedor.

- Va tarde - asentí. 

-Doroti se enfadara

-Doroti... pobre alma en pena - se sonrió, observe curiosa al anciano <<alma... en pena>> 

-Ahpril, tengo noticias para ti

-...¿noticias?

Él freno su andar y puso su penetrante mirada en mi - Un integrante familiar tuyo, vino por ti la madrugada de la semana pasada, quieren llevarte a casa

- ¿eh? - mi corazón se salto varios latidos y escuchaba poco, la cabeza me dio un par de vueltas, algo no iba bien, estaba aquí pero en otro lugar.

-Ahpril

-¿Qué?

-Dime

-¿Que cosa?

-... ¿quieres volver a casa? si gustas el internado intervendrá por ti y no tendrás que irte de lo contrario nada podremos hacer y tendrán la libertad de llevarte contigo tienen un papeleo bastante complejo y sin taches, tienen todo lo necesario hasta la firma de tu madre, nadie la detendrá si quiere llevarte, la ultima palabra la tienes tú. 

-Yo... no se... yo no se.





llevaba buen rato observando la pared de enfrente esperando que mi mirada la traspasase en algún momento; sentía como la respiración se me pausaba de a ratos provocando un latir doloroso, agresivo y unas fuertes nauseas. Las palabras del sacerdote se arremolinaban  en mi interior de una forma dolorosa que provocaban ganas de gritar y llorar.

Me levante del banco y comencé a andar por el pasillo, ah lo lejos oí voces así que decidí acercarme un poco hasta el final hasta que se hicieran mas claras, eran el sacerdote y una mujer, cuerpo escultural cabello crespo y rojizo, si que la conocía.

-Mm, señora Jones ¿Que le puedo decir? es una jovencita muy inteligente, habla poco, y le gusta estar sola, gusta del orden, la literatura y cosas tribales que seguro ella misma le dirá. 

-Dudo mucho, si es la copia de su madre 

  -Con respecto a eso... no considero muy conveniente que la lleve hasta, su hogar ...  ya sabe.

-Acaso no dijo que estaba bien.

-Si, pero...

- No se preocupe, le mantendré avisado.

- Sí si claro,  estoy seguro de ello pero no la veo muy convencida ¿sabe? ademas usted no es su tía genética...

-A estado mucho tiempo enserada ¿no cree? - el sacerdote no discutió mas, yo me aventure a salir de mi escondite haciéndome presente en la discusión; al hacerlo la mujer me observo con asombro.

♦ENTRE TINIEBLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora